El Club Deportivo Apedem conquistó al fin una victoria en el siempre exigente Municipal del Guadalquivir, un feudo que, durante los dos últimos años, le había negado cualquier atisbo de premio. Lo hizo con una remontada sufrida, firme, casi terapéutica, que estalló en un gol memorable en el minuto 89 que devuelve al conjunto auriverde la sonrisa en un escenario históricamente adverso.
El duelo comenzó con un aire enrarecido, lleno de interrupciones y un ritmo quebrado que impedía hilvanar jugadas con continuidad. Sin embargo, el equipo montillano, dirigido por el cordobés Rafael Garrido, saltó al césped con determinación y ganas de triunfar.
De hecho, apenas habían pasado seis minutos cuando Lucas Hueso probó fortuna con un disparo que obligó al guardameta local a intervenir. Ese aviso pareció anticipar un dominio creciente del Club Deportivo Apedem, dueño de la posesión y del territorio, aunque sin filo en los metros finales.
Ese control, sin embargo, volvió a quedarse sin recompensa. Y es que, en la primera llegada del Alcázar Club Deportivo, un balón colgado desde el costado derecho terminó convirtiéndose en un golpe inesperado: el delantero verdinegro amortiguó con el pecho y fusiló a Carlos Repiso en el minuto 14. Fue un mazazo seco, el único acercamiento claro de toda la primera mitad y un recordatorio cruel de anteriores episodios vividos por el equipo montillano en este mismo campo.
Tras el descanso, el guion apenas varió. Las imprecisiones, las interrupciones constantes y el juego trabado favorecían a un rival cómodo con la ventaja mínima. El Club Deportivo Apedem necesitaba algo distinto, un destello, una grieta.
Y la encontró en el minuto 22, cuando Ezequiel Salado, tras recibir en el costado derecho y pisar área, fue derribado por un defensor. El colegiado señaló penalti sin dudar. El propio Salado, con la serenidad de quien asume el peso de los momentos importantes, lo transformó un minuto después con un lanzamiento a la derecha del portero que igualó el marcador.
El empate abrió otro partido. Desde ese instante se vio un choque más desatado, sin dueño claro, donde la victoria parecía posible para cualquiera. Pero el conjunto montillano fue creciendo, insistiendo, respirando más cerca del área rival.
La recompensa terminó llegando cuando el cronómetro se acercaba al minuto 90. Una falta botada por Ezequiel Salado fue rechazada por la zaga verdinegra, el balón regresó a sus pies y el auriverde se inventó una jugada eléctrica: se deshizo de dos rivales y, desde el borde del área, soltó un disparo preciso, ajustado a la izquierda del portero. Un golazo. Un rugido colectivo. Una explosión contenida durante años de sinsabores en este mismo campo.
El banquillo del Club Deportivo Apedem lo celebró como lo hacen los equipos que se sienten familia. También los aficionados desplazados, que vieron cómo el fantasma del Municipal del Guadalquivir, por fin, comenzaba a difuminarse. Con este triunfo, el conjunto montillano se mantiene segundo en la clasificación y sigue sin conocer la derrota después de diez jornadas.
La victoria tuvo aún más valor en un contexto marcado por las ausencias. A las numerosas bajas por lesión se sumó la sensible ausencia de Álex Hierro, tras el fallecimiento de su abuelo. Aun así, la cantera volvió a sostener al equipo: Samir Bensenouci disputó 74 minutos con madurez y energía, mientras que Juanan Ruz aportó 12 minutos de oxígeno en el tramo final, reafirmando que la base formativa es el pilar esencial desde la creación del club.
Y es que esta remontada también llevó la firma silenciosa del cuerpo técnico. El trabajo meticuloso desarrollado durante toda la semana por el equipo que dirige Rafael Garrido volvió a notarse, con un grupo que supo resistir, ajustar, corregir y responder en el momento clave. No fue un triunfo más: fue una inyección de carácter para una plantilla que sigue creciendo sobre un proyecto sólido y lleno de futuro.
El duelo comenzó con un aire enrarecido, lleno de interrupciones y un ritmo quebrado que impedía hilvanar jugadas con continuidad. Sin embargo, el equipo montillano, dirigido por el cordobés Rafael Garrido, saltó al césped con determinación y ganas de triunfar.
De hecho, apenas habían pasado seis minutos cuando Lucas Hueso probó fortuna con un disparo que obligó al guardameta local a intervenir. Ese aviso pareció anticipar un dominio creciente del Club Deportivo Apedem, dueño de la posesión y del territorio, aunque sin filo en los metros finales.
Ese control, sin embargo, volvió a quedarse sin recompensa. Y es que, en la primera llegada del Alcázar Club Deportivo, un balón colgado desde el costado derecho terminó convirtiéndose en un golpe inesperado: el delantero verdinegro amortiguó con el pecho y fusiló a Carlos Repiso en el minuto 14. Fue un mazazo seco, el único acercamiento claro de toda la primera mitad y un recordatorio cruel de anteriores episodios vividos por el equipo montillano en este mismo campo.
Tras el descanso, el guion apenas varió. Las imprecisiones, las interrupciones constantes y el juego trabado favorecían a un rival cómodo con la ventaja mínima. El Club Deportivo Apedem necesitaba algo distinto, un destello, una grieta.
Y la encontró en el minuto 22, cuando Ezequiel Salado, tras recibir en el costado derecho y pisar área, fue derribado por un defensor. El colegiado señaló penalti sin dudar. El propio Salado, con la serenidad de quien asume el peso de los momentos importantes, lo transformó un minuto después con un lanzamiento a la derecha del portero que igualó el marcador.
El empate abrió otro partido. Desde ese instante se vio un choque más desatado, sin dueño claro, donde la victoria parecía posible para cualquiera. Pero el conjunto montillano fue creciendo, insistiendo, respirando más cerca del área rival.
La recompensa terminó llegando cuando el cronómetro se acercaba al minuto 90. Una falta botada por Ezequiel Salado fue rechazada por la zaga verdinegra, el balón regresó a sus pies y el auriverde se inventó una jugada eléctrica: se deshizo de dos rivales y, desde el borde del área, soltó un disparo preciso, ajustado a la izquierda del portero. Un golazo. Un rugido colectivo. Una explosión contenida durante años de sinsabores en este mismo campo.
El banquillo del Club Deportivo Apedem lo celebró como lo hacen los equipos que se sienten familia. También los aficionados desplazados, que vieron cómo el fantasma del Municipal del Guadalquivir, por fin, comenzaba a difuminarse. Con este triunfo, el conjunto montillano se mantiene segundo en la clasificación y sigue sin conocer la derrota después de diez jornadas.
La victoria tuvo aún más valor en un contexto marcado por las ausencias. A las numerosas bajas por lesión se sumó la sensible ausencia de Álex Hierro, tras el fallecimiento de su abuelo. Aun así, la cantera volvió a sostener al equipo: Samir Bensenouci disputó 74 minutos con madurez y energía, mientras que Juanan Ruz aportó 12 minutos de oxígeno en el tramo final, reafirmando que la base formativa es el pilar esencial desde la creación del club.
Y es que esta remontada también llevó la firma silenciosa del cuerpo técnico. El trabajo meticuloso desarrollado durante toda la semana por el equipo que dirige Rafael Garrido volvió a notarse, con un grupo que supo resistir, ajustar, corregir y responder en el momento clave. No fue un triunfo más: fue una inyección de carácter para una plantilla que sigue creciendo sobre un proyecto sólido y lleno de futuro.
Alcázar Club Deportivo 1 -- 2 Club Deportivo Apedem
- Alcázar Club Deportivo: José Luis Salcedo Sánchez, Cristian García Gómez, Sergio Torres Tapia, José María Urbano Trujillo, José Antonio Grande Marín, Jaime Zamorano Ortiz, José Antonio Montes Carmona, José Carlos Pedreño Martínez, Pablo Pérez Polonio, Javier Rodríguez Varo y Reda Mezaine.
- Cuerpo técnico: Javier Rodríguez Martínez (entrenador). Antonio Huelva Carranza (delegado de campo) y Javier Rodríguez Martínez (entrenador).
- Club Deportivo Apedem: Carlos Repiso López, Felipe Montero Salas, Javier Albornoz Hidalgo, José David Urbano Jiménez, Aarón Salado Sánchez, Eduardo Rueda Pérez, Lucas Hueso Priego, Fernando Gómez Lorenzo, José Nicolás González Domínguez, Pablo Llamas Salamanca y Samir Bensenouci Jurado.
- Cuerpo técnico: Rafael Garrido Alcaide (entrenador). Fernando Bonilla Berlanga (delegado).
- Goles: 1-0 José Antonio Montes Carmona (min. 14); 1-1 Ezequiel Salado Sánchez (min. 68, de penalti); 1-2 Ezequiel Salado Sánchez (min. 89).
- Árbitro: Alejandro Cruz López. Asistentes: Jesús Rafael Jurado Luque y Alejandro Jurado Prieto.
- Amonestaciones: se mostraron tarjetas amarillas a José María Urbano Trujillo (min. 38) y José Antonio Grande Marín (min. 89) en el Alcázar Club Deportivo. En el Club Deportivo Apedem fueron amonestados Pablo Llamas Salamanca (min. 15), Ezequiel Salado Sánchez (min. 41) y Lucas Hueso Priego (min. 87). A su vez, el técnico montillano, Rafael Garrido Alcaide, fue expulsado por roja directa en el minuto 45.
- Incidencias:: Partido correspondiente a la novena jornada de Segunda Andaluza Sénior (Grupo Único de Córdoba), disputado en las Instalaciones Deportivas Municipales del Guadalquivir (Córdoba).
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍA: CLUB DEPORTIVO APEDEM
FOTOGRAFÍA: CLUB DEPORTIVO APEDEM















































