Amor bajo el muérdago. Así se titula la nueva novela que el escritor montillano Rubén Pérez Navafría acaba de lanzar de cara a las próximas Navidades y que se presenta como una comedia romántica ambientada en Jengibre, un pequeño pueblo ficticio en el que dos jóvenes, Hugo y Noel, se ven obligados a compartir mostrador en una tienda de chocolates llamada Natale’s durante todo el mes de diciembre.
Hugo acepta el trabajo con la vista puesta en sufragar su viaje de fin de curso universitario, mientras que Noel decide apoyar el negocio familiar tras la ausencia temporal de su tío Enrique en plena campaña navideña. Desde el primer día, ambos chocan como el perro y el gato, pero no tienen más remedio que encontrar un punto de equilibrio para sobrevivir a la temporada más exigente del año.
La historia, sin embargo, no se queda en las chispas iniciales. En ese sentido, el autor utiliza la Navidad como un espejo emocional que refleja dos formas opuestas de enfrentarse a la ausencia de seres queridos. Y es que Hugo y Noel arrastran pérdidas que condicionan su forma de mirar el mundo.
Poco a poco, aprenden a leer las heridas del otro, a intuir las sombras que guardan silencio. “Noel cambiará la perspectiva de vida de Hugo y Hugo le ayudará a ver la luz al final del túnel”, resume Rubén Navafría al hablar del corazón de su nueva novela. De igual modo, las relaciones sociales, el aislamiento personal y la importancia de aprender a mirar más allá de uno mismo atraviesan la obra como un hilo invisible.
El escritor explica a Montilla Digital que este proyecto nace de una pasión muy arraigada: las comedias románticas de invierno, de esas que emparejan a dos protagonistas opuestos y los obligan a convivir hasta descubrir que comparten mucho más de lo que imaginaban.
“Desde pequeño disfruto de las novelas y películas que juntan a dos personas completamente diferentes en un mismo lugar hasta que terminan enamorándose”, reconoce el autor de Amor bajo el muérdago, que considera fundamental ofrecer protagonistas que se aparten de los arquetipos más habituales y dar espacio a perfiles que existen, pero que muchas veces han quedado relegados en la literatura contemporánea.
La publicación de Amor bajo el muérdago coincide con un momento especialmente prolífico en la trayectoria del montillano. En agosto del pasado año presentó A bordo del Némesis, una novela enmarcada en su universo detectivesco y protagonizada por Oliver Roberts, un investigador novel que recibe una inquietante invitación para embarcarse en un crucero recién renovado.
A lo largo del viaje, que conecta Italia con Egipto, el protagonista debe resolver un asesinato rodeado de pasajeros que callan más de lo que cuentan y en un escenario donde cada camarote oculta un secreto. Aquella obra amplió el camino iniciado con Navidad en Roberts, publicada el año anterior, y confirmó la versatilidad del autor a la hora de moverse entre géneros.
Nacido el 18 de septiembre de 2002 y residente a caballo entre Montilla y Málaga, Rubén Pérez Navafría regresa ahora a un territorio más íntimo y emocional, aunque sin renunciar a la sensibilidad narrativa que ya ha convertido su nombre en un referente emergente entre los lectores jóvenes.
El autor, que cursó sus estudios en el Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Beato Juan de Ávila y, después, en el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Emilio Canalejo Olmeda, compagina su trabajo como experto en Marketing con una trayectoria literaria que no deja de ampliarse. Y es que, tras un primer libro de corte romántico –A pesar de todo, te quiero– y dos novelas enmarcadas en el género del misterio –Navidad en Roberts y A bordo del Némesis–, Pérez Navafría vuelve a explorar la comedia sentimental con una propuesta navideña marcada por los contrastes y la ternura.
De este modo, Rubén Navafría vuelve a la romanticidad que marcó sus primeras páginas, pero con un pulso narrativo más maduro y una sensibilidad que combina humor, nostalgia y esperanza. En esencia, Amor bajo el muérdago llega como un abrazo literario, de esos que calman, pero también interpelan. Una historia navideña divertida que invita a detenerse, a mirar a quienes nos rodean con un poco más de paciencia y, al mismo tiempo, a dejar que otras miradas nos iluminen el camino.
Hugo acepta el trabajo con la vista puesta en sufragar su viaje de fin de curso universitario, mientras que Noel decide apoyar el negocio familiar tras la ausencia temporal de su tío Enrique en plena campaña navideña. Desde el primer día, ambos chocan como el perro y el gato, pero no tienen más remedio que encontrar un punto de equilibrio para sobrevivir a la temporada más exigente del año.
La historia, sin embargo, no se queda en las chispas iniciales. En ese sentido, el autor utiliza la Navidad como un espejo emocional que refleja dos formas opuestas de enfrentarse a la ausencia de seres queridos. Y es que Hugo y Noel arrastran pérdidas que condicionan su forma de mirar el mundo.
Poco a poco, aprenden a leer las heridas del otro, a intuir las sombras que guardan silencio. “Noel cambiará la perspectiva de vida de Hugo y Hugo le ayudará a ver la luz al final del túnel”, resume Rubén Navafría al hablar del corazón de su nueva novela. De igual modo, las relaciones sociales, el aislamiento personal y la importancia de aprender a mirar más allá de uno mismo atraviesan la obra como un hilo invisible.
El escritor explica a Montilla Digital que este proyecto nace de una pasión muy arraigada: las comedias románticas de invierno, de esas que emparejan a dos protagonistas opuestos y los obligan a convivir hasta descubrir que comparten mucho más de lo que imaginaban.
“Desde pequeño disfruto de las novelas y películas que juntan a dos personas completamente diferentes en un mismo lugar hasta que terminan enamorándose”, reconoce el autor de Amor bajo el muérdago, que considera fundamental ofrecer protagonistas que se aparten de los arquetipos más habituales y dar espacio a perfiles que existen, pero que muchas veces han quedado relegados en la literatura contemporánea.
La publicación de Amor bajo el muérdago coincide con un momento especialmente prolífico en la trayectoria del montillano. En agosto del pasado año presentó A bordo del Némesis, una novela enmarcada en su universo detectivesco y protagonizada por Oliver Roberts, un investigador novel que recibe una inquietante invitación para embarcarse en un crucero recién renovado.
A lo largo del viaje, que conecta Italia con Egipto, el protagonista debe resolver un asesinato rodeado de pasajeros que callan más de lo que cuentan y en un escenario donde cada camarote oculta un secreto. Aquella obra amplió el camino iniciado con Navidad en Roberts, publicada el año anterior, y confirmó la versatilidad del autor a la hora de moverse entre géneros.
Nacido el 18 de septiembre de 2002 y residente a caballo entre Montilla y Málaga, Rubén Pérez Navafría regresa ahora a un territorio más íntimo y emocional, aunque sin renunciar a la sensibilidad narrativa que ya ha convertido su nombre en un referente emergente entre los lectores jóvenes.
El autor, que cursó sus estudios en el Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Beato Juan de Ávila y, después, en el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Emilio Canalejo Olmeda, compagina su trabajo como experto en Marketing con una trayectoria literaria que no deja de ampliarse. Y es que, tras un primer libro de corte romántico –A pesar de todo, te quiero– y dos novelas enmarcadas en el género del misterio –Navidad en Roberts y A bordo del Némesis–, Pérez Navafría vuelve a explorar la comedia sentimental con una propuesta navideña marcada por los contrastes y la ternura.
De este modo, Rubén Navafría vuelve a la romanticidad que marcó sus primeras páginas, pero con un pulso narrativo más maduro y una sensibilidad que combina humor, nostalgia y esperanza. En esencia, Amor bajo el muérdago llega como un abrazo literario, de esos que calman, pero también interpelan. Una historia navideña divertida que invita a detenerse, a mirar a quienes nos rodean con un poco más de paciencia y, al mismo tiempo, a dejar que otras miradas nos iluminen el camino.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: RUBÉN NAVAFRÍA
FOTOGRAFÍA: RUBÉN NAVAFRÍA


















































