La Comisión Provincial de Patrimonio de la Junta de Andalucía ha aprobado una nueva intervención en el castillo de El Gran Capitán, que permitirá recuperar y poner en valor parte de su estructura original. La decisión, que supone un nuevo impulso al proyecto de recuperación del emblemático recinto medieval, se centra en la excavación, restauración y consolidación de la muralla noreste y del baluarte de entrada, enclaves claves en la historia del conjunto monumental.
Presidida por el delegado territorial de Cultura y Deporte, Eduardo Lucena, la Comisión ha informado favorablemente sobre esta actuación que, lejos de ser un hecho aislado, se enmarca dentro de un ambicioso plan de recuperación por fases del castillo. Dos de estas fases ya han sido ejecutadas, y han permitido avanzar notablemente en el conocimiento y conservación de una de las fortalezas más emblemáticas de la Campiña Sur cordobesa.
En concreto, las fases ahora autorizadas contemplan dos líneas de intervención. La primera se centrará en la torre sur, que se considera el antiguo baluarte de entrada al recinto, y su zona adyacente. Según los planes, se acometerá una exhaustiva excavación arqueológica para recuperar parte del interior de la torre y su tramo de muralla anexo, explorando tanto su morfología como el sistema de acceso original. Los trabajos se extenderán a la prolongación este de la torre y a su esquina suroeste.
Una vez finalizada la fase de investigación arqueológica, se procederá a una limpieza integral del entorno, incluyendo la eliminación de vegetación y la desinfección de los materiales. La intervención continuará con la consolidación de las fábricas mediante silicato de etilo, el retacado de juntas con mortero de cal y arena, y la reconstrucción volumétrica de los elementos dañados con mampostería, además de la aplicación de tratamientos hidrofugantes que garanticen la durabilidad de los materiales.
La segunda fase, no menos relevante, permitirá sacar a la luz el alzado exterior de la muralla noreste, actualmente soterrado. Se investigará el estado de sus cimentaciones y la secuencia estratigráfica de esta zona, fundamental para comprender cómo se articulaba la defensa del recinto.
Tras los estudios preliminares, se ejecutarán tareas similares a las de la primera fase: limpieza superficial, consolidación del tapial, reconstrucción de los elementos arquitectónicos, tratamiento de grietas y aplicación de productos protectores en lienzos y torres. Además, se dispondrá una capa de grava en la base de la muralla y se instalarán dos pasarelas que enlazarán con la estructura ya existente para facilitar el recorrido por el recinto.
Las obras deberán ser realizadas por especialistas en patrimonio y arqueología, y cada fase conllevará la presentación de una propuesta definitiva ajustada a los hallazgos obtenidos durante la excavación. De igual modo, se exigirá al término de los trabajos una memoria detallada de las actuaciones ejecutadas.
Esta nueva etapa coincide con la subvención de más de 640.000 euros que el Gobierno de España concedió al Ayuntamiento de Montilla el pasado mes de enero, en el marco de los fondos del 2% Cultural. Esta línea de ayudas, que obliga al Ejecutivo central a destinar el 2 por ciento del presupuesto de sus obras públicas a intervenciones en el patrimonio histórico, permitirá acometer nuevas actuaciones sobre un castillo cuya historia se remonta a finales del siglo XIII y comienzos del XIV, y que sigue ofreciendo sorpresas a medida que avanzan las investigaciones.
El alcalde de Montilla, Rafael Llamas, ya adelantó que los fondos estatales se destinarían a trabajos en la zona noreste del alcázar y sus borjes, así como al baluarte de entrada y la muralla adyacente, espacio que el cronista oficial de la ciudad, José Rey García, identifica como el lugar donde se encontraba la gran puerta de acceso al recinto.
“El Gobierno de España ha vuelto a mostrar su compromiso con el proyecto histórico y turístico que impulsa el Ayuntamiento en torno al castillo de El Gran Capitán, una figura de primer orden mundial”, declaró el primer edil, subrayando que estas campañas arqueológicas permiten conocer cómo era el entorno en el que nació y creció el insigne Gonzalo Fernández de Córdoba.
El castillo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y registrado en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, ocupa una superficie de casi 11.000 metros cuadrados. Desde el año 2000, y tras su adquisición municipal en 1998, ha sido objeto de múltiples campañas arqueológicas.
Estos estudios han permitido constatar que, más allá de su función militar, el recinto albergaba una casa-palacio y un complejo de edificaciones de servicio. Incluso se ha documentado un espacio industrial dedicado a la producción de vino, promovido por los Fernández de Córdoba en los siglos XIV y XV.
Presidida por el delegado territorial de Cultura y Deporte, Eduardo Lucena, la Comisión ha informado favorablemente sobre esta actuación que, lejos de ser un hecho aislado, se enmarca dentro de un ambicioso plan de recuperación por fases del castillo. Dos de estas fases ya han sido ejecutadas, y han permitido avanzar notablemente en el conocimiento y conservación de una de las fortalezas más emblemáticas de la Campiña Sur cordobesa.
En concreto, las fases ahora autorizadas contemplan dos líneas de intervención. La primera se centrará en la torre sur, que se considera el antiguo baluarte de entrada al recinto, y su zona adyacente. Según los planes, se acometerá una exhaustiva excavación arqueológica para recuperar parte del interior de la torre y su tramo de muralla anexo, explorando tanto su morfología como el sistema de acceso original. Los trabajos se extenderán a la prolongación este de la torre y a su esquina suroeste.

Una vez finalizada la fase de investigación arqueológica, se procederá a una limpieza integral del entorno, incluyendo la eliminación de vegetación y la desinfección de los materiales. La intervención continuará con la consolidación de las fábricas mediante silicato de etilo, el retacado de juntas con mortero de cal y arena, y la reconstrucción volumétrica de los elementos dañados con mampostería, además de la aplicación de tratamientos hidrofugantes que garanticen la durabilidad de los materiales.
La segunda fase, no menos relevante, permitirá sacar a la luz el alzado exterior de la muralla noreste, actualmente soterrado. Se investigará el estado de sus cimentaciones y la secuencia estratigráfica de esta zona, fundamental para comprender cómo se articulaba la defensa del recinto.
Tras los estudios preliminares, se ejecutarán tareas similares a las de la primera fase: limpieza superficial, consolidación del tapial, reconstrucción de los elementos arquitectónicos, tratamiento de grietas y aplicación de productos protectores en lienzos y torres. Además, se dispondrá una capa de grava en la base de la muralla y se instalarán dos pasarelas que enlazarán con la estructura ya existente para facilitar el recorrido por el recinto.

Las obras deberán ser realizadas por especialistas en patrimonio y arqueología, y cada fase conllevará la presentación de una propuesta definitiva ajustada a los hallazgos obtenidos durante la excavación. De igual modo, se exigirá al término de los trabajos una memoria detallada de las actuaciones ejecutadas.
Esta nueva etapa coincide con la subvención de más de 640.000 euros que el Gobierno de España concedió al Ayuntamiento de Montilla el pasado mes de enero, en el marco de los fondos del 2% Cultural. Esta línea de ayudas, que obliga al Ejecutivo central a destinar el 2 por ciento del presupuesto de sus obras públicas a intervenciones en el patrimonio histórico, permitirá acometer nuevas actuaciones sobre un castillo cuya historia se remonta a finales del siglo XIII y comienzos del XIV, y que sigue ofreciendo sorpresas a medida que avanzan las investigaciones.
El alcalde de Montilla, Rafael Llamas, ya adelantó que los fondos estatales se destinarían a trabajos en la zona noreste del alcázar y sus borjes, así como al baluarte de entrada y la muralla adyacente, espacio que el cronista oficial de la ciudad, José Rey García, identifica como el lugar donde se encontraba la gran puerta de acceso al recinto.

“El Gobierno de España ha vuelto a mostrar su compromiso con el proyecto histórico y turístico que impulsa el Ayuntamiento en torno al castillo de El Gran Capitán, una figura de primer orden mundial”, declaró el primer edil, subrayando que estas campañas arqueológicas permiten conocer cómo era el entorno en el que nació y creció el insigne Gonzalo Fernández de Córdoba.
El castillo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y registrado en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, ocupa una superficie de casi 11.000 metros cuadrados. Desde el año 2000, y tras su adquisición municipal en 1998, ha sido objeto de múltiples campañas arqueológicas.
Estos estudios han permitido constatar que, más allá de su función militar, el recinto albergaba una casa-palacio y un complejo de edificaciones de servicio. Incluso se ha documentado un espacio industrial dedicado a la producción de vino, promovido por los Fernández de Córdoba en los siglos XIV y XV.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: DEPOSITPHOTOS.COM
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