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Aureliano Sáinz | Discos y portadas (36). Vistas de Nueva York

Soy consciente de que, en la actualidad, mucha gente acude a los distintos medios digitales para escuchar o descargar la música que le gusta; no obstante, quedan aquellos aficionados que todavía prefieren tener en sus manos el objeto físico en el que se encuentra grabada y, en bastantes casos, aprecian el valor de las portadas como imágenes que asocian al disco o álbum que contiene los temas.


Digo esto porque, recientemente, ha llegado a mis manos un magnífico libro, muy bien escrito y cuidadosamente presentado, que con el título de Under covers. Historias en cubiertas, ha visto la luz de manos de Julio Le Marchand.

Su valor radica en que el autor ha ido a buscar los sitios en los que se han realizado las portadas de numerosos álbumes que forman parte de la música popular desde los años sesenta hasta nuestros días. Búsquedas, en muchos casos minuciosas, que bien podríamos decir "detectivesca", pues sorprende que no solo haya localizado calles o rincones de metrópolis como Nueva York o Londres, sino que su autor ha sido capaz, por ejemplo, de localizar las hierbas y árboles registrados en la fotografía de la portada de Murmur de R.E.M.

Tomando como referencia los criterios de esta publicación, me ha parecido oportuno hacer unos breves comentarios a sitios y edificios de Nueva York que aparecen en las portadas de diez discos, algunos de ellos muy conocidos. Los muestro de manera cronológica, aunque no coincidan con el orden en el que aparecen en el libro.


Todos sabemos que la portada del Abbey Road de los Beatles se convirtió en la imagen icónica de la calle londinense en la que grabaron este genial disco en 1969. Pero serían seis años antes, es decir, en 1963, cuando apareció The Freewheelin’ Bob Dylan, en cuyo álbum se ve al que sería el mayor cantautor de la historia caminando por la West 4th Street de Nueva York, acompañado de su novia italiana de entonces, Suze Rotolo, en una mañana nevada. La instantánea del fotógrafo Don Hunstein se convertiría en la más influyente de las calles neoyorquinas de aquellos años.


Un año después del primer disco citado, en 1964, unos jovencísimos Paul Simon y Art Garfunkel aparecerían posando en la estación de metro ubicada en la Quinta Avenida en su cruce con la calle 53. Sería la portada de su primer disco de estudio: Wensday Morning, 3 AM. Era entonces el nacimiento del dúo folk más conocido de la historia. En ese álbum se encontraba la primera y minimalista versión de Sounds of Silence, canción que con ciertos nuevos arreglos sería el título de su siguiente álbum.


Uno de los rincones más emblemáticos de Nueva York es su conocidísimo Puente de Brooklyn. Allí fue donde el fotógrafo Henri Wolfe recogería la instantánea para el disco Cosa Nuestra que publicaría Willie Colón con Héctor Lavoe. En esa portada aparece Willie Colón, con un puro en la boca, sosteniendo con su mano derecha el sombrero y, con la izquierda, una funda que podría un arma como trombón. Para algunos, este disco marca el comienzo de la salsa como música latina con abiertas repercusiones en el mundo estadounidense.


Pasamos a los Led Zeppelin, inolvidable grupo de rock de las décadas sesenta, setenta y ochenta del siglo pasado. Para su sexto y doble álbum, aparecido en 1975, se abandonaron las habituales carpetas desplegables para optar por un ingenioso y original sistema de portadas consistente en la funda exterior en la que aparecía una construcción cuyas ventanas estaban troqueladas, de modo que podían verse las letras del título en la funda interna. Para ello, se buscó y se fijaron en un edificio clásico de viviendas ubicado en el número 96 de Saint Marks Place, en el East Village neoyorquino.


Otra de las míticas portadas de los setenta, exactamente de 1976, es la que corresponde al grupo punk Ramones. Allí se encuentran los cuatro miembros delante de la pared de un jardín comunitario en la 16 East 2nd Street, y que en la actualidad se la conoce como Joey Ramone Place. Después de muchas tentativas, el sello discográfico Sire optó por la fotógrafa Roberta Bayley quien, en una instantánea en blanco y negro, registra al desaliñado cuarteto para la portada de un álbum cuyo título sería el nombre del propio grupo en letras blancas y de gran tamaño.


Una portada icónica de los ochenta era la que protagonizaba Cyndi Lauper, a partir del enorme talento de la gran fotógrafa que es Annie Leibovitz, ya que fue premiada con un Grammy al mejor diseño al año siguiente. Cyndi le había propuesto la idea a Janet Kerr, la directora artística, quien sugirió hacerla en Coney Island, en un lugar en el que habían sido quemados muchos locales con el propósito de construir un casino. Encontraron uno que aún se mantenía de pie. Delante de esa fachada, de un azul intenso, Annie Leibovitz le propuso que, descalza, hiciera movimientos improvisados de baile. Así, pues, quedó registrada una de las imágenes que han permanecido en la retícula de muchos aficionados.


El intenso cromatismo de la portada de Cindy Lauper se vuelve a repetir en el álbum Paul’s Boutique que los Beastie Boys publicaron en el año 1989. Los autores del diseño de su doble portada buscaban una tienda de ropa singular. La encontraron en la esquina del cruce de Ludlow Street y Rivington Street, de modo que al desplegar la funda del disco se mostrara una vista panorámica de 360 grados. Esto solo tenía verdadero sentido en los discos de vinilo, dado que en los nacientes cedés perdería su significado con la drástica reducción de tamaño de estos formatos.


La imagen que se suele publicitar de Nueva York es la ciudad de los rascacielos, aunque en la actualidad muchas ciudades chinas podrían competir con la estadounidense. Lógicamente, en algunos álbumes se ven estos enormes edificios, como es el caso del grupo de rock alternativo Luna, cuyo tercer álbum, Penthouse, publicado en 1995, aparece, en una fotografía con ángulo contrapicado, iluminada la parte superior del edificio que se encuentra en el número 275 de Madison Avenue.


Las calzadas, el asfalto, los pasos de peatones por los que cruzan la gente también tendrían que ser motivo para portadas de álbumes. La dificultad, en todo caso, sería dar con el sitio exacto en el que se había realizado la fotografía. Es lo que sucede con el que lleva por título Stories from the City, Stories from de Sea, de PJ Harvey, que vio la luz en el año 2000. Lo sorprendente es que el autor del libro que nos sirve de referencia lo localizara. Se trata de un paso de peatones de la Gran Manzana en la que vemos a la cantante que, vestida de negro, gira su rostro para mirar hacia Maria Mochnacz, que la está fotografiando.


Cerramos este recorrido de “diez vistas de Nueva York” con el segundo disco, The Chemistry of Common Life, de la banda canadiense de hardcore punk Fucked Up. La fotografía, tomada en la E 44th Street de Manhattan, fue realizada por Mimi Cabell, que tuvo que efectuar 600 disparos y trabajar con 35 tomas superpuestas para lograr que el sol apareciera en el extremo exacto de la avenida, dado que esto solo sucede en dos ocasiones del año coincidiendo con los solsticios de verano y de invierno, ofreciendo en esos momentos una perfecta imagen del luminoso atardecer y amanecer desde los extremos de la calle.

AURELIANO SÁINZ
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