Al principio eran las grandes orquestas y los crooners: Glen Miller, Bing Crosby y una juventud con pajarita bailando lento al lado de papá. Pero con los cincuenta todo eso iba a cambiar. Ciertas personas se habían dado cuenta de que, con una guitarra eléctrica, un hombre solo podía hacer tanto ruido como toda una orquesta.
Y en el gabinete del doctor brujo una hábil mezcla de jazz, country, blues y una pizca de algo, iba a provocar la explosión del rock & roll. En los U.S.A. un crítico, Alan Freed, y un músico, Bill Haley, sintetizan todo esto. Alan es el impulsor. Bill Haley y sus Cometas lanzan en 1954 el primer rocanrol oficial: Rock around the clock. ¡Cosa divertida!
Poco a poco lo nuevo de los cincuenta se hace más evidente: Eddie Cochran, el rock-a-billy y el provocativo Elvis The pelvis. Ritmos que sacan de quicio a Bing Crosby, junto a lentas baladazas juveniles que te ponen la piel de gallina. El adolescente Paul Anka le canta su amor imposible a su bella y madura vecina Diana, los Shadows casi reinventan la guitarra, y Little Richard vocifera su Sally la larguirucha.
La juventud se estaba inventando una música propia, un estilo personal, una forma de vestirse, pensar y caminar (“no pises mis zapatos de gamuza azul”) desenfadada, creativa, deliberadamente intrascendente y decididamente genial: ¡ESO ES EL POP!
Y ¡ojo! Porque en los ochenta vuelven los cincuenta. El rock-a-billy, los grupos de garaje, el sonido de las guitarras, la forma de vestir y llevar el pelo. Ya lo dice el historietista Javier de Juan en La luna de Madrid, número 24: “todo el discurso estético se retoma de los años cincuenta con todo lo que tenga de retrógrado […]. Todo es cuestión de retomar, de decir en voz alta que la belleza merece la pena”.
Oiremos la banda sonora original de la película Polo de limón (REF. 1.979, C.B.S. S83426), una especie de Quadrophenia de los años cincuenta con las aventuras y desventuras (amorosas, claro) de un popero de la época, con el fondo musical del momento. No están todos los que son y algunos temas del final (Hey Paula, por ejemplo) son ya de los primeros sesenta, aunque su estilo es más de los cincuenta. Nadie es perfecto, ¿no?
Poco a poco lo nuevo de los cincuenta se hace más evidente: Eddie Cochran, el rock-a-billy y el provocativo Elvis The pelvis. Ritmos que sacan de quicio a Bing Crosby, junto a lentas baladazas juveniles que te ponen la piel de gallina. El adolescente Paul Anka le canta su amor imposible a su bella y madura vecina Diana, los Shadows casi reinventan la guitarra, y Little Richard vocifera su Sally la larguirucha.
La juventud se estaba inventando una música propia, un estilo personal, una forma de vestirse, pensar y caminar (“no pises mis zapatos de gamuza azul”) desenfadada, creativa, deliberadamente intrascendente y decididamente genial: ¡ESO ES EL POP!
Y ¡ojo! Porque en los ochenta vuelven los cincuenta. El rock-a-billy, los grupos de garaje, el sonido de las guitarras, la forma de vestir y llevar el pelo. Ya lo dice el historietista Javier de Juan en La luna de Madrid, número 24: “todo el discurso estético se retoma de los años cincuenta con todo lo que tenga de retrógrado […]. Todo es cuestión de retomar, de decir en voz alta que la belleza merece la pena”.
Oiremos la banda sonora original de la película Polo de limón (REF. 1.979, C.B.S. S83426), una especie de Quadrophenia de los años cincuenta con las aventuras y desventuras (amorosas, claro) de un popero de la época, con el fondo musical del momento. No están todos los que son y algunos temas del final (Hey Paula, por ejemplo) son ya de los primeros sesenta, aunque su estilo es más de los cincuenta. Nadie es perfecto, ¿no?
Audición
- Green fields (Verdes Campiñas): The Brother Four.
- Long Tall Sally: Little Richard.
- Put your head on my shoulder (Pon tu cabeza en mi hombro): Paul Anka.
- Hey Baby: Bruce Channel.
- Rock around the clock: Bill Haley & his Comets.
- Puppy love (Amor loco): Paul Anka.
- Volare: Domenico Modugno.
- F.B.I. / Apache: The Shadows.
- Que será, será: Rosemary Squires.
- Chantilly Lace: Big Boppers.
- My litle one: Frankie Lane.
- Witch Doctor (El Doctor Brujo): Jon Morris.
- At the Hop: Danny and the Juniors.
- Diana: Paul Anka.
- Shake rattle and Roll: Bill Haley & his Comets.
- Sealed with a kiss (Sellado con un beso): Brian Hyland.
- Seven litle girls (Sitting in the back seat): Paul Evans And the Curls.
- Come prima: Marino Marini.
- Hey Paula: Paul and Paula.
- Lollypop: The Chordettes.
- You are my destiny (Tú eres mi destino): Paul Anka.
- Tutti frutti: Little Richard.
- Mr. Lonely: Bobby Vinton.
© JOSÉ ANTONIO PONFERRADA
ILUSTRACIÓN: © JOSÉ ANTONIO PONFERRADA
ILUSTRACIÓN: © JOSÉ ANTONIO PONFERRADA