El Ayuntamiento de Montilla formalizó el pasado jueves la firma del acta de inicio de las obras de rehabilitación interior del edificio de El Parador, un inmueble histórico y emblemático de la ciudad que, tras más de un siglo de vida, encara ahora una nueva etapa como Centro de Recepción de Visitantes.
Este espacio, situado en la salida norte de la localidad hacia la carretera nacional N-331, que fue utilizado originariamente como casa de postas para las diligencias que recorrían Andalucía a finales del siglo XIX, está llamado a convertirse en la puerta de entrada a la Campiña Sur Cordobesa y en punto de referencia para quienes busquen descubrir la riqueza patrimonial, cultural y enoturística del municipio.
La intervención forma parte del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino (PSTD) 'Amontíllate: vivir la experiencia del vino en Córdoba', que cuenta con una dotación global de más de 2,7 millones de euros procedentes de los fondos NextGenerationEU, a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España.
Tal y como puso de manifiesto la teniente de alcalde de Infraestructuras y Medio Ambiente, Raquel Casado, "se trata de un proyecto de gran envergadura que aspira a combinar la preservación del patrimonio con una modernización integral de las instalaciones, apostando por la accesibilidad y la eficiencia energética".
El primer lote de los trabajos, que cuentan con un plazo de ejecución de nueve meses, ha sido adjudicado a la unión temporal de empresas (UTE) Antroju Parador Montilla, por un importe de 1.024.435,07 euros e incluirá una ampliación de garantía de quince trimestres.
Raquel Casado subrayó que “este proyecto supone un paso más en el modelo de ciudad que perseguimos: una Montilla más amable, sostenible y que ponga en valor su patrimonio”, toda vez que hizo hincapié en que "este es el segundo edificio que restauramos para uso turístico este año, junto a la Exposición Permanente de El Gran Capitán".
Situado en la salida norte de Montilla hacia la carretera nacional N-331, El Parador fue en sus orígenes una casa de postas para las diligencias que recorrían Andalucía a finales del siglo XIX. Su ubicación estratégica lo convirtió en un punto de paso obligado para viajeros, comerciantes y carruajes, aportándole una relevancia que trascendió lo meramente funcional.
La parcela sobre la que se asienta la construcción cuenta con una superficie de 1.731 metros cuadrados, de los cuales el edificio principal —único que permanece en pie— ocupa 652 metros cuadrados. Su arquitectura se articula en torno a un gran patio de 176 metros cuadrados, en el que se distribuyen la casa principal, una lagareta, una cuadra y tres bodegas de tinajas. Estos elementos no solo definen su estructura física, sino que forman parte de la memoria vitivinícola de la zona Montilla-Moriles.
Esta nueva actuación en El Parador supone la intervención más importante en el edificio desde su rehabilitación integral hace ahora dos años, un proyecto que contó con un presupuesto de algo más de 700.000 euros, tras la decisión del Pleno de incrementar en 40.000 euros la partida con el objetivo de recuperar diferentes elementos de la fachada principal "con interés patrimonial".
Gracias a esta actuación, el Consistorio montillano logró detener el deterioro que venía sufriendo el edificio desde hacía décadas y que, desde el 8 de mayo de 2019, se encontraba dentro de la Lista Roja del Patrimonio, una iniciativa de la asociación Hispania Nostra que pretende denunciar los enclaves históricos, culturales o naturales de toda la geografía nacional que se encuentran en estado de abandono o en riesgo de desaparecer. En efecto, las obras que llevó a cabo el Ayuntamiento para estabilizar y consolidar el inmueble –que antes de esta intervención se encontraba "al borde del colapso"– permitió recuperar este antiguo caserío y lagar que pasó posteriormente a ser propiedad de Bodegas Cobos y que, a finales del siglo XIX, contó con gran notoriedad, al ser un lugar de paso obligado para carruajes y diligencias.
La nueva intervención no se limitará a preservar la esencia histórica del edificio, sino que incorporará mejoras técnicas y arquitectónicas para adaptarlo a su nueva función como centro de visitantes. Según detalló Rafael Raya, técnico municipal del Área de Urbanismo, “se construirán dos núcleos de aseos, un nuevo forjado en la zona de doble altura de la antigua bodega, una escalera metálica de conexión interior y un voladizo en el patio para aportar sombra y proteger elementos expositivos”.
Asimismo, se instalarán dos ascensores adaptados para personas con movilidad reducida y se aplicarán medidas para optimizar la eficiencia energética, actuando sobre la envolvente térmica para reducir el consumo. La renovación de las instalaciones abarcará fontanería, saneamiento, telecomunicaciones, climatización por aerotermia con integración estética, alumbrado expositivo y la iluminación exterior del edificio, el patio y la noria-veleta.
Uno de los elementos más singulares de esta reforma será la utilización de cinco tinajas unidas como depósito para el sistema contra incendios, una solución que conecta de manera simbólica el futuro del espacio con la tradición vinícola del marco Montilla-Moriles.
El futuro Centro de Visitantes de El Parador será un espacio moderno, accesible y energéticamente eficiente, concebido como un punto de partida para quienes deseen explorar Montilla y la Campiña Sur. No solo funcionará como centro de información turística, sino que acogerá un espacio museístico dedicado al vino, reforzando la posición del municipio como capital provincial del enoturismo y la gastronomía.
Esta actuación se suma a otros proyectos municipales orientados a la recuperación y puesta en valor del patrimonio histórico, como la rehabilitación de castillo de El Gran Capitán o la adquisición del Palacio de los Duques de Medinaceli. De este modo, Montilla consolida una estrategia en la que el turismo, la cultura y el patrimonio se entienden como motores de desarrollo económico y de proyección exterior.
Este espacio, situado en la salida norte de la localidad hacia la carretera nacional N-331, que fue utilizado originariamente como casa de postas para las diligencias que recorrían Andalucía a finales del siglo XIX, está llamado a convertirse en la puerta de entrada a la Campiña Sur Cordobesa y en punto de referencia para quienes busquen descubrir la riqueza patrimonial, cultural y enoturística del municipio.
La intervención forma parte del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino (PSTD) 'Amontíllate: vivir la experiencia del vino en Córdoba', que cuenta con una dotación global de más de 2,7 millones de euros procedentes de los fondos NextGenerationEU, a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España.
Tal y como puso de manifiesto la teniente de alcalde de Infraestructuras y Medio Ambiente, Raquel Casado, "se trata de un proyecto de gran envergadura que aspira a combinar la preservación del patrimonio con una modernización integral de las instalaciones, apostando por la accesibilidad y la eficiencia energética".
El primer lote de los trabajos, que cuentan con un plazo de ejecución de nueve meses, ha sido adjudicado a la unión temporal de empresas (UTE) Antroju Parador Montilla, por un importe de 1.024.435,07 euros e incluirá una ampliación de garantía de quince trimestres.
Raquel Casado subrayó que “este proyecto supone un paso más en el modelo de ciudad que perseguimos: una Montilla más amable, sostenible y que ponga en valor su patrimonio”, toda vez que hizo hincapié en que "este es el segundo edificio que restauramos para uso turístico este año, junto a la Exposición Permanente de El Gran Capitán".
Un edificio cargado de historia
Situado en la salida norte de Montilla hacia la carretera nacional N-331, El Parador fue en sus orígenes una casa de postas para las diligencias que recorrían Andalucía a finales del siglo XIX. Su ubicación estratégica lo convirtió en un punto de paso obligado para viajeros, comerciantes y carruajes, aportándole una relevancia que trascendió lo meramente funcional.
La parcela sobre la que se asienta la construcción cuenta con una superficie de 1.731 metros cuadrados, de los cuales el edificio principal —único que permanece en pie— ocupa 652 metros cuadrados. Su arquitectura se articula en torno a un gran patio de 176 metros cuadrados, en el que se distribuyen la casa principal, una lagareta, una cuadra y tres bodegas de tinajas. Estos elementos no solo definen su estructura física, sino que forman parte de la memoria vitivinícola de la zona Montilla-Moriles.
Esta nueva actuación en El Parador supone la intervención más importante en el edificio desde su rehabilitación integral hace ahora dos años, un proyecto que contó con un presupuesto de algo más de 700.000 euros, tras la decisión del Pleno de incrementar en 40.000 euros la partida con el objetivo de recuperar diferentes elementos de la fachada principal "con interés patrimonial".
Gracias a esta actuación, el Consistorio montillano logró detener el deterioro que venía sufriendo el edificio desde hacía décadas y que, desde el 8 de mayo de 2019, se encontraba dentro de la Lista Roja del Patrimonio, una iniciativa de la asociación Hispania Nostra que pretende denunciar los enclaves históricos, culturales o naturales de toda la geografía nacional que se encuentran en estado de abandono o en riesgo de desaparecer. En efecto, las obras que llevó a cabo el Ayuntamiento para estabilizar y consolidar el inmueble –que antes de esta intervención se encontraba "al borde del colapso"– permitió recuperar este antiguo caserío y lagar que pasó posteriormente a ser propiedad de Bodegas Cobos y que, a finales del siglo XIX, contó con gran notoriedad, al ser un lugar de paso obligado para carruajes y diligencias.
Una rehabilitación con mirada de futuro
La nueva intervención no se limitará a preservar la esencia histórica del edificio, sino que incorporará mejoras técnicas y arquitectónicas para adaptarlo a su nueva función como centro de visitantes. Según detalló Rafael Raya, técnico municipal del Área de Urbanismo, “se construirán dos núcleos de aseos, un nuevo forjado en la zona de doble altura de la antigua bodega, una escalera metálica de conexión interior y un voladizo en el patio para aportar sombra y proteger elementos expositivos”.
Asimismo, se instalarán dos ascensores adaptados para personas con movilidad reducida y se aplicarán medidas para optimizar la eficiencia energética, actuando sobre la envolvente térmica para reducir el consumo. La renovación de las instalaciones abarcará fontanería, saneamiento, telecomunicaciones, climatización por aerotermia con integración estética, alumbrado expositivo y la iluminación exterior del edificio, el patio y la noria-veleta.
Uno de los elementos más singulares de esta reforma será la utilización de cinco tinajas unidas como depósito para el sistema contra incendios, una solución que conecta de manera simbólica el futuro del espacio con la tradición vinícola del marco Montilla-Moriles.
El futuro Centro de Visitantes de El Parador será un espacio moderno, accesible y energéticamente eficiente, concebido como un punto de partida para quienes deseen explorar Montilla y la Campiña Sur. No solo funcionará como centro de información turística, sino que acogerá un espacio museístico dedicado al vino, reforzando la posición del municipio como capital provincial del enoturismo y la gastronomía.
Esta actuación se suma a otros proyectos municipales orientados a la recuperación y puesta en valor del patrimonio histórico, como la rehabilitación de castillo de El Gran Capitán o la adquisición del Palacio de los Duques de Medinaceli. De este modo, Montilla consolida una estrategia en la que el turismo, la cultura y el patrimonio se entienden como motores de desarrollo económico y de proyección exterior.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: AYUNTAMIENTO DE MONTILLA
FOTOGRAFÍA: AYUNTAMIENTO DE MONTILLA
















































