La Semana Santa de Montilla ha vivido esta mañana uno de sus momentos más esperados y solemnes: la salida de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores desde la iglesia de San Agustín. Un Viernes Santo más, el templo que corona la calle Ancha se convierte en el corazón palpitante de la Semana de Pasión, el auténtico kilómetro cero de la devoción popular.
Apenas despuntaba el día cuando las puertas del templo agustino, todavía en pleno proceso de restauración, se abrían para dar paso a una catequesis en movimiento, una lección de fe y de arte esculpida en madera y envuelta en los aromas y los sonidos que permanecen inalterables desde hace décadas.
Abre el cortejo la venerada imagen de Jesús Rescatado, una talla del siglo XVIII que se presenta en pie, maniatado y solo, evocando con sobrecogedora fuerza ese instante de abandono por parte de sus discípulos tras su prendimiento. Así lo explica Elena Bellido, doctora en Historia por la Universidad de Córdoba (UCO) y directora de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque, quien destaca cómo el mensaje visual de esta imagen sienta el tono de la procesión: el sacrificio silencioso, la entrega sin compañía.
Tras Jesús Rescatado, hace su aparición majestuosa el Señor de Montilla. Nuestro Padre Jesús Nazareno, atribuido a Juan de Mesa El Mozo y tallado a comienzos del siglo XVII, avanza con la cruz sobre su hombro izquierdo. Su rostro sereno, levemente girado hacia el lado opuesto, se convierte en una imagen icónica del fervor montillano. Talla completa y de tamaño natural, El Nazareno es mucho más que una figura procesional: es símbolo, es historia y es consuelo.
La narración visual prosigue con el Cristo de la Yedra, una talla que, fijada a la cruz con tres clavos, se presenta con las piernas cruzadas y la cabeza inclinada hacia la derecha. El cabello y la barba, trabajados con un realismo impactante, acentúan el dramatismo de un rostro que transmite un sufrimiento contenido, profundo.
La corona de espinas, tallada en la propia madera, entrelaza dos ramas en una tipología de herencia gótica que, según Elena Bellido, se perpetúa en los crucificados manieristas. El amplio perizoma, de pliegues en uve, queda anudado a la izquierda, marcando con fuerza la anatomía del Crucificado.
Cierra la procesión María Santísima de los Dolores, una imagen de candelero obra del montillano Manuel Garnelo y Alda, figura ilustre del simbolismo decorativo. Su mirada baja y su gesto contenido recogen todo el dolor de una madre al pie de la cruz. Un corazón traspasado por los Siete Dolores completa una estampa de recogimiento y ternura que contrasta con la dureza del relato pasionista.
La Banda de Música "Pascual Marquina", una de las agrupaciones musicales más reconocidas de la provincia, acompaña nuevamente a la Virgen, envolviendo al cortejo en una atmósfera sonora que añade solemnidad y emoción a cada paso y que, en esta jornada de Viernes Santo, brindará un recuerdo especial al actor montillano Jose de la Torre, hermano de la cofradía que falleció el pasado 5 de diciembre a los 37 años de edad.
Como marca la tradición, las imágenes de Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores bendecirán los campos desde el Paseo de Cervantes, gesto que conecta la devoción con la tierra, con las raíces agrícolas de Montilla, y que culmina con el regreso a San Agustín, templo que, pese a las obras, mantiene su papel de santuario espiritual para una localidad que sale al encuentro de la fe, la historia y el arte y que, cada Viernes Santo, vuelve a emocionarse con el caminar sereno del Nazareno.
Apenas despuntaba el día cuando las puertas del templo agustino, todavía en pleno proceso de restauración, se abrían para dar paso a una catequesis en movimiento, una lección de fe y de arte esculpida en madera y envuelta en los aromas y los sonidos que permanecen inalterables desde hace décadas.
Abre el cortejo la venerada imagen de Jesús Rescatado, una talla del siglo XVIII que se presenta en pie, maniatado y solo, evocando con sobrecogedora fuerza ese instante de abandono por parte de sus discípulos tras su prendimiento. Así lo explica Elena Bellido, doctora en Historia por la Universidad de Córdoba (UCO) y directora de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque, quien destaca cómo el mensaje visual de esta imagen sienta el tono de la procesión: el sacrificio silencioso, la entrega sin compañía.
Tras Jesús Rescatado, hace su aparición majestuosa el Señor de Montilla. Nuestro Padre Jesús Nazareno, atribuido a Juan de Mesa El Mozo y tallado a comienzos del siglo XVII, avanza con la cruz sobre su hombro izquierdo. Su rostro sereno, levemente girado hacia el lado opuesto, se convierte en una imagen icónica del fervor montillano. Talla completa y de tamaño natural, El Nazareno es mucho más que una figura procesional: es símbolo, es historia y es consuelo.
La narración visual prosigue con el Cristo de la Yedra, una talla que, fijada a la cruz con tres clavos, se presenta con las piernas cruzadas y la cabeza inclinada hacia la derecha. El cabello y la barba, trabajados con un realismo impactante, acentúan el dramatismo de un rostro que transmite un sufrimiento contenido, profundo.
La corona de espinas, tallada en la propia madera, entrelaza dos ramas en una tipología de herencia gótica que, según Elena Bellido, se perpetúa en los crucificados manieristas. El amplio perizoma, de pliegues en uve, queda anudado a la izquierda, marcando con fuerza la anatomía del Crucificado.
Cierra la procesión María Santísima de los Dolores, una imagen de candelero obra del montillano Manuel Garnelo y Alda, figura ilustre del simbolismo decorativo. Su mirada baja y su gesto contenido recogen todo el dolor de una madre al pie de la cruz. Un corazón traspasado por los Siete Dolores completa una estampa de recogimiento y ternura que contrasta con la dureza del relato pasionista.
La Banda de Música "Pascual Marquina", una de las agrupaciones musicales más reconocidas de la provincia, acompaña nuevamente a la Virgen, envolviendo al cortejo en una atmósfera sonora que añade solemnidad y emoción a cada paso y que, en esta jornada de Viernes Santo, brindará un recuerdo especial al actor montillano Jose de la Torre, hermano de la cofradía que falleció el pasado 5 de diciembre a los 37 años de edad.
Como marca la tradición, las imágenes de Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores bendecirán los campos desde el Paseo de Cervantes, gesto que conecta la devoción con la tierra, con las raíces agrícolas de Montilla, y que culmina con el regreso a San Agustín, templo que, pese a las obras, mantiene su papel de santuario espiritual para una localidad que sale al encuentro de la fe, la historia y el arte y que, cada Viernes Santo, vuelve a emocionarse con el caminar sereno del Nazareno.
Nazareno
- Cofradía: Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores.
- Templo: iglesia de San Agustín.
- Fundación: 1590.
- Hermano Mayor: Francisco José Méndez Hidalgo.
- Obra social: la Hermandad colabora con Cáritas Parroquial y con la Campaña de Recogida de Juguetes de la Hermandad de la Juventud.
- Pasos: cuatro.
- Hábito: túnica y capirote morado; túnica y Capirote negro; y túnica negra y capirote granate.
- Tiempo de paso: 60 minutos.
- Salida: 9.00 de la mañana.
- Itinerario: Iglesia de San Agustín, Plaza Obispo Pérez Muñoz, Ancha, San Francisco Solano, Santa Ana, Plaza de la Inmaculada, Corredera, Plaza de la Rosa, José de los Ángeles, Gran Capitán, Llano de Palacio, Avenida de Granada, Paseo de Cervantes (donde Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores bendecirán los campos de Montilla), Coto (12.00), Pozo Dulce, Enfermería, Los Morenos, San Sebastián, Llanete de la Cruz, Juan Colín, Plaza de Munda, Ancha (donde tendrá lugar el acto de La Lanzada al Santísimo Cristo de la Yedra), Plaza del Obispo Pérez Muñoz (donde Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores bendecirán al pueblo de Montilla).
- Entrada: 15.30 de la tarde.
- Acompañamiento musical: Centuria Romana Munda, Banda de Cornetas y Tambores “Cristo Resucitado” de Badajoz y Banda de Música Pascual Marquina de Montilla.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR















































