En los últimos años, el marcado de piezas plásticas ha pasado de ser una simple necesidad de identificación a convertirse en una etapa clave dentro de la cadena de valor industrial. La evolución hacia procesos más sostenibles, automatizados y libres de consumibles ha impulsado el interés por soluciones capaces de garantizar precisión, durabilidad y legibilidad en cualquier entorno de producción.
El marcado láser en plásticos es hoy una de las tecnologías más avanzadas en este ámbito. Permite grabar logotipos, códigos de trazabilidad, símbolos de seguridad o información técnica directamente sobre la superficie, sin contacto y sin generar residuos.
Esta técnica, explicada en detalle en la página de LASIT, está transformando la manera en que las empresas gestionan la identificación de sus componentes.
El principio es sencillo pero altamente eficiente: un haz láser concentrado modifica de forma controlada la capa superficial del plástico. Según la composición del material —ya sea ABS, PC, PA, POM o PMMA—, la energía del láser produce una microespumación, una coloración o un grabado físico.
El resultado es una marca nítida, permanente y resistente al desgaste, la fricción o la exposición a productos químicos.
La versatilidad del proceso permite adaptar la tecnología a distintos tipos de polímeros y acabados. Los láseres UV se utilizan, por ejemplo, para plásticos oscuros o sensibles al calor, mientras que los láseres de fibra ofrecen una excelente definición en piezas técnicas o superficies texturizadas. En ambos casos, la precisión alcanza niveles micrométricos, garantizando uniformidad incluso en producciones en serie.
El marcado láser está sustituyendo progresivamente a los métodos tradicionales como la tampografía o la impresión por transferencia térmica.
Según estimaciones de Grand View Research, el mercado global de sistemas de marcado láser superará los 5.000 millones de dólares en 2030, con un crecimiento anual superior al 7 %, impulsado precisamente por la demanda de soluciones para plásticos industriales.
En Europa, más del 60 % de los fabricantes de componentes electrónicos y de automoción ya incorporan tecnologías láser en sus procesos de trazabilidad. Las razones son claras: reducción de costes operativos, eliminación de consumibles, mejor legibilidad del marcado y compatibilidad con sistemas automatizados de visión o control 3D.
Además de su precisión, el marcado láser en plásticos se alinea con los objetivos de sostenibilidad de la industria moderna.
Al no requerir tintas ni disolventes, reduce los residuos y las emisiones asociadas a los métodos de impresión tradicionales. Su integración con entornos Industria 4.0 permite registrar y rastrear cada marca, contribuyendo a una trazabilidad digital completa del ciclo de vida del producto.
En un escenario donde la automatización, la transparencia y la sostenibilidad son prioridades, el marcado láser representa una herramienta estratégica para las empresas que buscan calidad, eficiencia y responsabilidad ambiental en sus procesos productivos.
El marcado láser en plásticos es hoy una de las tecnologías más avanzadas en este ámbito. Permite grabar logotipos, códigos de trazabilidad, símbolos de seguridad o información técnica directamente sobre la superficie, sin contacto y sin generar residuos.
Esta técnica, explicada en detalle en la página de LASIT, está transformando la manera en que las empresas gestionan la identificación de sus componentes.
Un proceso preciso y adaptable a cualquier polímero
El principio es sencillo pero altamente eficiente: un haz láser concentrado modifica de forma controlada la capa superficial del plástico. Según la composición del material —ya sea ABS, PC, PA, POM o PMMA—, la energía del láser produce una microespumación, una coloración o un grabado físico.
El resultado es una marca nítida, permanente y resistente al desgaste, la fricción o la exposición a productos químicos.
La versatilidad del proceso permite adaptar la tecnología a distintos tipos de polímeros y acabados. Los láseres UV se utilizan, por ejemplo, para plásticos oscuros o sensibles al calor, mientras que los láseres de fibra ofrecen una excelente definición en piezas técnicas o superficies texturizadas. En ambos casos, la precisión alcanza niveles micrométricos, garantizando uniformidad incluso en producciones en serie.
Datos y tendencias del sector
El marcado láser está sustituyendo progresivamente a los métodos tradicionales como la tampografía o la impresión por transferencia térmica.
Según estimaciones de Grand View Research, el mercado global de sistemas de marcado láser superará los 5.000 millones de dólares en 2030, con un crecimiento anual superior al 7 %, impulsado precisamente por la demanda de soluciones para plásticos industriales.
En Europa, más del 60 % de los fabricantes de componentes electrónicos y de automoción ya incorporan tecnologías láser en sus procesos de trazabilidad. Las razones son claras: reducción de costes operativos, eliminación de consumibles, mejor legibilidad del marcado y compatibilidad con sistemas automatizados de visión o control 3D.
Hacia una producción más sostenible y conectada
Además de su precisión, el marcado láser en plásticos se alinea con los objetivos de sostenibilidad de la industria moderna.
Al no requerir tintas ni disolventes, reduce los residuos y las emisiones asociadas a los métodos de impresión tradicionales. Su integración con entornos Industria 4.0 permite registrar y rastrear cada marca, contribuyendo a una trazabilidad digital completa del ciclo de vida del producto.
En un escenario donde la automatización, la transparencia y la sostenibilidad son prioridades, el marcado láser representa una herramienta estratégica para las empresas que buscan calidad, eficiencia y responsabilidad ambiental en sus procesos productivos.















































