El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha adjudicado, a través del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), cuatro contratos por valor de casi 64 millones de euros para ampliar las vías de apartado en estaciones de líneas convencionales, entre ellas, la de Montilla.
Esta actuación, financiada por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con fondos europeos del programa NextGenerationEU, permitirá la circulación y el cruce de trenes de hasta 750 metros de longitud por la estación de Montilla.
En el caso de Andalucía, se beneficiarán seis enclaves estratégicos: Fernán Núñez, Puente Genil, Pedro Abad, Bodadilla, La Roda de Andalucía y Montilla. En todos estos municipios se ampliarán las infraestructuras para facilitar el tránsito fluido de trenes de mercancías largos, "un paso decisivo hacia la eficiencia y sostenibilidad del sistema ferroviario", a juicio del Gobierno.
Inaugurada el 15 de agosto de 1865, la estación de Montilla se convirtió durante casi siglo y medio en punto neurálgico para la comarca, una puerta abierta al mundo por donde transitaban no solo pasajeros, sino también el vino de Montilla-Moriles, tan ligado a la identidad local, que encontró en aquellos trenes un vehículo ideal para llegar a nuevos mercados.
Hoy, el edificio ubicado entre las avenidas de Italia y del Marqués de la Vega de Armijo permanece en pie como testigo silente de tiempos de esplendor, sobre todo desde que el último tren de viajeros partió el 23 de junio de 2013. Sin embargo, con esta nueva inversión, el nombre de Montilla vuelve a inscribirse en planes de futuro.
La modernización de la infraestructura permitirá que trenes de gran longitud —hasta 750 metros— puedan cruzarse y estacionar en sus vías, una condición clave para incrementar la competitividad del transporte de mercancías y reducir tanto costes como emisiones contaminantes.
El legado de la estación de Montilla no puede desligarse de nombres como el del ingeniero Jorge Loring y Oyarzábal, artífice de la conexión Córdoba-Málaga, ni del abogado y político Antonio Aguilar y Correa, octavo marqués de la Vega de Armijo quien, como ministro de Fomento y diputado por Montilla, logró que el municipio tuviera su merecida parada en el trazado ferroviario. En su honor, la avenida en la que se sitúa la estación lleva su nombre.
Además del componente emocional y patrimonial, la recuperación funcional de la estación de Montilla forma parte de una estrategia mayor: sacar más mercancías de la carretera para trasladarlas a los raíles. "Esta visión de país responde no solo a criterios económicos, sino también a imperativos ambientales", sostienen fuentes del Ejecutivo, que se muestran convencidas de que "una infraestructura ferroviaria renovada permitirá un transporte más limpio, resiliente y preparado para los retos del siglo XXI".
Esta actuación, financiada por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con fondos europeos del programa NextGenerationEU, permitirá la circulación y el cruce de trenes de hasta 750 metros de longitud por la estación de Montilla.
En el caso de Andalucía, se beneficiarán seis enclaves estratégicos: Fernán Núñez, Puente Genil, Pedro Abad, Bodadilla, La Roda de Andalucía y Montilla. En todos estos municipios se ampliarán las infraestructuras para facilitar el tránsito fluido de trenes de mercancías largos, "un paso decisivo hacia la eficiencia y sostenibilidad del sistema ferroviario", a juicio del Gobierno.

Inaugurada el 15 de agosto de 1865, la estación de Montilla se convirtió durante casi siglo y medio en punto neurálgico para la comarca, una puerta abierta al mundo por donde transitaban no solo pasajeros, sino también el vino de Montilla-Moriles, tan ligado a la identidad local, que encontró en aquellos trenes un vehículo ideal para llegar a nuevos mercados.
Hoy, el edificio ubicado entre las avenidas de Italia y del Marqués de la Vega de Armijo permanece en pie como testigo silente de tiempos de esplendor, sobre todo desde que el último tren de viajeros partió el 23 de junio de 2013. Sin embargo, con esta nueva inversión, el nombre de Montilla vuelve a inscribirse en planes de futuro.
La modernización de la infraestructura permitirá que trenes de gran longitud —hasta 750 metros— puedan cruzarse y estacionar en sus vías, una condición clave para incrementar la competitividad del transporte de mercancías y reducir tanto costes como emisiones contaminantes.

Una infraestructura con historia
El legado de la estación de Montilla no puede desligarse de nombres como el del ingeniero Jorge Loring y Oyarzábal, artífice de la conexión Córdoba-Málaga, ni del abogado y político Antonio Aguilar y Correa, octavo marqués de la Vega de Armijo quien, como ministro de Fomento y diputado por Montilla, logró que el municipio tuviera su merecida parada en el trazado ferroviario. En su honor, la avenida en la que se sitúa la estación lleva su nombre.
Además del componente emocional y patrimonial, la recuperación funcional de la estación de Montilla forma parte de una estrategia mayor: sacar más mercancías de la carretera para trasladarlas a los raíles. "Esta visión de país responde no solo a criterios económicos, sino también a imperativos ambientales", sostienen fuentes del Ejecutivo, que se muestran convencidas de que "una infraestructura ferroviaria renovada permitirá un transporte más limpio, resiliente y preparado para los retos del siglo XXI".
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JUAN PABLO BELLIDO
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