La tarde del Viernes Santo en Montilla adquiere un tono solemne y sobrecogedor con la esperada salida de la Hermandad del Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo, Santo Nombre de Jesús, María Santísima de la Encarnación y San Juan de Ávila. Desde su capilla en la calle Fuente Álamo, consagrada el 3 de abril de 2011, la cofradía se dispone a revivir uno de los pasajes más conmovedores de la Pasión.
Con un cortejo impecablemente organizado y reconocido entre los más completos de la Semana Santa montillana, la hermandad pone en la calle su paso de misterio, una obra maestra del escultor cordobés Antonio Bernal Redondo. El imaginero, fiel a su estilo neobarroco, concibió en 1994 un conjunto escultórico que no solo emociona por su calidad artística, sino por la fuerza espiritual que transmite.
La escena representada corresponde a la decimotercera Estación del Vía Crucis: el momento en que José de Arimatea y Nicodemo descienden el cuerpo inerte de Cristo de la Cruz. Se trata de un pasaje descrito en los cuatro Evangelios, con especial precisión en el de San Juan: "Cuando todo estuvo consumado, José de Arimatea le pidió permiso a Pilato para descender al muerto de la cruz".
Elena Bellido, doctora en Historia por la Universidad de Córdoba (UCO) y directora de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque, explica que esta representación del Descendimiento, tan presente en la historia del arte sacro, no es solo un hecho material: "Es una cruz visible e invisible a la vez, que simboliza el paso hacia lo espiritual, el desprendimiento de lo material, el camino hacia Dios".
En el grupo escultórico, el cuerpo de Cristo se presenta con una notable corrección anatómica. “Los pies aún clavados, el brazo izquierdo caído por el rigor mortis, la cabeza vencida hacia adelante… Mientras, Nicodemo sostiene con esfuerzo el brazo derecho”, describe Bellido.
La escena se completa al pie del madero, donde María Santísima de la Encarnación, San Juan y María Magdalena asisten con desolación al momento más doloroso del Calvario. Sobre la roca se hallan también los símbolos de la Pasión: la corona de espinas, los clavos, el títulus y una palangana.
La Banda de Cornetas y Tambores “Nuestra Señora de la Salud” de Córdoba, con origen en la popular Barriada del Naranjo, pondrá los sones a este relato de redención. Bajo su música desgarrada, el Cristo del Descendimiento volverá a ser bajado de la Cruz en un acto de fe, arte y memoria viva.
Con un cortejo impecablemente organizado y reconocido entre los más completos de la Semana Santa montillana, la hermandad pone en la calle su paso de misterio, una obra maestra del escultor cordobés Antonio Bernal Redondo. El imaginero, fiel a su estilo neobarroco, concibió en 1994 un conjunto escultórico que no solo emociona por su calidad artística, sino por la fuerza espiritual que transmite.
La escena representada corresponde a la decimotercera Estación del Vía Crucis: el momento en que José de Arimatea y Nicodemo descienden el cuerpo inerte de Cristo de la Cruz. Se trata de un pasaje descrito en los cuatro Evangelios, con especial precisión en el de San Juan: "Cuando todo estuvo consumado, José de Arimatea le pidió permiso a Pilato para descender al muerto de la cruz".
Elena Bellido, doctora en Historia por la Universidad de Córdoba (UCO) y directora de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque, explica que esta representación del Descendimiento, tan presente en la historia del arte sacro, no es solo un hecho material: "Es una cruz visible e invisible a la vez, que simboliza el paso hacia lo espiritual, el desprendimiento de lo material, el camino hacia Dios".
En el grupo escultórico, el cuerpo de Cristo se presenta con una notable corrección anatómica. “Los pies aún clavados, el brazo izquierdo caído por el rigor mortis, la cabeza vencida hacia adelante… Mientras, Nicodemo sostiene con esfuerzo el brazo derecho”, describe Bellido.
La escena se completa al pie del madero, donde María Santísima de la Encarnación, San Juan y María Magdalena asisten con desolación al momento más doloroso del Calvario. Sobre la roca se hallan también los símbolos de la Pasión: la corona de espinas, los clavos, el títulus y una palangana.
La Banda de Cornetas y Tambores “Nuestra Señora de la Salud” de Córdoba, con origen en la popular Barriada del Naranjo, pondrá los sones a este relato de redención. Bajo su música desgarrada, el Cristo del Descendimiento volverá a ser bajado de la Cruz en un acto de fe, arte y memoria viva.
Descendimiento
- Cofradía: Hermandad del Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo, Santo Nombre de Jesús, María Santísima de la Encarnación y San Juan de Ávila.
- Templo: Capilla del Sagrado Descendimiento.
- Fundación: 1993.
- Hermano Mayor: Rafael Ramírez Pérez.
- Obra social: La Cofradía colabora con Cáritas Parroquial y, a través de su Bolsa de Caridad, costea recibos de luz, recibos de agua, medicinas, ropa y alimentos de familias montillanas en riesgo de exclusión.
- Pasos: Uno.
- Hábito: Túnica blanca, capirote, fajín, botonadura, bocamanga y capa de color negro.
- Tiempo de paso: 30 minutos.
- Salida: 19.00 de la tarde.
- Itinerario: Capilla del Sagrado Descendimiento, Fuente Álamo, La Parra, Puerta de Aguilar, Plaza de la Purísima Concepción, Corredera, Hermanos Garnelo, Córdoba, Ciprés, San Fernando, Plaza de La Andaluza, San José, Dámaso Delgado (22.15 horas), Puerta de Aguilar, Ortega, Aparicio, Miguel Riera, San Francisco Solano, Fuente Álamo y Capilla del Sagrado Descendimiento.
- Entrada: 23.15 de la noche.
- Acompañamiento musical: Banda de Cornetas y Tambores "Nuestra Señora de la Salud" de Córdoba.
- Novedades: Nuevos candelabros del paso de misterio tallados por Pedro Benítez y dorados por Abel Velarde. También se estrena el nuevo faldón del paso de misterio bordado por Cristian Javier Redondo, así como cuatro varas confeccionadas por Hermanos Zamorano.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
