Si en la segunda mitad de los sesenta llegabas a San Francisco, deberías ponerte algunas flores en el pelo: así lo hacían montones de jóvenes yanquis; también en Los Ángeles (L.A.): en toda California. Eran los flowers childrens, los hippies. Flores, pelo muy largo, tejidos naturales, vestiduras amplias, adornos y alucinógenos prestados de otras culturas (indios, mexicanos, orientales: marihuana, hashish, peyote).
Todo lo natural hace furor: comida macrobiótica, vida en comuna, aire libre, sexo libre, desnudez inocente, artesanía. Y el buen clima californiano permite este tipo de vida: así que todo el mundo procuró irse a “Frisco” (San Francisco).
Los jóvenes herederos del sistema americano, criados entre tecnología y viajes espaciales, se rebelan pacíficamente, no quieren tomar el relevo al mando del Imperio. De la tecnología toman la síntesis del ácido lisérgico: el L.S.D., la droga más psicodélica. Sus viajes (trips) son en ácido, a la Costa Oeste, a Katmandú (Nepal)... o a Ibiza que, con Formentera, fue otro paraíso jipi.
La culpa de todo la tuvo el Oriente: la India y el Vietnam. La espiritualidad hindú, su pacifismo, atraen a la juventud mundial. Y morir en Vietnam fue el destino de demasiados jóvenes. Abundan las manifestaciones pacíficas. En resumen, Haz el amor, no la guerra era la consigna. Pero la guerra siguió y el sistema resistió. Al final de la utopía surgirían grupos activos de hippies radicalizados políticamente en torno a la “nueva izquierda”, surgida del 68: zippies y yippies (Youth International Party). El sueño de California había terminado.
Musicalmente, los años 1966-1970, los más fuertes de Costa Oeste, son tremendos. Se caracterizan por los grandes conciertos (de los que hay películas, como Woodstock o Monterrey pop, mi preferida) que reúnen a cientos de miles para ver y oír a los grupos hippies: más que conciertos son manifestaciones, happennings, experiencias. Ahí se ven: la influencia hindú (sitar, por ejemplo), las armonías vocales (Mamas & Papas), la posible influencia del L.S.D. en letras surrealistas y guitarras escalofriantes (White rabbit, Eastern jam), las magníficas individualidades (Joplin, Hendrix: muertos en el 70; Morrison: en 1972: los tres a los 27).
Más fríos y urbanos, los Velvet Underground definen la Costa Este. Se incluyen en nuestra selección (que es personal) porque, aunque vivida desde Nueva York, esta fue su época, y porque ellos y los Doors son, todavía, la referencia indiscutible para cantidad de grupos en todo el mundo. ¡Eh! Ya sabes que el verdadero himno hippie es San Francisco, cantado por Scott McKenzie en 1967, “el verano del amor”.
Los jóvenes herederos del sistema americano, criados entre tecnología y viajes espaciales, se rebelan pacíficamente, no quieren tomar el relevo al mando del Imperio. De la tecnología toman la síntesis del ácido lisérgico: el L.S.D., la droga más psicodélica. Sus viajes (trips) son en ácido, a la Costa Oeste, a Katmandú (Nepal)... o a Ibiza que, con Formentera, fue otro paraíso jipi.
La culpa de todo la tuvo el Oriente: la India y el Vietnam. La espiritualidad hindú, su pacifismo, atraen a la juventud mundial. Y morir en Vietnam fue el destino de demasiados jóvenes. Abundan las manifestaciones pacíficas. En resumen, Haz el amor, no la guerra era la consigna. Pero la guerra siguió y el sistema resistió. Al final de la utopía surgirían grupos activos de hippies radicalizados políticamente en torno a la “nueva izquierda”, surgida del 68: zippies y yippies (Youth International Party). El sueño de California había terminado.
Musicalmente, los años 1966-1970, los más fuertes de Costa Oeste, son tremendos. Se caracterizan por los grandes conciertos (de los que hay películas, como Woodstock o Monterrey pop, mi preferida) que reúnen a cientos de miles para ver y oír a los grupos hippies: más que conciertos son manifestaciones, happennings, experiencias. Ahí se ven: la influencia hindú (sitar, por ejemplo), las armonías vocales (Mamas & Papas), la posible influencia del L.S.D. en letras surrealistas y guitarras escalofriantes (White rabbit, Eastern jam), las magníficas individualidades (Joplin, Hendrix: muertos en el 70; Morrison: en 1972: los tres a los 27).
Más fríos y urbanos, los Velvet Underground definen la Costa Este. Se incluyen en nuestra selección (que es personal) porque, aunque vivida desde Nueva York, esta fue su época, y porque ellos y los Doors son, todavía, la referencia indiscutible para cantidad de grupos en todo el mundo. ¡Eh! Ya sabes que el verdadero himno hippie es San Francisco, cantado por Scott McKenzie en 1967, “el verano del amor”.
Audición
- Scott McKenzie: San Francisco (1967).
- The Mamas & the Papas: California dreaming (1966).
- Jefferson Airplane Somebody to love (1969).
- Grateful Dead Trucking (1970).
- Country Joe & the fish: The fish cheer & I - feel – like – i’m – fixin – to – die – rag (1967).
- Janis Joplin & Big Brother & the Holding Company: Down on me (1967).
- The Doors: Love her madly, (Ámala locamente) (1971).
- Jimi Hendrix And the gods made love (1968).
- The Mamas & the Papas: Dedicated to the one i love (1967).
- Jefferson Airplane: White rabbit (1967).
- The Doors: Light my fire (Enciende mi pasión) (versión de 1971, la original es de 1967) .
- Canned heat: Here she comes now (1969).
- Velvet Underground: In the army now (1967).
- Frank Zappa: Rudy wants to buy yez a drink, (Rudy quiere invitaros a una copa) (1972).
- It’s a beautiful day: Girl with no eyes. (1970)
- Jimi Hendrix: Cross town traffic (1968).
- Velvet Underground: White light / white heat (1967).
- Janis Joplin: Mercedes Benz (1970?).
© JOSÉ ANTONIO PONFERRADA
ILUSTRACIÓN: © JOSÉ ANTONIO PONFERRADA
ILUSTRACIÓN: © JOSÉ ANTONIO PONFERRADA
