El calor extremo y la sequía han puesto en jaque la fauna silvestre en el sur de España. Frente a esta realidad, la instalación de bebederos artificiales en entornos rurales y naturales se ha convertido en una solución sencilla pero eficaz para garantizar el acceso al agua y, con ello, la supervivencia de numerosas especies.
En un contexto en el que los veranos son cada vez más secos y largos, las temperaturas en Andalucía superan habitualmente los 35 grados a la sombra, lo que dificulta que aves, mamíferos o insectos encuentren agua en fuentes naturales. “Los bebederos no son simples puntos de agua: se convierten en auténticos refugios de vida para aves, mamíferos, reptiles e insectos, especialmente durante los meses más cálidos del año”, destaca Elena Mancera, técnico superior en Medio Ambiente y Paisajismo y portavoz de la Fundación Somos Naturaleza (FSN).
Esta medida no solo sostiene la biodiversidad local, sino que también ayuda a evitar conflictos entre la fauna y la agricultura. “Los bebederos reducen conflictos con la agricultura, evitando que la fauna entre en fincas en busca de agua”, ha señalado Elena Mancera, quien recuerda que estos dispositivos facilitan tareas de seguimiento y conservación, ya que permiten monitorizar la actividad de las especies mediante cámaras o registros.
Los beneficios de estas instalaciones son múltiples: desde la conservación de la diversidad de especies hasta el apoyo a ecosistemas degradados o en restauración. "También se mejora el éxito reproductivo de aves insectívoras y otras especies sensibles, que dependen del agua para sobrevivir en los meses más críticos", añade Elena Mancera.
Sin embargo, su instalación requiere precaución. No basta con colocar un recipiente con agua. La técnica es esencial para evitar riesgos como la propagación de enfermedades o la exposición a depredadores. “Es fundamental instalarlos y mantenerlos adecuadamente para evitar problemas como propagación de enfermedades entre animales por acumulación de agua sucia o aumento del riesgo de depredación si se colocan en lugares demasiado expuestos”, ha detallado la portavoz de la FSN.
Las recomendaciones pasan por elegir un lugar tranquilo, cercano a vegetación natural, y usar materiales como piedra, barro cocido o plástico reciclado, siempre con bordes poco profundos y rugosos. Además, es importante proteger el bebedero del sol directo para reducir la evaporación y el sobrecalentamiento del agua. El mantenimiento, sin productos químicos, debe ser frecuente, sobre todo en verano, cuando se aconseja limpiar y rellenar, al menos, una vez por semana.
En Montilla, esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto Verde que te quiero verde: Montilla ecológica (Fase 2025+), promovido por la Fundación Somos Naturaleza en colaboración con el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento. A través del programa Alzanatura, se están instalando bebederos estratégicamente en fincas agrícolas con el objetivo de garantizar agua para aves autóctonas, polinizadores y pequeños mamíferos.
“Esta iniciativa responde a la creciente escasez de agua en los paisajes agrícolas y urbanos de Montilla, especialmente agravada durante los meses de verano”, ha afirmado Elena Mancera. El compromiso no se queda en la colocación de los bebederos, sino que implica a agricultores locales, que se convierten en guardianes del entorno.
Entre ellos se encuentran Rafael Ponferrada, de Bodegas El Calabozo; la familia Gálvez Criado, de Hacienda Bolonia; Santiago Jiménez, de Lagar Cañada Navarro; o Ángela Jiménez, de Lagar Los Raigones. Todos ellos asumen el mantenimiento de estos puntos de agua como parte de una acción conjunta para favorecer la biodiversidad y reforzar la resiliencia frente al cambio climático.
La instalación de bebederos en Montilla no es un proyecto aislado, sino fruto de la colaboración entre entidades con objetivos compartidos. La Fundación Somos Naturaleza ha contado con la ayuda de la Asociación Bioterra Andalucía y de su presidente, el biólogo Nacho Morales, en tareas de asesoramiento.
“Colaboraciones como esta nos recuerdan que, cuando se comparten los mismos fines, el trabajo conjunto no solo suma, sino que multiplica los resultados, fortaleciendo redes en lugar de competir entre quienes trabajamos por un mismo propósito”, ha manifestado Mancera, quien recuerda que este proyecto en Montilla no solo busca frenar los efectos de la sequía, sino también sensibilizar a la población sobre la necesidad de cuidar el entorno.
La Fundación Somos Naturaleza, que lidera esta acción, es una organización sin ánimo de lucro comprometida con la promoción del medioambiente, la sostenibilidad y el respeto a las tradiciones. Su presidente, el empresario José Ríos Márquez, ha definido la misión de la entidad como “aspira a ser motor de cambio de hábitos de vida saludables y respetuosos con el medio ambiente”, así como “agente acelerador y dinamizador de emprendimientos sociales sostenibles”.
En un contexto en el que los veranos son cada vez más secos y largos, las temperaturas en Andalucía superan habitualmente los 35 grados a la sombra, lo que dificulta que aves, mamíferos o insectos encuentren agua en fuentes naturales. “Los bebederos no son simples puntos de agua: se convierten en auténticos refugios de vida para aves, mamíferos, reptiles e insectos, especialmente durante los meses más cálidos del año”, destaca Elena Mancera, técnico superior en Medio Ambiente y Paisajismo y portavoz de la Fundación Somos Naturaleza (FSN).
Esta medida no solo sostiene la biodiversidad local, sino que también ayuda a evitar conflictos entre la fauna y la agricultura. “Los bebederos reducen conflictos con la agricultura, evitando que la fauna entre en fincas en busca de agua”, ha señalado Elena Mancera, quien recuerda que estos dispositivos facilitan tareas de seguimiento y conservación, ya que permiten monitorizar la actividad de las especies mediante cámaras o registros.
Los beneficios de estas instalaciones son múltiples: desde la conservación de la diversidad de especies hasta el apoyo a ecosistemas degradados o en restauración. "También se mejora el éxito reproductivo de aves insectívoras y otras especies sensibles, que dependen del agua para sobrevivir en los meses más críticos", añade Elena Mancera.
Sin embargo, su instalación requiere precaución. No basta con colocar un recipiente con agua. La técnica es esencial para evitar riesgos como la propagación de enfermedades o la exposición a depredadores. “Es fundamental instalarlos y mantenerlos adecuadamente para evitar problemas como propagación de enfermedades entre animales por acumulación de agua sucia o aumento del riesgo de depredación si se colocan en lugares demasiado expuestos”, ha detallado la portavoz de la FSN.
Las recomendaciones pasan por elegir un lugar tranquilo, cercano a vegetación natural, y usar materiales como piedra, barro cocido o plástico reciclado, siempre con bordes poco profundos y rugosos. Además, es importante proteger el bebedero del sol directo para reducir la evaporación y el sobrecalentamiento del agua. El mantenimiento, sin productos químicos, debe ser frecuente, sobre todo en verano, cuando se aconseja limpiar y rellenar, al menos, una vez por semana.
En Montilla, esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto Verde que te quiero verde: Montilla ecológica (Fase 2025+), promovido por la Fundación Somos Naturaleza en colaboración con el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento. A través del programa Alzanatura, se están instalando bebederos estratégicamente en fincas agrícolas con el objetivo de garantizar agua para aves autóctonas, polinizadores y pequeños mamíferos.
“Esta iniciativa responde a la creciente escasez de agua en los paisajes agrícolas y urbanos de Montilla, especialmente agravada durante los meses de verano”, ha afirmado Elena Mancera. El compromiso no se queda en la colocación de los bebederos, sino que implica a agricultores locales, que se convierten en guardianes del entorno.
Entre ellos se encuentran Rafael Ponferrada, de Bodegas El Calabozo; la familia Gálvez Criado, de Hacienda Bolonia; Santiago Jiménez, de Lagar Cañada Navarro; o Ángela Jiménez, de Lagar Los Raigones. Todos ellos asumen el mantenimiento de estos puntos de agua como parte de una acción conjunta para favorecer la biodiversidad y reforzar la resiliencia frente al cambio climático.
La instalación de bebederos en Montilla no es un proyecto aislado, sino fruto de la colaboración entre entidades con objetivos compartidos. La Fundación Somos Naturaleza ha contado con la ayuda de la Asociación Bioterra Andalucía y de su presidente, el biólogo Nacho Morales, en tareas de asesoramiento.
“Colaboraciones como esta nos recuerdan que, cuando se comparten los mismos fines, el trabajo conjunto no solo suma, sino que multiplica los resultados, fortaleciendo redes en lugar de competir entre quienes trabajamos por un mismo propósito”, ha manifestado Mancera, quien recuerda que este proyecto en Montilla no solo busca frenar los efectos de la sequía, sino también sensibilizar a la población sobre la necesidad de cuidar el entorno.
La Fundación Somos Naturaleza, que lidera esta acción, es una organización sin ánimo de lucro comprometida con la promoción del medioambiente, la sostenibilidad y el respeto a las tradiciones. Su presidente, el empresario José Ríos Márquez, ha definido la misión de la entidad como “aspira a ser motor de cambio de hábitos de vida saludables y respetuosos con el medio ambiente”, así como “agente acelerador y dinamizador de emprendimientos sociales sostenibles”.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: FUNDACIÓN SOMOS NATURALEZA
FOTOGRAFÍA: FUNDACIÓN SOMOS NATURALEZA















































