Frente a los coqueteos clásicos del sinfonismo, lo duro significa (otra vez) el lado salvaje. En el cambio de década se llamó “underground” o de “música progresiva” a grupos (sobre todo americanos) tan distintos como Iron Butterfly o Chicago… Pero también a Steppenwolf o Led Zeppelin, que acortan las improvisaciones, creando temas fuertes.
Suenan punteos de guitarras afiladas y órgano, la voz busca lo áspero y agudo: volumen y potencia a tope. Influencias de Hendrix y los Who (aún activos entonces). Al oírlos hay que moverse, fingiendo que se toca un instrumento. Para estos se especializó lo de música – fuerza, “hard rock”, “heavy metal”, rock duro. Melena, vaqueros de campana, muñequeras, un poco a lo hippie algo endurecido. Grupos como MC5, Humble Pie, Grand Funk Railroad, Mountain, Black Sabbath, Led Zeppelin…
Tras los pioneros, grupos de la segunda mitad de los 70 como AC/DC, Aerosmith, y luego Iron Maiden, han moldeado la mitología heavy. El riesgo siempre ha sido la repetición de esquemas. Entre las tendencias posteriores (hasta hay heavies blandos, como Bon Jovi) destacan el “trash-metal” de Anthrax o Metallica y grupos como Guns & Roses.
Verán lo que pasó: el “hard” desarrolló lo espectacular auditivo (volumen). Casi al momento, el “glam” lo completaría con lo espectacular visual. Así, a mediados de los 70, lo que se oía en un concierto era sólo tan importante como lo que se veía. Hasta entonces, siempre lo había sido más. Algunos aficionados rompieron ahí sus lazos con las estrellas pop, cada vez más distantes.
El hard es masculino; el glam ambiguo, jugando con lo femenino, también lleno de aristas. A veces, la única forma de distinguir es por la pinta (ejemplo: Slade, del lado macarra glam).
Marc Bolan siempre cuidó su aspecto: había sido un mod. Y también David Bowie, que tenía, además, experiencia teatral (con Lindsay Kemp). Los dos estaban preparados para la actitud de fantasía decadente. Bolan, además, aportó con T. Rex el sonido identificativo: pesado, grave, de bajo y batería, palmadas y coros.
En España (donde apenas se atrevieron Pau Riba y, más tarde, Tino Casal) lo llamábamos “gay power”, el “look” más exótico: pelo de longitud variable, brillos (“glitter”), ojos y bocas pintados, zapatos de alta plataforma, campana, plástico, cuero y lamé a todo color. Véanlo ejemplificado en El rey del glam, de Alaska y Dinarama (1983).
Poses provocativas. Un juego muy fuerte para el hombre hombre, buenos tiempos para los chicos alegres de todo el mundo. En los U.S.A., además de los precursores New York Dolls, el toque sangriento de Alice Cooper o Iggy Pop, Suzy Quatro, enfundada en cuero sexy, era casi la única chica. Un verdadero transexual (Jayne –ex Wayne– County) solo llegaría a grabar con el punk.
A la moda glam, que terminó hacia el 75 (Bolan murió joven, en el 77) también se apuntaron casi todos, de los Rolling a los hermanos Winter. Fue un punto de coincidencia triunfal para individualidades como Elton John, Bowie, o su producido Lou Reed (ex Velvet Underground). Y la razón de ser de los más identificativos (Glitter, Sweet, Slade). Su sofisticación llega, a través de los supervivientes Bowie y Roxy Music, a los “nuevos románticos” en los 80; y a la música de baile desde entonces.
Usaremos una buena recopilación: Glam Slam (K-TEL, 1989, NE 1434). No para el estupendo rock duro original: hay que ingeniárselas.
Suenan punteos de guitarras afiladas y órgano, la voz busca lo áspero y agudo: volumen y potencia a tope. Influencias de Hendrix y los Who (aún activos entonces). Al oírlos hay que moverse, fingiendo que se toca un instrumento. Para estos se especializó lo de música – fuerza, “hard rock”, “heavy metal”, rock duro. Melena, vaqueros de campana, muñequeras, un poco a lo hippie algo endurecido. Grupos como MC5, Humble Pie, Grand Funk Railroad, Mountain, Black Sabbath, Led Zeppelin…
Tras los pioneros, grupos de la segunda mitad de los 70 como AC/DC, Aerosmith, y luego Iron Maiden, han moldeado la mitología heavy. El riesgo siempre ha sido la repetición de esquemas. Entre las tendencias posteriores (hasta hay heavies blandos, como Bon Jovi) destacan el “trash-metal” de Anthrax o Metallica y grupos como Guns & Roses.
Verán lo que pasó: el “hard” desarrolló lo espectacular auditivo (volumen). Casi al momento, el “glam” lo completaría con lo espectacular visual. Así, a mediados de los 70, lo que se oía en un concierto era sólo tan importante como lo que se veía. Hasta entonces, siempre lo había sido más. Algunos aficionados rompieron ahí sus lazos con las estrellas pop, cada vez más distantes.

El hard es masculino; el glam ambiguo, jugando con lo femenino, también lleno de aristas. A veces, la única forma de distinguir es por la pinta (ejemplo: Slade, del lado macarra glam).
Marc Bolan siempre cuidó su aspecto: había sido un mod. Y también David Bowie, que tenía, además, experiencia teatral (con Lindsay Kemp). Los dos estaban preparados para la actitud de fantasía decadente. Bolan, además, aportó con T. Rex el sonido identificativo: pesado, grave, de bajo y batería, palmadas y coros.
En España (donde apenas se atrevieron Pau Riba y, más tarde, Tino Casal) lo llamábamos “gay power”, el “look” más exótico: pelo de longitud variable, brillos (“glitter”), ojos y bocas pintados, zapatos de alta plataforma, campana, plástico, cuero y lamé a todo color. Véanlo ejemplificado en El rey del glam, de Alaska y Dinarama (1983).
Poses provocativas. Un juego muy fuerte para el hombre hombre, buenos tiempos para los chicos alegres de todo el mundo. En los U.S.A., además de los precursores New York Dolls, el toque sangriento de Alice Cooper o Iggy Pop, Suzy Quatro, enfundada en cuero sexy, era casi la única chica. Un verdadero transexual (Jayne –ex Wayne– County) solo llegaría a grabar con el punk.
A la moda glam, que terminó hacia el 75 (Bolan murió joven, en el 77) también se apuntaron casi todos, de los Rolling a los hermanos Winter. Fue un punto de coincidencia triunfal para individualidades como Elton John, Bowie, o su producido Lou Reed (ex Velvet Underground). Y la razón de ser de los más identificativos (Glitter, Sweet, Slade). Su sofisticación llega, a través de los supervivientes Bowie y Roxy Music, a los “nuevos románticos” en los 80; y a la música de baile desde entonces.
Usaremos una buena recopilación: Glam Slam (K-TEL, 1989, NE 1434). No para el estupendo rock duro original: hay que ingeniárselas.
Audición
- Stteppenwolf: Born to be wild (1968).
- Crow: Slow down (1970)
- Led Zeppelin: Whole lotta love (1970)
- Deep Purple: Highway star (1972)
- Slade: Mama weer crazy now (1972) [*]
- Grand Funk Railroad: The Locomotion (1974)
- Black Sabbath: Sabbra Cadabra (1974)
- David Bowie: Changes (1972)
- T. Rex: Hot love (1971) [*]
- Gary Glitter: Do you wanna touch me (1973) [*]
- Suzy Quatro: Devil Gate Drive (1974) [*]
- Sweet: The Ballroom Blitz (1973) [*]
- Lou Reed: Vicious (1972)
- Elton John: Saturday’ s night’ s allright (for fighting) (1973) [*]
- Alice Cooper: School’ s out (1972, versión del 77) [*].
© JOSÉ ANTONIO PONFERRADA
ILUSTRACIÓN: © JOSÉ ANTONIO PONFERRADA
ILUSTRACIÓN: © JOSÉ ANTONIO PONFERRADA

