La Agrupación de Cofradías devolvió ayer la imagen de la Inmaculada Concepción de la Parroquia de Santiago Apóstol a las calles del centro histórico de Montilla. La procesión, ya consolidada como una cita esperada en el calendario devocional del mes de diciembre, volvió a reencontrar a los fieles y devotos con una tradición que, con el paso de los años, ha ido creciendo en significado.
Como viene ocurriendo desde hace cuatro años, la venerada imagen de la Inmaculada Concepción, obra de las hermanas Cueto datada en 1740, partió desde la Parroquia de Santiago Apóstol, templo que la acoge durante todo el año. La salida tuvo lugar en torno a las 19.15 de la tarde, una vez concluida la eucaristía, en las vísperas de la solemnidad de la Purísima Concepción.
El cortejo avanzó por algunas de las vías más representativas del centro de la localidad, envuelto en los sones de la Agrupación Musical La Unión, que acompañó cada paso con ese aire solemne, profundo y elegante que distingue esta formación dirigida por Miguel Estepa, como si cada nota marcara no solo el ritmo de las marchas, sino también el pulso íntimo de los fieles que iluminaban el camino de la Virgen.
Uno de los momentos más significativos de la jornada se vivió en la Plaza de la Inmaculada, donde se celebró el tradicional acto de consagración a la Virgen. Allí, el cortejo se detuvo durante unos instantes para dar paso a las plegarias cantadas en honor de la imagen serena de la Inmaculada.
Tras ese acto, la procesión retomó su caminar por las calles Corredera, Don Gonzalo, Don Diego de Alvear, Hermanos Garnelo, Plaza de la Rosa, Arcipreste Fernández Casado e Iglesia, hasta el regreso al templo mayor de La Escuchuela, donde se puso el broche de oro a la cuarta ocasión en la que la talla procesiona de forma ordinaria por las calles de Montilla desde que se recuperó esta salida ordinaria.
La procesión de ayer se enmarcaba, además, en una efeméride de profundo significado histórico para la localidad: la conmemoración del 375.º aniversario del voto y juramento de defensa del misterio de la Purísima Concepción de María. Aquel compromiso fue suscrito el 12 de diciembre de 1650 en el convento de Santa Clara, impulsado por los marqueses de Priego y con la participación del clero y del pueblo de Montilla, según recoge el investigador Antonio Luis Jiménez Barranco en su blog Perfiles montillanos.
La fiesta anual que se celebraba en el convento de Santa Ana con motivo de la festividad de la Inmaculada es un buen ejemplo de hasta qué punto esta advocación estaba integrada en la vida cotidiana de Montilla. De hecho, todos los templos contaron, y siguen contando, con imágenes dedicadas a esta iconografía, siendo especialmente significativa la Inmaculada que se venera en la Parroquia de Santiago.
La huella de esta devoción ha quedado también reflejada en documentos de gran valor patrimonial, como el manuscrito Historia de la Muy Noble y Leal Ciudad de Montilla, firmado por Francisco de Borja Lorenzo Muñoz en 1779. En él se recoge una referencia directa al origen de Montilla “dedicada a María Santísima en el misterio de su purísima Concepción, Nuestra Madre, Patrona y Señora”.
Si ayer las calles vivieron la parte más visible y emotiva de la celebración, hoy lunes, 8 de diciembre, la solemnidad de la Inmaculada Concepción continúa desde otro plano, más íntimo y solidario. La Agrupación de Cofradías de Montilla celebra durante esta jornada una Veneración Mariana Solidaria en la Basílica Pontificia de San Juan de Ávila, un espacio que invita al silencio, a la oración y también al gesto compartido de la ayuda.
La veneración se está desarrollando en dos tramos horarios. El primero, celebrado durante la mañana, ha permitido que numerosos vecinos se hayan acercado ya hasta la basílica, que permanecerá abierta hasta las 14.00 horas, quedando luego por delante el segundo tramo, previsto entre las 18.00 y las 20.30 de la tarde.
Bajo la mirada serena de la Santísima Virgen, los devotos pueden realizar donativos económicos que serán destinados íntegramente a las Cáritas Parroquiales de Montilla. Un gesto sencillo, casi silencioso, que convierte la devoción en ayuda concreta. Y es que la fe, además de expresarse en la contemplación, adquiere también sentido cuando se traduce en compromiso con quienes más lo necesitan.
El interior de la Basílica de San Juan de Ávila vuelve a ser así un lugar de encuentro entre la espiritualidad y la solidaridad. No se trata solo de un acto externo, sino de una invitación a mirar alrededor con otros ojos. Como si, tras la emoción vivida ayer en las calles, la jornada de hoy ofreciera una prolongación más discreta, pero igual de profunda, de todo lo que la Inmaculada despierta en Montilla.
Como viene ocurriendo desde hace cuatro años, la venerada imagen de la Inmaculada Concepción, obra de las hermanas Cueto datada en 1740, partió desde la Parroquia de Santiago Apóstol, templo que la acoge durante todo el año. La salida tuvo lugar en torno a las 19.15 de la tarde, una vez concluida la eucaristía, en las vísperas de la solemnidad de la Purísima Concepción.
El cortejo avanzó por algunas de las vías más representativas del centro de la localidad, envuelto en los sones de la Agrupación Musical La Unión, que acompañó cada paso con ese aire solemne, profundo y elegante que distingue esta formación dirigida por Miguel Estepa, como si cada nota marcara no solo el ritmo de las marchas, sino también el pulso íntimo de los fieles que iluminaban el camino de la Virgen.
Uno de los momentos más significativos de la jornada se vivió en la Plaza de la Inmaculada, donde se celebró el tradicional acto de consagración a la Virgen. Allí, el cortejo se detuvo durante unos instantes para dar paso a las plegarias cantadas en honor de la imagen serena de la Inmaculada.
Tras ese acto, la procesión retomó su caminar por las calles Corredera, Don Gonzalo, Don Diego de Alvear, Hermanos Garnelo, Plaza de la Rosa, Arcipreste Fernández Casado e Iglesia, hasta el regreso al templo mayor de La Escuchuela, donde se puso el broche de oro a la cuarta ocasión en la que la talla procesiona de forma ordinaria por las calles de Montilla desde que se recuperó esta salida ordinaria.
La procesión de ayer se enmarcaba, además, en una efeméride de profundo significado histórico para la localidad: la conmemoración del 375.º aniversario del voto y juramento de defensa del misterio de la Purísima Concepción de María. Aquel compromiso fue suscrito el 12 de diciembre de 1650 en el convento de Santa Clara, impulsado por los marqueses de Priego y con la participación del clero y del pueblo de Montilla, según recoge el investigador Antonio Luis Jiménez Barranco en su blog Perfiles montillanos.
La fiesta anual que se celebraba en el convento de Santa Ana con motivo de la festividad de la Inmaculada es un buen ejemplo de hasta qué punto esta advocación estaba integrada en la vida cotidiana de Montilla. De hecho, todos los templos contaron, y siguen contando, con imágenes dedicadas a esta iconografía, siendo especialmente significativa la Inmaculada que se venera en la Parroquia de Santiago.
La huella de esta devoción ha quedado también reflejada en documentos de gran valor patrimonial, como el manuscrito Historia de la Muy Noble y Leal Ciudad de Montilla, firmado por Francisco de Borja Lorenzo Muñoz en 1779. En él se recoge una referencia directa al origen de Montilla “dedicada a María Santísima en el misterio de su purísima Concepción, Nuestra Madre, Patrona y Señora”.
Veneración Mariana Solidaria
Si ayer las calles vivieron la parte más visible y emotiva de la celebración, hoy lunes, 8 de diciembre, la solemnidad de la Inmaculada Concepción continúa desde otro plano, más íntimo y solidario. La Agrupación de Cofradías de Montilla celebra durante esta jornada una Veneración Mariana Solidaria en la Basílica Pontificia de San Juan de Ávila, un espacio que invita al silencio, a la oración y también al gesto compartido de la ayuda.
La veneración se está desarrollando en dos tramos horarios. El primero, celebrado durante la mañana, ha permitido que numerosos vecinos se hayan acercado ya hasta la basílica, que permanecerá abierta hasta las 14.00 horas, quedando luego por delante el segundo tramo, previsto entre las 18.00 y las 20.30 de la tarde.
Bajo la mirada serena de la Santísima Virgen, los devotos pueden realizar donativos económicos que serán destinados íntegramente a las Cáritas Parroquiales de Montilla. Un gesto sencillo, casi silencioso, que convierte la devoción en ayuda concreta. Y es que la fe, además de expresarse en la contemplación, adquiere también sentido cuando se traduce en compromiso con quienes más lo necesitan.
El interior de la Basílica de San Juan de Ávila vuelve a ser así un lugar de encuentro entre la espiritualidad y la solidaridad. No se trata solo de un acto externo, sino de una invitación a mirar alrededor con otros ojos. Como si, tras la emoción vivida ayer en las calles, la jornada de hoy ofreciera una prolongación más discreta, pero igual de profunda, de todo lo que la Inmaculada despierta en Montilla.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR



























































































