La Guardia Civil de Montilla ha iniciado una investigación tras la denuncia presentada por un vecino de la localidad que afirma haber sido víctima de una estafa a través de la red social Facebook. El afectado, un hombre de 86 años con discapacidad reconocida y con problemas de salud, asegura haber sido engañado para realizar dos transferencias bancarias a una cuenta en el extranjero, en el marco de un falso programa de subvenciones que, según le indicaron, había sido promovido por la propia plataforma.
Los hechos se remontan al pasado 14 de mayo, cuando el vecino recibió un mensaje a través de Facebook Messenger procedente del perfil de un conocido, aunque sin fotografía. La familiaridad del nombre que le dirigía el mensaje le llevó a no sospechar de la conversación, en la que se le aseguraba que ambos habían sido elegidos para recibir 150.000 euros como parte de una iniciativa llamada “Global Gives”, supuestamente vinculada a subvenciones por jubilación.
“Recibí 150.000 euros de ellos después de presentar mi solicitud y vi tu nombre y tu foto en la lista de ganar”, relataba el mensaje recibido desde el perfil de su amigo, indicándole además que debía contactar con una supuesta agente encargada de tramitar el premio.
A partir de ese momento, y guiado por la confianza y la buena fe, el denunciante mantuvo varias conversaciones tanto con el perfil de su amigo como con el de la supuesta agente, Lisa Kelvin Mellet. Según su testimonio, nunca llegó a desconfiar, en parte porque se encontraba solo en casa y creía estar hablando con una persona de confianza.
La supuesta agente le indicó que debía realizar varios pagos por adelantado para poder recibir el premio. Así fue como, entre los días 15 y 16 de mayo, el hombre realizó dos transferencias por importe total de 3.650 euros a una cuenta con IBAN francés.
La situación se agravó cuando empezaron a llegar mensajes cada vez más insistentes, con frases intimidatorias y manipuladoras que le instaban a no compartir la información con nadie, ni siquiera con sus hijos. A pesar de sus dudas, el temor a perder el dinero prometido lo llevó a continuar con el proceso.
La estafa se destapó cuando el hijo del denunciante fue alertado por un amigo, al ver publicada en su perfil de Facebook una imagen de una de las transferencias. Fue entonces cuando la familia cortó la comunicación con los perfiles implicados y acudió de inmediato a denunciar los hechos ante el Puesto Principal de la Guardia Civil de Montilla.
Gracias a la rápida actuación de la familia, el afectado ha logrado recuperar la última de las transferencias, por importe de 2.000 euros, aunque los 1.650 euros enviados en primer lugar continúan pendientes de recuperación. "La entidad bancaria nos indicó que solo pudo intervenir en una de las operaciones debido a los plazos del fin de semana", relataron los afectados a Montilla Digital.
En este tipo de fraudes, conocidos como phishing bancario, los estafadores suplantan identidades reales para manipular emocionalmente a sus víctimas, especialmente a personas mayores o vulnerables. Para arrojar luz sobre este fenómeno, la abogada María Magdalena Rico, del despacho Lex Legis, especializada en la defensa de consumidores afectados por fraudes digitales, aclara que estas prácticas son cada vez más comunes y dañinas.
"El phishing bancario se refiere a la suplantación de identidad del cliente para llevar a cabo operaciones fraudulentas en su nombre, que generalmente se materializan a través del envío de mensajes SMS o correos electrónicos engañosos", detalla la letrada, quien resalta que la responsabilidad no recae únicamente en los estafadores.
"Las entidades bancarias tienen la obligación de implementar medidas de seguridad adecuadas para proteger a sus clientes de fraudes", asegura María Magdalena Rico, quien detalla que según el Real Decreto-ley 19/2018, de 23 de noviembre, que regula los servicios de pago, "los bancos están obligados a restituir cualquier disposición de fondos no autorizada, salvo que se demuestre que ha habido una actuación negligente o fraudulenta por parte del cliente".
Desde Lex Legis también hacen un llamamiento a los afectados para que no se resignen. "Sí, se puede reclamar: los afectados por fraudes en cuentas corrientes o tarjetas vinculadas tienen derecho a reclamar a su entidad bancaria", afirma la letrada.
Sin embargo, María Magdalena Rico reconoce que, muchas veces, las entidades rechazan estas reclamaciones "con excusas que dificultan el proceso", por lo que considera "esencial" que "los consumidores conozcan sus derechos y no se dejen amedrentar".
El último caso que ha afectado a un vecino de Montilla es, lamentablemente, uno más en la larga lista de fraudes digitales que proliferan en redes sociales, donde la confianza, la vulnerabilidad y la soledad pueden convertirse en herramientas de manipulación para los delincuentes.
Los hechos se remontan al pasado 14 de mayo, cuando el vecino recibió un mensaje a través de Facebook Messenger procedente del perfil de un conocido, aunque sin fotografía. La familiaridad del nombre que le dirigía el mensaje le llevó a no sospechar de la conversación, en la que se le aseguraba que ambos habían sido elegidos para recibir 150.000 euros como parte de una iniciativa llamada “Global Gives”, supuestamente vinculada a subvenciones por jubilación.
“Recibí 150.000 euros de ellos después de presentar mi solicitud y vi tu nombre y tu foto en la lista de ganar”, relataba el mensaje recibido desde el perfil de su amigo, indicándole además que debía contactar con una supuesta agente encargada de tramitar el premio.

A partir de ese momento, y guiado por la confianza y la buena fe, el denunciante mantuvo varias conversaciones tanto con el perfil de su amigo como con el de la supuesta agente, Lisa Kelvin Mellet. Según su testimonio, nunca llegó a desconfiar, en parte porque se encontraba solo en casa y creía estar hablando con una persona de confianza.
La supuesta agente le indicó que debía realizar varios pagos por adelantado para poder recibir el premio. Así fue como, entre los días 15 y 16 de mayo, el hombre realizó dos transferencias por importe total de 3.650 euros a una cuenta con IBAN francés.
La situación se agravó cuando empezaron a llegar mensajes cada vez más insistentes, con frases intimidatorias y manipuladoras que le instaban a no compartir la información con nadie, ni siquiera con sus hijos. A pesar de sus dudas, el temor a perder el dinero prometido lo llevó a continuar con el proceso.

La estafa se destapó cuando el hijo del denunciante fue alertado por un amigo, al ver publicada en su perfil de Facebook una imagen de una de las transferencias. Fue entonces cuando la familia cortó la comunicación con los perfiles implicados y acudió de inmediato a denunciar los hechos ante el Puesto Principal de la Guardia Civil de Montilla.
Gracias a la rápida actuación de la familia, el afectado ha logrado recuperar la última de las transferencias, por importe de 2.000 euros, aunque los 1.650 euros enviados en primer lugar continúan pendientes de recuperación. "La entidad bancaria nos indicó que solo pudo intervenir en una de las operaciones debido a los plazos del fin de semana", relataron los afectados a Montilla Digital.
En este tipo de fraudes, conocidos como phishing bancario, los estafadores suplantan identidades reales para manipular emocionalmente a sus víctimas, especialmente a personas mayores o vulnerables. Para arrojar luz sobre este fenómeno, la abogada María Magdalena Rico, del despacho Lex Legis, especializada en la defensa de consumidores afectados por fraudes digitales, aclara que estas prácticas son cada vez más comunes y dañinas.

"El phishing bancario se refiere a la suplantación de identidad del cliente para llevar a cabo operaciones fraudulentas en su nombre, que generalmente se materializan a través del envío de mensajes SMS o correos electrónicos engañosos", detalla la letrada, quien resalta que la responsabilidad no recae únicamente en los estafadores.
"Las entidades bancarias tienen la obligación de implementar medidas de seguridad adecuadas para proteger a sus clientes de fraudes", asegura María Magdalena Rico, quien detalla que según el Real Decreto-ley 19/2018, de 23 de noviembre, que regula los servicios de pago, "los bancos están obligados a restituir cualquier disposición de fondos no autorizada, salvo que se demuestre que ha habido una actuación negligente o fraudulenta por parte del cliente".
Desde Lex Legis también hacen un llamamiento a los afectados para que no se resignen. "Sí, se puede reclamar: los afectados por fraudes en cuentas corrientes o tarjetas vinculadas tienen derecho a reclamar a su entidad bancaria", afirma la letrada.

Sin embargo, María Magdalena Rico reconoce que, muchas veces, las entidades rechazan estas reclamaciones "con excusas que dificultan el proceso", por lo que considera "esencial" que "los consumidores conozcan sus derechos y no se dejen amedrentar".
El último caso que ha afectado a un vecino de Montilla es, lamentablemente, uno más en la larga lista de fraudes digitales que proliferan en redes sociales, donde la confianza, la vulnerabilidad y la soledad pueden convertirse en herramientas de manipulación para los delincuentes.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: DEPOSITPHOTOS.COM
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