El Pabellón Municipal de Deportes de Montilla se convirtió ayer en escenario vivo de uno de los momentos más sobrecogedores de la historia de la cristiandad: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. La Representación Dramática de La Pasión volvió a celebrarse con dos funciones —a las 17.30 y a las 20.45 de la tarde— que atrajeron a cientos de espectadores llegados desde distintos puntos de Andalucía con el objetivo de disfrutar de uno de los grandes referentes culturales y religiosos de la Semana Santa cordobesa.
Desde el año 1992, esta representación teatral ha ofrecido una forma singular de inaugurar la Semana Santa en Montilla, a través de una cuidada puesta en escena en la que participan más de 400 personas, entre actores, tramoyistas, técnicos y voluntarios, todos ellos coordinados por Manuel del Árbol, Carlos Raigón y José María Luque.
El espectáculo, completamente autogestionado por una asociación con casi 400 socios, con la colaboración del Ayuntamiento de Montilla y de la Diputación de Córdoba, requiere cada año semanas de trabajo para transformar el Pabellón de Deportes, que durante esta semana ha suspendido su actividad habitual, en una versión moderna de la Vía Dolorosa.
El espacio escénico, dividido en tres grandes escenarios, albergó momentos emblemáticos del Nuevo Testamento, como la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, la Santa Cena o el Prendimiento del Señor. Muchas de ellas evocan, por su ambientación, las estaciones de penitencia de las cofradías montillanas.
La edición de este año estuvo marcada por algunas novedades técnicas. Según confirmó el presidente de la asociación, Manuel del Árbol, se estrenó una plataforma de madera para proteger el pavimento del pabellón y un sistema de iluminación LED regulable, que logró intensificar los efectos lumínicos en cada escena sin distraer al público. Cambios sutiles, casi imperceptibles, pero que contribuyeron a reforzar la atmósfera casi mágica del fastuoso montaje.
En el reparto destacó el regreso de Antonio Luque-Romero Robles en el papel de Jesucristo durante una de las funciones, compartiendo protagonismo con Pablo del Árbol, ya veterano en estas lides. Ambos fueron arropados por un elenco formado por actores aficionados, procedentes del mundo cofrade montillano, vinculados a hermandades o colectivos como la Centuria Romana Munda.
El teniente de alcalde de Deportes, Festejos y Educación, Miguel Sánchez, valoró la iniciativa como "una referencia con mayúsculas de la Semana Santa de Montilla" y elogió el ejemplo de asociacionismo que representa esta propuesta cultural, nacida de la visión de Rafael Delgado Luque-Romero —impulsor de La Pasión y figura clave de la vida cofrade local— junto a José Ferreira Gutiérrez y Manuel Ruz Feria.
A lo largo de sus más de tres décadas de historia, La Pasión ha evolucionado desde el texto original de La Divina Tragedia del jesuita José Julio Martínez hacia un guion casi completamente original, con influencias literarias de León Felipe y referencias musicales a La Pasión según San Mateo, de Bach. Una evolución que no ha hecho más que enriquecer una representación que combina fe, arte y tradición.
El principal impulsor de la Representación Dramática de La Pasión fue Rafael Delgado Luque-Romero, presidente de la Agrupación de Cofradías entre 1990 y 1997 y sexto Cofrade Ejemplar de la Semana Santa de Montilla, además de patrono de honor de la Fundación Social Universal (FSU).
En 1991, y junto a José Ferreira y a Manuel Ruz Feria, también patronos de la FSU, decidió impulsar una gran obra de teatro que recrease en Montilla la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Y para recaudar los fondos necesarios con los que poner en marcha esta espectacular obra, los promotores de La Pasión decidieron confeccionar, el 16 de febrero de 1992, un tapiz en la Plaza de la Rosa formado por 591.873 monedas de 5 pesetas, que alcanzó una superficie de 272 metros cuadrados y que llegó a figurar en el Libro Guinness de los Récords.
En sus orígenes, la obra comenzó ciñéndose a La Divina Tragedia escrita por el jesuita José Julio Martínez. Con todo, el texto ha ido evolucionando hasta el punto de que la práctica totalidad del guion es original. A su vez, muchas de las escenas –como la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, la Santa Cena o el Prendimiento del Señor– evocan en su escenografía las estaciones de penitencia de las cofradías montillanas, guardando un innegable parecido con la Semana Santa local.
En 2019, la Representación Dramática de La Pasión ofreció una renovada versión ante el numeroso público que se dio cita en el Pabellón Municipal de Deportes de Montilla. Casi tres décadas después de su primera puesta en escena, La Pasión ofreció nuevos textos con la voz de José Antonio Luque, santo y seña del programa radiofónico Paso a paso de Canal Sur, junto a una nueva iluminación y un renovado decorado.
Inspirados en la obra de León Felipe y de La Pasión según San Mateo de Bach, los nuevos textos invitan a los espectadores a reflexionar sobre cada una de las escenas que interpretan los cerca de 250 actores que encarnan los Evangelios en la pista central del Pabellón.
A lo largo de los años, La Pasión Representación ha logrado reunir a un equipo multidisciplinar compuesto por actores de diferentes sectores y edades. Entre sus colaboradores más cercanos se encuentran el Grupo de Teatro La Cepa de la Asociación de Antiguos Alumnos de Don Bosco, la Centuria Romana Munda o la Fundación Futuro Singular, una entidad sin ánimo de lucro dedicada al desarrollo de personas con capacidades diferentes. Con el pabellón a rebosar y un público emocionado, Montilla volvió a dar la bienvenida a su Semana Santa con una representación que ya es patrimonio vivo de su identidad cultural y religiosa.
En otro punto de la ciudad, la Parroquia de San Francisco Solano acogió uno de los actos de culto más íntimos y sobrecogedores de la recta final de la Cuaresma montillana. El Piadoso Vía Crucis Claustral del Señor de la Humildad y Paciencia discurrió en el interior del templo a la luz de las velas, con una sobriedad que invitó al recogimiento, ante la atenta mirada de decenas de fieles, devotos y hermanos de la Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, María Santísima de la Caridad en sus Tristezas y San Francisco Solano.
Finalizado el rezo de las estaciones, la imagen fue entronizada en su paso procesional, a los sones de una saeta –ya tradicional– recitada por Eva María Carrasco. De este modo, el Señor de la Humildad ya permanece entronizado en su “nube de caoba y plata”, donde aguardará a su estación de penitencia en la noche del Martes Santo.
Simultáneamente, a la misma hora, la Cofradía Penitencial de la Vera Cruz y Devota Hermandad del Santo Cristo de Zacatecas y Santa María del Socorro, Madre de Dios y Madre Nuestra convocó a hermanos y devotos en la Parroquia de Santiago Apóstol para celebrar el tradicional Vía Crucis con el Santo Cristo de Zacatecas. La talla, de profundo carácter expresivo, recorrió las naves de la Parroquia Mayor de Montilla debido a las inclemencias meteorológicas que impidieron el normal discurrir del crucificado por el pintoresco Barrio de la Escuchuela.
Al término del acto penitencial, el Cristo de Zacatecas fue dispuesto también en su trono a la espera de un nuevo Martes Santo, en el que la cofradía estrenará el cuerpo de dalmáticas, realizadas por la modista y patronista montillana Rosa Herrador y, completando el conjunto, el juego de cuatro ciriales, bajo la gubia del montillano Ismael López Gómez y el enriquecimiento en orfebrería de José Redondo.

Desde el año 1992, esta representación teatral ha ofrecido una forma singular de inaugurar la Semana Santa en Montilla, a través de una cuidada puesta en escena en la que participan más de 400 personas, entre actores, tramoyistas, técnicos y voluntarios, todos ellos coordinados por Manuel del Árbol, Carlos Raigón y José María Luque.
El espectáculo, completamente autogestionado por una asociación con casi 400 socios, con la colaboración del Ayuntamiento de Montilla y de la Diputación de Córdoba, requiere cada año semanas de trabajo para transformar el Pabellón de Deportes, que durante esta semana ha suspendido su actividad habitual, en una versión moderna de la Vía Dolorosa.

El espacio escénico, dividido en tres grandes escenarios, albergó momentos emblemáticos del Nuevo Testamento, como la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, la Santa Cena o el Prendimiento del Señor. Muchas de ellas evocan, por su ambientación, las estaciones de penitencia de las cofradías montillanas.
La edición de este año estuvo marcada por algunas novedades técnicas. Según confirmó el presidente de la asociación, Manuel del Árbol, se estrenó una plataforma de madera para proteger el pavimento del pabellón y un sistema de iluminación LED regulable, que logró intensificar los efectos lumínicos en cada escena sin distraer al público. Cambios sutiles, casi imperceptibles, pero que contribuyeron a reforzar la atmósfera casi mágica del fastuoso montaje.

En el reparto destacó el regreso de Antonio Luque-Romero Robles en el papel de Jesucristo durante una de las funciones, compartiendo protagonismo con Pablo del Árbol, ya veterano en estas lides. Ambos fueron arropados por un elenco formado por actores aficionados, procedentes del mundo cofrade montillano, vinculados a hermandades o colectivos como la Centuria Romana Munda.
El teniente de alcalde de Deportes, Festejos y Educación, Miguel Sánchez, valoró la iniciativa como "una referencia con mayúsculas de la Semana Santa de Montilla" y elogió el ejemplo de asociacionismo que representa esta propuesta cultural, nacida de la visión de Rafael Delgado Luque-Romero —impulsor de La Pasión y figura clave de la vida cofrade local— junto a José Ferreira Gutiérrez y Manuel Ruz Feria.

A lo largo de sus más de tres décadas de historia, La Pasión ha evolucionado desde el texto original de La Divina Tragedia del jesuita José Julio Martínez hacia un guion casi completamente original, con influencias literarias de León Felipe y referencias musicales a La Pasión según San Mateo, de Bach. Una evolución que no ha hecho más que enriquecer una representación que combina fe, arte y tradición.
Más de tres décadas de historia
El principal impulsor de la Representación Dramática de La Pasión fue Rafael Delgado Luque-Romero, presidente de la Agrupación de Cofradías entre 1990 y 1997 y sexto Cofrade Ejemplar de la Semana Santa de Montilla, además de patrono de honor de la Fundación Social Universal (FSU).

En 1991, y junto a José Ferreira y a Manuel Ruz Feria, también patronos de la FSU, decidió impulsar una gran obra de teatro que recrease en Montilla la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Y para recaudar los fondos necesarios con los que poner en marcha esta espectacular obra, los promotores de La Pasión decidieron confeccionar, el 16 de febrero de 1992, un tapiz en la Plaza de la Rosa formado por 591.873 monedas de 5 pesetas, que alcanzó una superficie de 272 metros cuadrados y que llegó a figurar en el Libro Guinness de los Récords.
En sus orígenes, la obra comenzó ciñéndose a La Divina Tragedia escrita por el jesuita José Julio Martínez. Con todo, el texto ha ido evolucionando hasta el punto de que la práctica totalidad del guion es original. A su vez, muchas de las escenas –como la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, la Santa Cena o el Prendimiento del Señor– evocan en su escenografía las estaciones de penitencia de las cofradías montillanas, guardando un innegable parecido con la Semana Santa local.

En 2019, la Representación Dramática de La Pasión ofreció una renovada versión ante el numeroso público que se dio cita en el Pabellón Municipal de Deportes de Montilla. Casi tres décadas después de su primera puesta en escena, La Pasión ofreció nuevos textos con la voz de José Antonio Luque, santo y seña del programa radiofónico Paso a paso de Canal Sur, junto a una nueva iluminación y un renovado decorado.
Inspirados en la obra de León Felipe y de La Pasión según San Mateo de Bach, los nuevos textos invitan a los espectadores a reflexionar sobre cada una de las escenas que interpretan los cerca de 250 actores que encarnan los Evangelios en la pista central del Pabellón.

A lo largo de los años, La Pasión Representación ha logrado reunir a un equipo multidisciplinar compuesto por actores de diferentes sectores y edades. Entre sus colaboradores más cercanos se encuentran el Grupo de Teatro La Cepa de la Asociación de Antiguos Alumnos de Don Bosco, la Centuria Romana Munda o la Fundación Futuro Singular, una entidad sin ánimo de lucro dedicada al desarrollo de personas con capacidades diferentes. Con el pabellón a rebosar y un público emocionado, Montilla volvió a dar la bienvenida a su Semana Santa con una representación que ya es patrimonio vivo de su identidad cultural y religiosa.
Cultos en El Santo y Santiago
En otro punto de la ciudad, la Parroquia de San Francisco Solano acogió uno de los actos de culto más íntimos y sobrecogedores de la recta final de la Cuaresma montillana. El Piadoso Vía Crucis Claustral del Señor de la Humildad y Paciencia discurrió en el interior del templo a la luz de las velas, con una sobriedad que invitó al recogimiento, ante la atenta mirada de decenas de fieles, devotos y hermanos de la Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, María Santísima de la Caridad en sus Tristezas y San Francisco Solano.

Finalizado el rezo de las estaciones, la imagen fue entronizada en su paso procesional, a los sones de una saeta –ya tradicional– recitada por Eva María Carrasco. De este modo, el Señor de la Humildad ya permanece entronizado en su “nube de caoba y plata”, donde aguardará a su estación de penitencia en la noche del Martes Santo.
Simultáneamente, a la misma hora, la Cofradía Penitencial de la Vera Cruz y Devota Hermandad del Santo Cristo de Zacatecas y Santa María del Socorro, Madre de Dios y Madre Nuestra convocó a hermanos y devotos en la Parroquia de Santiago Apóstol para celebrar el tradicional Vía Crucis con el Santo Cristo de Zacatecas. La talla, de profundo carácter expresivo, recorrió las naves de la Parroquia Mayor de Montilla debido a las inclemencias meteorológicas que impidieron el normal discurrir del crucificado por el pintoresco Barrio de la Escuchuela.
Al término del acto penitencial, el Cristo de Zacatecas fue dispuesto también en su trono a la espera de un nuevo Martes Santo, en el que la cofradía estrenará el cuerpo de dalmáticas, realizadas por la modista y patronista montillana Rosa Herrador y, completando el conjunto, el juego de cuatro ciriales, bajo la gubia del montillano Ismael López Gómez y el enriquecimiento en orfebrería de José Redondo.
JUAN PABLO BELLIDO / ÁLVARO CARRASCO
FOTOGRAFÍA: ÁLVARO CARRASCO GONZÁLEZ
FOTOGRAFÍA: ÁLVARO CARRASCO GONZÁLEZ

