La iglesia de San Agustín se enfrenta a un nuevo y preocupante capítulo en su ya larga historia de rehabilitaciones. Las obras que actualmente se están llevando a cabo en este templo, uno de los más emblemáticos del patrimonio histórico y religioso de Montilla, han sacado a la luz un deterioro estructural mucho más grave del que se había previsto, especialmente en la cubierta del edificio.
El hallazgo ha obligado a replantear por completo la planificación de los trabajos y ha disparado los costes de ejecución, dejando a la Parroquia de San Sebastián sin los recursos necesarios para finalizar el proyecto. En ese sentido, el sacerdote titular del templo, Antonio Ramírez Climent, explicó ayer que el grave deterioro en San Agustín se descubrió tras retirar el tejado original.
"Al descubrir el tejado, aparecieron las alfajías con graves daños", reconoció el sacerdote montillano que, en la tarde de ayer, compareció ante los medios de comunicación junto al hermano mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, Francisco José Méndez Hidalgo, y al anterior responsable de la cofradía del Viernes Santo, José Carlos Carmona Márquez.
Este inesperado hallazgo durante el transcurso de las obras –que cuentan con el respaldo económico del Ayuntamiento de Montilla– ha puesto en evidencia un problema de fondo en la estructura del templo que "ahora requiere una intervención más profunda y costosa de lo que se había presupuestado inicialmente".
El Obispado de Córdoba, conocedor de la importancia del templo tanto desde el punto de vista religioso como patrimonial, ha mostrado su compromiso con la recuperación de la iglesia, destinando una ayuda de más de 270.000 euros, una cifra significativa pero insuficiente para cubrir el coste de la totalidad de los trabajos necesarios, según lamentó Ramírez Climent.
La iglesia de San Agustín forma parte del antiguo convento homónimo fundado en 1520, que perteneció a la Orden de San Agustín hasta la desamortización de 1835. Desde entonces, su historia ha estado marcada, en buena medida, por problemas estructurales y sucesivos intentos de restauración.
Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Monumento, su planta de cruz latina, sus retablos de gran devoción popular, sus lienzos e imágenes, así como su capilla dedicada a Nuestro Padre Jesús Nazareno, hacen de este templo un auténtico museo viviente de la religiosidad y el arte de Montilla.
A lo largo de los siglos, por sus muros han pasado importantes figuras de la espiritualidad y el pensamiento agustiniano. Desde el Beato Pedro de Madrid hasta el Beato Fernando Ayala de San José, pasando por el propio santo Tomás de Villanueva y san Alonso de Orozco.
La tradición también señala a san Francisco Solano y san Juan de Ávila como visitantes habituales del convento. "Incluso el actual Papa León XIV, perteneciente a la Orden de San Agustín, mantiene vínculos devocionales con algunos de estos santos ligados a Montilla", subrayó Antonio Ramírez Climent.
Durante las obras que se están ejecutando actualmente, se ha llevado a cabo la consolidación del suelo con una solera de hormigón y se ha previsto la instalación de nuevas infraestructuras eléctricas e iluminación. Tal y como avanzó en primicia Montilla Digital, el proyecto incluía la reparación de cubiertas en la nave principal, la sustitución de la estructura de la capilla de San Nicolás, así como del pavimento en la nave y del crucero de este espacio.
Las capillas laterales del crucero se solarán con baldosa hidráulica recuperada. Igualmente, se va a actuar en sus muros exteriores y en los de la iglesia recayentes al patio norte. También se intervendrá en los muros interiores de ésta y se dotará de nueva iluminación interior y red de megafonía.
Sin embargo, los imprevistos no han cesado durante la ejecución de los trabajos. La retirada de la cubierta original ha desvelado daños severos en las vigas, alfajías y maderas, algunas de ellas completamente podridas. "Cuando se han quitado las losas, hemos encontrado mucha madera podrida”, confirmó José Carlos Carmona, anterior hermano mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, quien ha seguido de cerca los trabajos.
Como consecuencia de ello, el presupuesto se ha desbordado y urge conseguir más fondos. A este respecto, la Parroquia de San Sebastián ha activado una campaña de recaudación abierta a toda la ciudadanía, habilitando un número de cuenta en CajaSur (ES25 0237 4456 4091 7419 5784) y un número de Bizum (11150).
Por su parte, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores también ha respondido al llamamiento. Su actual hermano mayor, Francisco José Méndez, manifestó que la cofradía del Viernes Santo "va a estar colaborando, como no puede ser de otra manera, en la medida de sus posibilidades". En ese sentido, reiteró que seguirán "codo con codo" con Antonio Ramírez Climent para respaldar las iniciativas que vaya proponiendo.
Con todo, la implicación de la Hermandad del Nazareno con el mantenimiento de su sede canónica no es nueva en absoluto. Durante los últimos años ha asumido parte del coste de rehabilitación de su capilla y otras dependencias dentro del templo. Ahora, ante esta nueva dificultad, se han vuelto a ofrecer para trabajar activamente en la recaudación de fondos y en la difusión del proyecto. "Lo único que nos queda es ponernos manos a la obra", afirmó Méndez.
Mientras tanto, la obra avanza. El suelo ya está casi terminado, a falta de colocar la solería definitiva. Pero la cubierta sigue siendo el gran desafío. Su complejidad arquitectónica y su deterioro hacen imprescindible intervenir con materiales más ligeros, que eviten los problemas de sobrepeso y humedades que han afectado históricamente al templo. "La cubierta se va a arreglar completamente", confirmó Carmona quien, no obstante, precisó que el incremento de costes obligará a recortar otras actuaciones "menos prioritarias" si no se consigue financiación adicional.
Pero el tiempo apremia. Las copiosas lluvias de esta pasada primavera, unidas al paso de los años y a los costes crecientes de los materiales de construcción podrían comprometer aún más el futuro del templo de la calle Ancha si no se actúa con rapidez.
Desde la Parroquia de San Sebastián, el mensaje es claro: "San Agustín no es solo una iglesia, es parte viva del alma de Montilla". En ese sentido, subrayan que "su recuperación completa no es solo un objetivo arquitectónico o presupuestario, sino un compromiso colectivo con la historia, la fe y la cultura de toda una ciudad".
El hallazgo ha obligado a replantear por completo la planificación de los trabajos y ha disparado los costes de ejecución, dejando a la Parroquia de San Sebastián sin los recursos necesarios para finalizar el proyecto. En ese sentido, el sacerdote titular del templo, Antonio Ramírez Climent, explicó ayer que el grave deterioro en San Agustín se descubrió tras retirar el tejado original.
"Al descubrir el tejado, aparecieron las alfajías con graves daños", reconoció el sacerdote montillano que, en la tarde de ayer, compareció ante los medios de comunicación junto al hermano mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, Francisco José Méndez Hidalgo, y al anterior responsable de la cofradía del Viernes Santo, José Carlos Carmona Márquez.

Este inesperado hallazgo durante el transcurso de las obras –que cuentan con el respaldo económico del Ayuntamiento de Montilla– ha puesto en evidencia un problema de fondo en la estructura del templo que "ahora requiere una intervención más profunda y costosa de lo que se había presupuestado inicialmente".
El Obispado de Córdoba, conocedor de la importancia del templo tanto desde el punto de vista religioso como patrimonial, ha mostrado su compromiso con la recuperación de la iglesia, destinando una ayuda de más de 270.000 euros, una cifra significativa pero insuficiente para cubrir el coste de la totalidad de los trabajos necesarios, según lamentó Ramírez Climent.
La iglesia de San Agustín forma parte del antiguo convento homónimo fundado en 1520, que perteneció a la Orden de San Agustín hasta la desamortización de 1835. Desde entonces, su historia ha estado marcada, en buena medida, por problemas estructurales y sucesivos intentos de restauración.

Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Monumento, su planta de cruz latina, sus retablos de gran devoción popular, sus lienzos e imágenes, así como su capilla dedicada a Nuestro Padre Jesús Nazareno, hacen de este templo un auténtico museo viviente de la religiosidad y el arte de Montilla.
A lo largo de los siglos, por sus muros han pasado importantes figuras de la espiritualidad y el pensamiento agustiniano. Desde el Beato Pedro de Madrid hasta el Beato Fernando Ayala de San José, pasando por el propio santo Tomás de Villanueva y san Alonso de Orozco.
La tradición también señala a san Francisco Solano y san Juan de Ávila como visitantes habituales del convento. "Incluso el actual Papa León XIV, perteneciente a la Orden de San Agustín, mantiene vínculos devocionales con algunos de estos santos ligados a Montilla", subrayó Antonio Ramírez Climent.
Unas obras muy esperadas
Durante las obras que se están ejecutando actualmente, se ha llevado a cabo la consolidación del suelo con una solera de hormigón y se ha previsto la instalación de nuevas infraestructuras eléctricas e iluminación. Tal y como avanzó en primicia Montilla Digital, el proyecto incluía la reparación de cubiertas en la nave principal, la sustitución de la estructura de la capilla de San Nicolás, así como del pavimento en la nave y del crucero de este espacio.
Las capillas laterales del crucero se solarán con baldosa hidráulica recuperada. Igualmente, se va a actuar en sus muros exteriores y en los de la iglesia recayentes al patio norte. También se intervendrá en los muros interiores de ésta y se dotará de nueva iluminación interior y red de megafonía.
Sin embargo, los imprevistos no han cesado durante la ejecución de los trabajos. La retirada de la cubierta original ha desvelado daños severos en las vigas, alfajías y maderas, algunas de ellas completamente podridas. "Cuando se han quitado las losas, hemos encontrado mucha madera podrida”, confirmó José Carlos Carmona, anterior hermano mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, quien ha seguido de cerca los trabajos.

Como consecuencia de ello, el presupuesto se ha desbordado y urge conseguir más fondos. A este respecto, la Parroquia de San Sebastián ha activado una campaña de recaudación abierta a toda la ciudadanía, habilitando un número de cuenta en CajaSur (ES25 0237 4456 4091 7419 5784) y un número de Bizum (11150).
Por su parte, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores también ha respondido al llamamiento. Su actual hermano mayor, Francisco José Méndez, manifestó que la cofradía del Viernes Santo "va a estar colaborando, como no puede ser de otra manera, en la medida de sus posibilidades". En ese sentido, reiteró que seguirán "codo con codo" con Antonio Ramírez Climent para respaldar las iniciativas que vaya proponiendo.
Con todo, la implicación de la Hermandad del Nazareno con el mantenimiento de su sede canónica no es nueva en absoluto. Durante los últimos años ha asumido parte del coste de rehabilitación de su capilla y otras dependencias dentro del templo. Ahora, ante esta nueva dificultad, se han vuelto a ofrecer para trabajar activamente en la recaudación de fondos y en la difusión del proyecto. "Lo único que nos queda es ponernos manos a la obra", afirmó Méndez.

Mientras tanto, la obra avanza. El suelo ya está casi terminado, a falta de colocar la solería definitiva. Pero la cubierta sigue siendo el gran desafío. Su complejidad arquitectónica y su deterioro hacen imprescindible intervenir con materiales más ligeros, que eviten los problemas de sobrepeso y humedades que han afectado históricamente al templo. "La cubierta se va a arreglar completamente", confirmó Carmona quien, no obstante, precisó que el incremento de costes obligará a recortar otras actuaciones "menos prioritarias" si no se consigue financiación adicional.
Pero el tiempo apremia. Las copiosas lluvias de esta pasada primavera, unidas al paso de los años y a los costes crecientes de los materiales de construcción podrían comprometer aún más el futuro del templo de la calle Ancha si no se actúa con rapidez.
Desde la Parroquia de San Sebastián, el mensaje es claro: "San Agustín no es solo una iglesia, es parte viva del alma de Montilla". En ese sentido, subrayan que "su recuperación completa no es solo un objetivo arquitectónico o presupuestario, sino un compromiso colectivo con la historia, la fe y la cultura de toda una ciudad".
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR / HERMANDAD DEL NAZARENO
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR / HERMANDAD DEL NAZARENO

