La Guardia Civil ha detenido en Montilla a un vecino de la localidad como presunto autor de los últimos incendios registrados entre el 31 de mayo y el 2 de julio pasados en distintos puntos del casco urbano, algunos de ellos muy próximos a viviendas, centros educativos, terrenos de cultivo y espacios emblemáticos como la ladera del castillo.
La investigación, desarrollada por agentes del Puesto Principal de la Guardia Civil de Montilla, ha permitido vincular los diferentes incidentes, de los que ha venido informando en primicia Montilla Digital, gracias a la similitud en el modus operandi y a los indicios recogidos durante las inspecciones realizadas en los lugares afectados.
Según ha informado el Instituto Armado, la rápida intervención de los servicios de emergencia evitó consecuencias mayores en todos los casos, pero varios de los incendios provocaron escenas de gran tensión entre los vecinos, obligando incluso a desalojar preventivamente varias viviendas de la calle Murillo. Las diligencias y el detenido ya han sido puestos a disposición de la autoridad judicial.
El episodio más grave se produjo el pasado 30 de junio, en el paraje conocido como Los Manantiales, donde el fuego avanzó con gran velocidad hacia las viviendas cercanas. La Guardia Civil y la Policía Local se vieron obligadas a evacuar preventivamente a catorce personas ante el riesgo de que las llamas alcanzaran sus hogares.
Finalmente, la rápida actuación de los bomberos del Consorcio Provincial de Prevención y Extinción de Incendios logró frenar el avance del incendio antes de que llegara a zonas más sensibles, incluido un aparcamiento público situado en las inmediaciones, aunque varias viviendas y parcelas agrícolas colindantes sí resultaron afectadas.
No obstante, ese no fue el único incendio relacionado con este caso. Apenas dos días después, en la madrugada del 2 de julio, se declaró otro fuego, esta vez en la ladera norte del castillo de El Gran Capitán. El incendio se inició sobre la 1.30 de la madrugada en la senda peatonal que bordea la fortaleza por su cara norte, un paso natural que conecta la calle San Juan Bosco con el Mirador de La Escuchuela.
Alimentadas por la vegetación seca y por las rachas de viento, las llamas avanzaron rápidamente, aunque fueron contenidas con eficacia por los bomberos, que lograron evitar que se propagaran por una de las zonas más emblemáticas del casco histórico.
Fuentes del Consorcio de Bomberos confirmaron a Montilla Digital que, durante la intervención, se localizaron hasta tres focos separados, un dato que reforzaba la hipótesis de que se trataba de un incendio intencionado. En total, se calcinaron unos 300 metros cuadrados de matorral seco en un área próxima a la Escuela Infantil Las Viñas y al Colegio Salesiano “San Francisco Solano”.
Estos dos incendios se sumaron a otros dos más ocurridos anteriormente en una zona muy concreta del casco urbano, junto a las calles Los Majuelos, Ronda de Curtidores y Murillo, a escasos metros del Centro Cultural “Alcalde Antonio Carpio”. El primero se produjo el 31 de mayo, sobre las 20.00 de la tarde.
Tal y como recogió Montilla Digital, el fuego, originado en una zona de pastos cercana al aparcamiento situado entre la Ronda de Curtidores y las calles Los Majuelos y Murillo, generó una gran columna de humo visible desde distintos puntos de la ciudad y provocó gran alarma entre los vecinos, algunos de los cuales llamaron al Teléfono 112, lo que activó la intervención de dos camiones de bomberos, así como de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local.
Ese primer incendio se declaró tan solo un día antes de la fecha límite fijada por el Ayuntamiento en un Bando de Alcaldía que instaba a los propietarios de terrenos sin urbanizar a acometer labores de limpieza, desratización y desbroce para reducir el riesgo de incendio. El propio alcalde de Montilla, Rafael Llamas, advertía del peligro que suponen los solares mal conservados para la salud pública y la seguridad de las personas, al facilitar la proliferación de plagas y convertirse en posibles focos de fuego.
El segundo incendio en la misma zona se produjo el 1 de julio, apenas un mes después del anterior. De nuevo, las llamas alcanzaron con rapidez una considerable intensidad, generando una columna de humo que alertó a los residentes de la calle Murillo. El viento contribuyó a propagar el fuego hasta la parte trasera de varias viviendas, lo que provocó escenas de nerviosismo y preocupación entre los vecinos, muchos de los cuales recordaban lo vivido pocas semanas antes.
“Esto no puede volver a pasar”, advirtieron varios residentes en declaraciones a este periódico, señalando el estado de abandono de los solares próximos como el verdadero problema de fondo —aunque sin conocer la existencia de un pirómano, que ya actuaba en el municipio—. Según denunciaron entonces los vecinos, la maleza seca, los residuos vegetales acumulados y la falta de mantenimiento convierten estas zonas en un “polvorín”, especialmente durante los meses de verano.
Desde el primer momento, la Guardia Civil y los Bomberos del Parque de Montilla manejaron la posibilidad de que los incendios fueran intencionados. Las inspecciones oculares realizadas por los agentes en las distintas localizaciones, junto con el análisis de las denuncias recibidas y otros indicios recabados, permitieron establecer patrones comunes en el desarrollo de los fuegos. Gracias a estas pesquisas, se logró identificar a un vecino del municipio como presunto responsable de los hechos. Su arresto, confirmado por el Instituto Armado, supone un avance significativo en la investigación y una respuesta directa a la creciente preocupación social.
La intervención de la Guardia Civil, apoyada en todo momento por efectivos del Cuerpo de Bomberos y de la Policía Local, ha sido clave para contener la propagación de las llamas y para evitar daños personales, que afortunadamente no se han registrado en ninguno de los incendios. Aun así, los daños materiales, el impacto en el entorno natural y urbano y el temor de los vecinos han dejado una huella visible en distintas zonas del municipio.
El detenido ya ha sido puesto a disposición de la autoridad judicial, junto con las diligencias instruidas, mientras continúa la investigación para esclarecer si podría estar relacionado con otros episodios similares ocurridos en años anteriores.
Por ahora, Montilla intenta recuperar la normalidad tras varias semanas marcadas por el miedo y la incertidumbre, de la que se han llegado a hacer eco medios de comunicación de ámbito autonómico. La ciudadanía, por su parte, espera que tanto las medidas preventivas como la vigilancia en las zonas más sensibles se refuercen para que hechos de estas características no vuelvan a repetirse.
La investigación, desarrollada por agentes del Puesto Principal de la Guardia Civil de Montilla, ha permitido vincular los diferentes incidentes, de los que ha venido informando en primicia Montilla Digital, gracias a la similitud en el modus operandi y a los indicios recogidos durante las inspecciones realizadas en los lugares afectados.
Según ha informado el Instituto Armado, la rápida intervención de los servicios de emergencia evitó consecuencias mayores en todos los casos, pero varios de los incendios provocaron escenas de gran tensión entre los vecinos, obligando incluso a desalojar preventivamente varias viviendas de la calle Murillo. Las diligencias y el detenido ya han sido puestos a disposición de la autoridad judicial.
El episodio más grave se produjo el pasado 30 de junio, en el paraje conocido como Los Manantiales, donde el fuego avanzó con gran velocidad hacia las viviendas cercanas. La Guardia Civil y la Policía Local se vieron obligadas a evacuar preventivamente a catorce personas ante el riesgo de que las llamas alcanzaran sus hogares.
Finalmente, la rápida actuación de los bomberos del Consorcio Provincial de Prevención y Extinción de Incendios logró frenar el avance del incendio antes de que llegara a zonas más sensibles, incluido un aparcamiento público situado en las inmediaciones, aunque varias viviendas y parcelas agrícolas colindantes sí resultaron afectadas.
No obstante, ese no fue el único incendio relacionado con este caso. Apenas dos días después, en la madrugada del 2 de julio, se declaró otro fuego, esta vez en la ladera norte del castillo de El Gran Capitán. El incendio se inició sobre la 1.30 de la madrugada en la senda peatonal que bordea la fortaleza por su cara norte, un paso natural que conecta la calle San Juan Bosco con el Mirador de La Escuchuela.
Alimentadas por la vegetación seca y por las rachas de viento, las llamas avanzaron rápidamente, aunque fueron contenidas con eficacia por los bomberos, que lograron evitar que se propagaran por una de las zonas más emblemáticas del casco histórico.
Fuentes del Consorcio de Bomberos confirmaron a Montilla Digital que, durante la intervención, se localizaron hasta tres focos separados, un dato que reforzaba la hipótesis de que se trataba de un incendio intencionado. En total, se calcinaron unos 300 metros cuadrados de matorral seco en un área próxima a la Escuela Infantil Las Viñas y al Colegio Salesiano “San Francisco Solano”.
Estos dos incendios se sumaron a otros dos más ocurridos anteriormente en una zona muy concreta del casco urbano, junto a las calles Los Majuelos, Ronda de Curtidores y Murillo, a escasos metros del Centro Cultural “Alcalde Antonio Carpio”. El primero se produjo el 31 de mayo, sobre las 20.00 de la tarde.
Tal y como recogió Montilla Digital, el fuego, originado en una zona de pastos cercana al aparcamiento situado entre la Ronda de Curtidores y las calles Los Majuelos y Murillo, generó una gran columna de humo visible desde distintos puntos de la ciudad y provocó gran alarma entre los vecinos, algunos de los cuales llamaron al Teléfono 112, lo que activó la intervención de dos camiones de bomberos, así como de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local.
Ese primer incendio se declaró tan solo un día antes de la fecha límite fijada por el Ayuntamiento en un Bando de Alcaldía que instaba a los propietarios de terrenos sin urbanizar a acometer labores de limpieza, desratización y desbroce para reducir el riesgo de incendio. El propio alcalde de Montilla, Rafael Llamas, advertía del peligro que suponen los solares mal conservados para la salud pública y la seguridad de las personas, al facilitar la proliferación de plagas y convertirse en posibles focos de fuego.
El segundo incendio en la misma zona se produjo el 1 de julio, apenas un mes después del anterior. De nuevo, las llamas alcanzaron con rapidez una considerable intensidad, generando una columna de humo que alertó a los residentes de la calle Murillo. El viento contribuyó a propagar el fuego hasta la parte trasera de varias viviendas, lo que provocó escenas de nerviosismo y preocupación entre los vecinos, muchos de los cuales recordaban lo vivido pocas semanas antes.
“Esto no puede volver a pasar”, advirtieron varios residentes en declaraciones a este periódico, señalando el estado de abandono de los solares próximos como el verdadero problema de fondo —aunque sin conocer la existencia de un pirómano, que ya actuaba en el municipio—. Según denunciaron entonces los vecinos, la maleza seca, los residuos vegetales acumulados y la falta de mantenimiento convierten estas zonas en un “polvorín”, especialmente durante los meses de verano.
Desde el primer momento, la Guardia Civil y los Bomberos del Parque de Montilla manejaron la posibilidad de que los incendios fueran intencionados. Las inspecciones oculares realizadas por los agentes en las distintas localizaciones, junto con el análisis de las denuncias recibidas y otros indicios recabados, permitieron establecer patrones comunes en el desarrollo de los fuegos. Gracias a estas pesquisas, se logró identificar a un vecino del municipio como presunto responsable de los hechos. Su arresto, confirmado por el Instituto Armado, supone un avance significativo en la investigación y una respuesta directa a la creciente preocupación social.
La intervención de la Guardia Civil, apoyada en todo momento por efectivos del Cuerpo de Bomberos y de la Policía Local, ha sido clave para contener la propagación de las llamas y para evitar daños personales, que afortunadamente no se han registrado en ninguno de los incendios. Aun así, los daños materiales, el impacto en el entorno natural y urbano y el temor de los vecinos han dejado una huella visible en distintas zonas del municipio.
El detenido ya ha sido puesto a disposición de la autoridad judicial, junto con las diligencias instruidas, mientras continúa la investigación para esclarecer si podría estar relacionado con otros episodios similares ocurridos en años anteriores.
Por ahora, Montilla intenta recuperar la normalidad tras varias semanas marcadas por el miedo y la incertidumbre, de la que se han llegado a hacer eco medios de comunicación de ámbito autonómico. La ciudadanía, por su parte, espera que tanto las medidas preventivas como la vigilancia en las zonas más sensibles se refuercen para que hechos de estas características no vuelvan a repetirse.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR



















































