Ir al contenido principal

Arquitectura: Antoni Gaudí

Para entender la obra de Antoni Gaudí habría que situarse en la época en la que este genial arquitecto nació, es decir, a mediados del siglo XIX, época en la que la revolución industrial marcaría profundas transformaciones en Cataluña, puesto que se pasa de una producción artesanal a otra industrial, auspiciada por las clases burguesas catalanas.

® AD ENTERTAINMENTS ||| PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

Este cambio en las formas de producción y trabajo conllevó grandes modificaciones en distintos ámbitos. Así pues, se pasó de una predominancia de la vida eminentemente rural a otra de tipo urbano, afectando a las formas de relaciones tradicionales, con especial incidencia en la estructura familiar.

Si nos trasladamos al campo de la cultura, habría que apuntar que las consecuencias de estos cambios sociales llevaron consigo un enfrentamiento, unas veces abierto y otras veces soterrado, entre los que defendían la pervivencia de los valores de un mundo que declinaba y las vanguardias artísticas que se posicionan a favor de los avances tecnológicos y las transformaciones urbanísticas, así como de los nuevos inventos que cambiarían el panorama de los medios de comunicación de entonces.

Pues bien, en medio de esta confrontación, Gaudí se decantaría de manera inequívoca por los valores tradicionales y a partir de ellos basaría su arquitectura, dejando una huella indeleble especialmente en Barcelona, ciudad en la que se ubica la mayor parte de sus producciones.

Pero antes de realizar una breve exposición de sus obras, veamos algunos datos biográficos de este autor. Antoni Gaudí nacería en 1852 en Reus (Tarragona), siendo el menor de cinco hermanos. Fueron sus padres Francesc Gaudí i Serra y Antònia Cornet i Bertran. Un hecho destacado por todos sus biógrafos, y que marcaría su destino, sería la profesión de su padre, artesano calderero, puesto que de pequeño solía pasar las horas en el taller familiar, donde contemplaba con admiración las formas de las ollas y los alambiques que fabricaba su padre.

Dada su afición al dibujo, entró en 1873 en la Escuela de Arquitectura de la ciudad condal. Terminó sus estudios en 1879, en la segunda promoción. Tras trabajar con distintos estudios de arquitectos de significado renombre, comienza a crear su propio perfil a partir de los encargos que iba recibiendo.

PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR
PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR

La primera de sus obras que llega a ser muy conocida la inicia en 1883, consistente en una residencia veraniega ubicada en Comillas, en plena costa cantábrica. Así, en medio de un bosque de castaños, en un terreno de pronunciada pendiente mirando hacia el mar proyecta una casa que le había encargado el que, años más tarde, sería marqués de Comillas.

Desde el punto de vista constructivo, Gaudí emplea la piedra, ladrillos macizos de distintos colores decorados con hileras de baldosas cerámicas, la mayoría de ellas pintadas o con relieves de flores y hojas de girasol.

Estéticoamente, se encuentra entre las obras de inicios con un marcado gusto por la arquitectura y el diseño oriental de países como India, Persia y Japón, al tiempo que hay referencias al arte hispano-islámico, caso del mudéjar y del nazarí de Andalucía.

PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR
PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR

En ese mismo año, 1883, se construye su primera vivienda urbana en la calle Les Carolines de Barcelona. Su propietario, Manuel Vicens i Montaner, era un acaudalado corredor de bolsa, por lo que podía costearse esta casa unifamiliar que se enmarca en el mismo estilo orientalista de El Capricho.

En esta obra, el uso de las abundantes decoraciones florales las justifica el propio Gaudí cuando al respecto comentó: “Cuando fui a tomar medidas, el solar estaba totalmente cubierto de esas mismas florecillas que adopté como tema ornamental en las cerámicas. También había una exuberante palmera, cuyas palmas, fundidas en hierro, forman la valla y la puerta de entrada”.

Cinco años más tarde se termina la vivienda, que posteriormente, entre 1925 y 1927, sería ampliada por un alumno suyo, Joan Baptista Serra de Martínez, que se mantendría en permanente contacto con el anciano maestro para llevar a cabo la remodelación del edificio y del jardín.

PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR
PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR

Antoni Gaudí era un hombre de profundas convicciones religiosas. Esta condición dio lugar a que aceptara con bastante entusiasmo el encargo de continuar con el proyecto del Colegio de las Teresianas, ubicado en la calle Ganduxer de Barcelona. De este modo, en 1889, se pone manos a la obra con la realización de un paralelepípedo compacto cuyo aspecto exterior recuerda a la imagen de un austero castillo.

Al arquitecto se le pidió un proyecto original, de bajo presupuesto, algo inusual para él, puesto que su arquitectura con criterios artesanales implicaba un trabajo laborioso que, lógicamente, se traducía en un alto coste económico.

A pesar de que exteriormente recuerda un tanto a la arquitectura militar, el interior es de gran sencillez y luminosidad, lograda con dos patios interiores, unidos longitudinalmente por pasillos cubiertos de una densa secuencia de arcos catenarios.

Precisamente es la belleza que se desprende del ritmo secuenciado de estas arcadas la que ha hecho famoso a este colegio, puesto que en todas las obras dedicadas al autor catalán aparecen fotografías de este tipo de arco.

PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR
PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR

Fuera del entorno catalán y balear, Gaudí realizó tres obras: la ya comentada de El Capricho de Comillas, el Palacio Episcopal de Astorga (León) y la casa Fernández Andrés en León.

Sobre la segunda indicada, conviene apuntar que, en 1886, Joan Baptista Grau fue nombrado obispo de Astorga, y, puesto que había nacido también en Reus, conocía a Gaudí, ya renombrado y controvertido arquitecto. Apunto lo de controvertido dado que no todo el mundo estaba muy conforme con el tipo de arquitectura que realizaba, contraria a los planteamientos renovadores que algunos arquitectos impulsaban.

Ciertamente, el edificio de Astorga es un auténtico palacio-castillo con claras reminiscencias góticas. Inicialmente concebido como residencia del obispado, acabó convirtiéndose en un museo, ya que, aun teniendo por entonces la Iglesia un gran poder, la opulencia y ostentación de la obra eran visibles a todas luces.

PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR
PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR

En el comienzo del nuevo siglo, es decir, en 1900, Gaudí se embarcaría en un trabajo que acabaría siendo una de sus obras más admiradas y auténtico símbolo de Barcelona. Me refiero al Parque Güell, situado en los alrededores de la ciudad catalana.

Su promotor, Eusebi Güell, industrial y político catalán, ya conocía y admiraba a Antoni Gaudí, por lo que le había encargado previamente distintas obras antes de embarcarse en un proyecto de ciudad-jardín dentro de unos terrenos de su propiedad de unas 15 hectáreas en la accidentada montaña de Pelada.

La idea de ciudad-jardín no sedujo a la burguesía catalana, por lo que solo se vendieron dos parcelas, una de ellas para el propio Gaudí, quien construyó en este entorno su casa-muestra. Sin embargo, el lugar atrajo a grupos y asociaciones barcelonesas que celebraban allí espectáculos y encuentros al aire libre.

Así, en 1906, antes de concluir la sala hipóstila del templo dórico, se desarrolló el I Congreso de Lengua Catalana, en el que participaron Antoni Gaudí y Eusebi Güell como militantes activos a favor de la autonomía catalana.

En 1923, finalmente, el parque fue donado por el hijo de Güell al Ayuntamiento de Barcelona que lo transformó en parque público, por lo que acabó siendo uno de los mayores atractivos de la ciudad junto a la Sagrada Familia.

PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR

PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR
PULSE SOBRE LAS IMÁGENES PARA AMPLIAR

Hacia finales del siglo XIX y comienzos de XX, surge en Francia una corriente artística que reivindica el trabajo artesanal y la vuelta a las formas que nacen de la naturaleza. Me estoy refiriendo al art nouveau, que en nuestro país recibiría la denominación de modernismo.

Esta corriente tendría un gran desarrollo en el diseño de carteles, en ebanistería, joyería y, en menor medida, en el campo de la arquitectura, pues llevar a cabo la construcción con las pautas estéticas del modernismo suponía, de entrada, una gran inversión económica, puesto que la mayor parte había que realizarla artesanalmente.

Gaudí se adscribió a esta corriente con gran entusiasmo, ya que enlazaba muy bien con su propio carácter y su manera de entender la creación artística, en la que hay que incluir a la propia arquitectura.

Los dos ejemplos más significativos de esta corriente los vemos en el Paseo de Gracia de Barcelona. Allí se encuentran la Casa Batlló y la Casa Milà como paradigmas de la arquitectura modernista. La primera fue comenzada en 1904, acabándose dos años más tarde. Inmediatamente, en 1906, comenzaría la segunda, que, por sus características, recibiría la denominación popular de La Pedrera.

PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR
PULSE SOBRE LA IMAGEN PARA AMPLIAR

Inevitablemente habría que cerrar este artículo sobre el gran arquitecto catalán con el templo de la Sagrada Familia.

Dado que esta obra merecería un extenso artículo para describir mínimamente sus partes, quisiera simplemente apuntar que es el monumento más visitado de la Ciudad Condal, del que Gaudí se hizo cargo del mismo a partir de 1883, reinterpretando y reelaborando de forma gradual el proyecto de su predecesor, el arquitecto Francesc de Paula Villar.

Su trabajo la Sagrada Familia llegaría hasta 1926, puesto que el 10 de junio de ese año fallece al ser atropellado por un tranvía a la edad de 74 años. A su muerte le sucederían en la continuación de esta magna obra distintos arquitectos que seguirían la estela marcada por el genio catalán.

Los últimos años de Gaudí estuvieron consagrados íntegramente a esta magna obra. Vivía en la propia Sagrada Familia, cuya finalización estimaba en 200 años, y solo se permitía un paseo a orillas del mar los domingos por la mañana, acompañado de un grupo de jóvenes arquitectos con los que mantenía charlas sobre sus ideas acerca del arte, la arquitectura y la realidad política y social de Cataluña.

AURELIANO SÁINZ

© 2020 Montilla Digital · Quiénes somos · C/ Fuente Álamo, 34 | 14550 Montilla (Córdoba) | montilladigital@gmail.com

Designed by Open Themes & Nahuatl.mx.