La Real Academia Española tiene varias definiciones de “lujo”, algunas en el sentido figurado de la palabra, por ejemplo cuando se habla de una “profesora de lujo” y otras en un sentido más literal o material, como en “coche de lujo”. El opuesto, su antónimo, es la palabra “sencillez”.
En la cuarta de las acepciones, la RAE define al lujo como un elemento de “elevada categoría, excelencia o exquisitez”. ¿Acaso estas características no podrían usarse también para definir a las obras de arte? En este artículo veremos los puntos de encuentro entre el dinero, el arte, el lujo y el entretenimiento.
El “lujo asiático” se manifiesta con fuerza en el sector de las experiencias y arrastra con él al arte. Desde decoraciones estrambóticas y platos con láminas de oro hasta tiendas que hacen verdaderos “happenings” para clientes exclusivos, pasando por los desfiles de moda que son puestas en escena teatrales de una idea del diseñador. Está claro que lujo, arte y dinero comen en la misma mesa, pero no siempre.
Por ejemplo, es patente que el arte y la exclusividad no solamente se experimentan en persona, sino que tienen su versión digital. Por ejemplo, en el sector del casino online se ofrecen membresías exclusivas para los jugadores más leales. Al mismo tiempo, las tragaperras con jackpot incluyen temáticas que pueden expresar lo mejore de las vanguardias y los sitios de casino están diseñados con tanto mimo que podrían pasar por obras de diseño.
Siguiendo con esta línea de pensamiento, nos vamos directo a Las Vegas, la ciudad que mejor expresa esta combinación de lujo, dinero y arte.
Puntualmente, en la “Ciudad del Pecado” encontramos el Distrito de las Artes de Las Vegas, un barrio que abarca más de 18 cuadras donde la creatividad se encuentra con el turismo tan particular de esta urbe.
En el centro de este distrito están Art Square y Arts Factory, dos espacios con galerías y estudios donde artistas locales e internacionales exhiben sus obras. Además de estos puntos centrales, los turistas pueden disfrutar de restaurantes, cafés, locales y tiendas exclusivas. En la ciudad también hay más sitios de interés para los amantes del arte como la instalación Area15, el Museo del Neón, con todos los neones antiguos de los casinos, la galería Bellagio Gallery of Fine Art y el arte en vidrio de LeFrancis Glass Blowing Studios.
El arte y la moda son inseparables por definición. El diseño de las prendas se alimenta de las vanguardias artísticas desde hace años. Como contraparte, desde la década del ‘80 las grandes marcas también actúan como mecenas de los artistas.
En 1984 Alain-Dominique Perrin inició una tendencia que dura hasta hoy. Impulsado por la idea del artista César de crear un espacio "libre y diferente", estableció la Fondation Cartier pour l'Art Contemporain, con un presupuesto inicial de 20 millones de francos anuales.
Sentó un precedente y a los pocos años en Madrid, Loewe fundó su propia Fundación, con iniciativas como el premio de poesía que otorga a un autor en español y su apoyo a la Compañía Nacional de Danza. Su Loewe Craft Prize, un galardón internacional que premia a artesanos con 50,000 euros, refuerza su compromiso con la excelencia artesanal.
En Italia, Prada lleva más de 25 años apoyando el arte a través de su fundación y la exclusiva marca francesa de bolsos, Hermès, lanzó por su parte hace quince años su Fondation d'Entreprise en París, con el objetivo de transmitir su savoir-faire, producir obras, proteger el medio ambiente y fomentar gestos solidarios, reflejando cómo las marcas de lujo pueden ser motores de cambio cultural y social.
Los Non-Fungible Tokens (NFTs) son la última frontera del arte. Gracias a estos tokens no fungibles se puede certificar la autoría y la autenticidad de una pieza digital, generando un nuevo mercado para los artistas.
La imposibilidad de que alguien pueda hacer una réplica de sus diseños es una garantía para los artistas, mientras que el mismo NFT certifica el valor para las personas que compran. La idea es maravillosa.
Dicho esto, también es cierto que la compra de arte con NFTs todavía no está demasiado difundida. Aunque no se trate de obras excesivamente caras, pocas personas están dispuestas a arriesgar fondos en ellas.
Aunque el mercado de NFTs tuvo una disparada en 2021, con ventas por encima de los 69 millones de dólares, el 2024 ha sido un año donde estos miedos se manifestaron de forma patente. Según un informe de DappGambl, una cifra inferior al 1% de las colecciones actuales tienen un valor por encima de los USD 6.000.
En la cuarta de las acepciones, la RAE define al lujo como un elemento de “elevada categoría, excelencia o exquisitez”. ¿Acaso estas características no podrían usarse también para definir a las obras de arte? En este artículo veremos los puntos de encuentro entre el dinero, el arte, el lujo y el entretenimiento.
Experiencias de lujo: De la calle a la pantalla
El “lujo asiático” se manifiesta con fuerza en el sector de las experiencias y arrastra con él al arte. Desde decoraciones estrambóticas y platos con láminas de oro hasta tiendas que hacen verdaderos “happenings” para clientes exclusivos, pasando por los desfiles de moda que son puestas en escena teatrales de una idea del diseñador. Está claro que lujo, arte y dinero comen en la misma mesa, pero no siempre.
Por ejemplo, es patente que el arte y la exclusividad no solamente se experimentan en persona, sino que tienen su versión digital. Por ejemplo, en el sector del casino online se ofrecen membresías exclusivas para los jugadores más leales. Al mismo tiempo, las tragaperras con jackpot incluyen temáticas que pueden expresar lo mejore de las vanguardias y los sitios de casino están diseñados con tanto mimo que podrían pasar por obras de diseño.
El arte en uno de los distritos más lujosos de la tierra
Siguiendo con esta línea de pensamiento, nos vamos directo a Las Vegas, la ciudad que mejor expresa esta combinación de lujo, dinero y arte.
Puntualmente, en la “Ciudad del Pecado” encontramos el Distrito de las Artes de Las Vegas, un barrio que abarca más de 18 cuadras donde la creatividad se encuentra con el turismo tan particular de esta urbe.
En el centro de este distrito están Art Square y Arts Factory, dos espacios con galerías y estudios donde artistas locales e internacionales exhiben sus obras. Además de estos puntos centrales, los turistas pueden disfrutar de restaurantes, cafés, locales y tiendas exclusivas. En la ciudad también hay más sitios de interés para los amantes del arte como la instalación Area15, el Museo del Neón, con todos los neones antiguos de los casinos, la galería Bellagio Gallery of Fine Art y el arte en vidrio de LeFrancis Glass Blowing Studios.
Las marcas de moda y lujo, mecenas del arte
El arte y la moda son inseparables por definición. El diseño de las prendas se alimenta de las vanguardias artísticas desde hace años. Como contraparte, desde la década del ‘80 las grandes marcas también actúan como mecenas de los artistas.
En 1984 Alain-Dominique Perrin inició una tendencia que dura hasta hoy. Impulsado por la idea del artista César de crear un espacio "libre y diferente", estableció la Fondation Cartier pour l'Art Contemporain, con un presupuesto inicial de 20 millones de francos anuales.
Sentó un precedente y a los pocos años en Madrid, Loewe fundó su propia Fundación, con iniciativas como el premio de poesía que otorga a un autor en español y su apoyo a la Compañía Nacional de Danza. Su Loewe Craft Prize, un galardón internacional que premia a artesanos con 50,000 euros, refuerza su compromiso con la excelencia artesanal.
En Italia, Prada lleva más de 25 años apoyando el arte a través de su fundación y la exclusiva marca francesa de bolsos, Hermès, lanzó por su parte hace quince años su Fondation d'Entreprise en París, con el objetivo de transmitir su savoir-faire, producir obras, proteger el medio ambiente y fomentar gestos solidarios, reflejando cómo las marcas de lujo pueden ser motores de cambio cultural y social.
¿Los NFTs son el futuro del arte o ya no tanto?
Los Non-Fungible Tokens (NFTs) son la última frontera del arte. Gracias a estos tokens no fungibles se puede certificar la autoría y la autenticidad de una pieza digital, generando un nuevo mercado para los artistas.
La imposibilidad de que alguien pueda hacer una réplica de sus diseños es una garantía para los artistas, mientras que el mismo NFT certifica el valor para las personas que compran. La idea es maravillosa.
Dicho esto, también es cierto que la compra de arte con NFTs todavía no está demasiado difundida. Aunque no se trate de obras excesivamente caras, pocas personas están dispuestas a arriesgar fondos en ellas.
Aunque el mercado de NFTs tuvo una disparada en 2021, con ventas por encima de los 69 millones de dólares, el 2024 ha sido un año donde estos miedos se manifestaron de forma patente. Según un informe de DappGambl, una cifra inferior al 1% de las colecciones actuales tienen un valor por encima de los USD 6.000.
FOTOGRAFÍA: PEXELS.COM