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Que viene el lobo (I)

Nos introducimos en una etapa de austeridad y, mal que nos pese, no hay atisbos de cuánto durará. Una etapa de continencia económica en la que debíamos haber entrado hace mucho tiempo. Como siempre, vamos con retraso y eso tiene un coste. Es el momento propicio para podar ramas inservibles y “chupones” que amenguan las arcas. Antes que ahogar al pueblo hay que barrer la casa pública y exigir sobriedad a los mandatarios.

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Hemos vivido alegremente y por encima de nuestras posibilidades, privadas y desde luego públicas. En el primer supuesto, cada cual sabe lo que debe hacer en su casa. En el segundo caso, que no supuesto, se han producido serias situaciones de derroche, gasto descontrolado y excesivo, duplicidades administrativas, apropiaciones indebidas, “robos camuflados”, que podrían evitarse con algunos arreglos.

La sangría es lacerante; la factura, dolorosa: exceso en coches oficiales, televisiones y embajadas autonómicas, tarjetas y móviles, sueldos y duplicidad de los mismos en algunos casos, discutibles ayudas oficiales, obsoletas diputaciones y rancio Senado, dudosas empresas públicas, economía sumergida...

El Estado del Bienestar está tiritando y ello no es una cuestión ni de izquierdas ni de derechas. Nos enfrentamos a un problema de liquidez. Inmersos en esta coyuntura hay que salvar los muebles, es decir: sanidad, enseñanza y pensiones. De estas dos últimas cuestiones hablaremos otro día.

La semana final de septiembre correspondía al “veranillo del membrillo” y fue prolífera en dentelladas hambrientas, según relataban los periódicos. Dicha semana se prolongará en octubre y noviembre.

En esta segunda quincena “arrecia el frio” que baja del norte y las lluvias están cayendo como un jarro de agua helada. Estamos ante un adelanto de la borrasca que cubrirá toda la península. En este caso, Caperucita no vale como talismán: está muy debilitada y es posible que pierda su cestita. ¡Pobre Caperucita!

Como siempre, el tijeretazo se cebará con los más débiles. Son las leyes de la evolución biológica, social, económica y política. Siempre tienen que pagar los menos favorecidos. Y ante esta situación ¿sería lógico que la salud pública y la educación se conviertan en un negocio para dar dividendos a empresarios privados? Lógico no; de recibo, tampoco.

Un pecado de lesa majestad sería esquilmar la sanidad pública que tanto costó levantar, para que tengamos atención sanitaria digna. Antes del sistema de Salud actual teníamos una beneficencia que cubría miserablemente las necesidades del país.

El sistema sanitario español es de los mejores, sólo superado por Francia, Australia y Japón. Sin embargo, muchos de los profesionales sanitarios españoles -médicos o personal de Enfermería- emigran a países donde los tratan mejor: Reino Unido, Francia e Italia son parte de sus destinos.

No pretendo, de ninguna manera, meterme con los sanitarios -quede eso muy claro para comentaristas-intérpretes-. Ellos no son los culpables de esta situación y, también, se van a convertir en los paganos de la misma.

Sanidad, que no caridad, para que nuestros enfermos, muchos de ellos mayores, que ya vivieron las consecuencias y las estrecheces de la posguerra, que se han ganado a pulso una pensión más o menos digna, puedan terminar sus días decentemente. ¿Borraremos de un plumazo un siglo de avances sociales? En este tema, no lo creo. Costó sangre, sudor y lágrimas lograrlos. Otro cantar será si debemos abocar a un copago.

Pero al lobo lo han visto ya por el norte del país y viene con hambre atrasada. Dicen que la situación de la Sanidad catalana es insostenible. “Tu enfermedad perjudica al sistema sanitario, cuídate solo”, así rezaba, con todo el sarcasmo del mundo, una pancarta que portaban manifestantes barceloneses.

Los ajustes en salud han obligado a reducir camas y cerrar quirófanos. “La situación de la Sanidad es insostenible, dicen los facultativos, quienes recordaron que los ajustes en salud han obligado a cerrar el 30 por ciento de camas y el 40 por ciento de los quirófanos”.

El pasado 15 de noviembre, el portavoz de los médicos catalanes en huelga, decía: “no reclamamos más sueldo, sino más presupuesto para la Sanidad pública”. Después de las elecciones, Mas ha dicho que “no se puede recortar más en Servicios Sociales, Sanidad y Educación porque se cruzarían 'líneas rojas' que deteriorarían estas prestaciones”.

En las pasadas elecciones, CiU ha ganado peso suficiente en Cataluña, donde: “los peores augurios sobre el tijeretazo sanitario se han cumplido. Los recortes impulsados por la Generalitat en los hospitales han impactado ya en el ciudadano... y también en la calidad asistencial; las plantillas se han visto diezmadas de manera preocupante”. ¡Cuando las barbas de tu vecino veas pelar…!

El Gobierno catalán ha anunciado rebajas a funcionarios, subida de tasas universitarias, transporte, agua, carburantes, tasa turística e impuesto sanitario disuasorio, con lo que esperan recaudar unos 1.000 millones de euros. "¡A apretarse el cinturón!", dice Mas. Como contrapartida, eliminará dos de los seis canales de televisión -¿peligro para el futbol?- y anuncia que venderá empresas y edificios por valor de 1.000 millones de euros.

Además, el Departamento de Bienestar Social catalán otorgó, no hace mucho, 875.450 euros a organizaciones juveniles de algunos partidos y sindicatos. Dicho departamento aplazaba las ayudas a residencias de ancianos y centros de discapacitados ante la falta de liquidez. ¿Prioridades? ¡Alucina, quillo!

Más: la directora general de Política Lingüística ha decidido multiplicar por dos las subvenciones destinadas al doblaje de películas al catalán para este año. Hablamos de 1,6 millones de euros. Me parece estupendo potenciar una lengua -a la que respeto- si realmente lo necesita, pero ¿no es más importante la salud? Claro ¡cada cual invierte “su dinero” en lo que “Más” le convenga! ¡Vaya con las prioridades del señor Mas!

Por otro lado, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha repartido estos días 2,2 millones de euros para, entre otras cosas, la “consolidación y difusión del sistema democrático” en Chile, Cabo Verde, Túnez, Uruguay, Colombia, República Dominicana, Palestina, Argentina y Guinea Ecuatorial. ¡Sencillamente impresionante! En este país de charanga y pandereta, las paradojas son alucinantes.

Aun así y en honor a la verdad, parece que se empiezan a ver algunos “brotes verdes” por parte de los políticos. El Gobierno catalán, que había pedido al personal sanitario que renunciara a parte de la extra de Navidad, ha anunciado su renuncia a dicha paga este año y el próximo. En Valencia, ¡por fin!, treinta altos cargos verán recortado su sueldo. Puede que sean acciones populistas, pero los pequeños gestos son importantes. ¡En las distancias cortas es donde un perfume se la juega!

El próximo Gobierno ha anunciado una reducción de altos cargos, personal de confianza y personal eventual para lograr una Administración más austera. La vaca posiblemente da leche, pero no la suficiente para que mame tanto choto que se le engancha a las ubres. ¡Verlo para creerlo!

Enlaces de interés

Facilito estas direcciones curiosas. La tercera es un libro en PDF “no permitido” (que no es igual a "prohibido").

PEPE CANTILLO
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