El empresario montillano Rafael Aguilar Portero, santo y seña de la emblemática Pastelería Manuel Aguilar, ha fallecido hoy a los 70 años de edad, tras una intensa vida dedicada a cuidar y mantener la rica historia y tradición de una de las joyas gastronómicas más significativas de Montilla, un establecimiento centenario que ha sido testigo y protagonista de la evolución del arte pastelero desde el año 1886.
Casado con María Rosa Portero Criado y padre de dos hijos, la historia de Rafael Aguilar Portero es la de una familia que ha sabido conservar y enriquecer un legado inigualable, transmitido de generación en generación. Así, los inicios de la pastelería se remontan a Manuel Aguilar Espejo, su fundador, quien, con gran visión y maestría pastelera, estableció un pequeño obrador que, con el tiempo, se convertiría en un referente dentro y fuera de la provincia de Córdoba.
Su hijo, Manuel Aguilar Luque-Romero, consolidó el negocio y aportó creaciones emblemáticas como el pastelón, un exquisito hojaldre relleno de cabello de ángel y cubierto con un merengue cremoso. Su dedicación y buen trato lo hicieron una figura muy querida en su ciudad natal, donde el nombre de "Manolito Aguilar" es sinónimo de calidad y tradición.
Rafael Aguilar Portero, digno sucesor de esta estirpe pastelera, asumió las riendas del negocio familiar en los años setenta con una visión clara: preservar la tradición de su padre y de su abuelo sin renunciar a la evolución. Fruto de su gestión, Pastelería Manuel Aguilar logró intensificar la producción artesanal y recuperó técnicas ancestrales, como el horneado en leña de olivo, garantizando así la autenticidad y el sabor de los productos que venden en el obrador y que, además distribuyen por toda España.
Desde su fundación en 1886, Pastelería Manuel Aguilar ha sido merecedora de múltiples galardones. En 1904, sus alfajores finos fueron premiados con la medalla de plata en la II Exposición Regional Andaluza y, en 1922, obtuvieron uno de los reconocimientos más prestigiosos de Europa en la Exposizione del Progresso Industriale de Roma.
Estos dulces, junto a las tejas con praliné de alfajor y el icónico pastelón, conquistaron los paladares más exigentes, desde ilustres políticos y monarcas hasta celebridades del mundo del toreo como Manuel Rodríguez Sánchez, 'Manolete' quien, tras actuar en la escuela taurina de Montilla, gastó toda la gratificación que había recibido en alfajores de Manolito Aguilar.
Pero la Pastelería Manuel Aguilar no solo ha brillado por su excelencia en la repostería, sino también por sus eventos memorables. En 1990, Rafael Aguilar Portero rindió un multitudinario homenaje a su padre con la elaboración de un pastelón gigante de 15 metros y 450 kilos, que deleitó a toda Montilla. A su vez, en el año 2009, y de la mano de los jóvenes cofrades de El Dulce Nombre, la pastelería hizo historia al crear el roscón de Reyes más grande del mundo, con 238 metros de longitud y 4.000 sorpresas en su interior.
Rafael Aguilar Portero solía confesar que "la clave del éxito de la pastelería radica en el respeto por la tradición y la dedicación artesanal, así como en la selección rigurosa de materias primas, la elaboración manual sin conservantes ni aditivos y la transmisión del conocimiento de generación en generación".
Hace unos años, Rafael Aguilar Portero quiso ceder el testigo a sus hijos, Rafael y Manuel Jesús, quienes representan ya la cuarta generación de esta dinastía pastelera. Con una plantilla de 30 trabajadores, la pastelería ha logrado modernizar sus instalaciones sin perder su esencia artesanal, asegurando así su continuidad en el tiempo.
En 2023, Rafael Aguilar Portero y el enólogo Miguel Cruz Marqués protagonizaron la vigésimo quinta edición de la Cata Dirigida de Vinos de la Unión de Empresarios de Montilla (Ademo), un evento que se celebró en el Hotel Don Gonzalo y que, en esa ocasión, estuvo dedicado al sector de la hostelería local.
Más que una simple pastelería, Manuel Aguilar es un emblema de Montilla, tan representativo como sus monumentos históricos. Su local, situado en la emblemática calle Corredera, conserva el encanto de antaño, con detalles arquitectónicos de gran valor, como mármoles de Carrara y columnas del siglo XV pertenecientes al antiguo convento de los jesuitas. Y gracias a la labor de Rafael Aguilar Portero y de su familia, Montilla puede seguir presumiendo de un legado dulce que ha conquistado generaciones y ha traspasado fronteras.
La misa corpore insepulto en memoria de Rafael Aguilar Portero tendrá lugar mañana martes, 1 de abril, a las 10.30 de la mañana, en la Parroquia de San Francisco Solano. El equipo humano que conforma Montilla Digital se une al dolor que ha provocado su pérdida entre familiares, amigos y personas vinculadas a la gastronomía y a la hostelería montillana. Si desea consultar la esquela, puede pulsar sobre este enlace.
Casado con María Rosa Portero Criado y padre de dos hijos, la historia de Rafael Aguilar Portero es la de una familia que ha sabido conservar y enriquecer un legado inigualable, transmitido de generación en generación. Así, los inicios de la pastelería se remontan a Manuel Aguilar Espejo, su fundador, quien, con gran visión y maestría pastelera, estableció un pequeño obrador que, con el tiempo, se convertiría en un referente dentro y fuera de la provincia de Córdoba.
Su hijo, Manuel Aguilar Luque-Romero, consolidó el negocio y aportó creaciones emblemáticas como el pastelón, un exquisito hojaldre relleno de cabello de ángel y cubierto con un merengue cremoso. Su dedicación y buen trato lo hicieron una figura muy querida en su ciudad natal, donde el nombre de "Manolito Aguilar" es sinónimo de calidad y tradición.
Rafael Aguilar Portero, digno sucesor de esta estirpe pastelera, asumió las riendas del negocio familiar en los años setenta con una visión clara: preservar la tradición de su padre y de su abuelo sin renunciar a la evolución. Fruto de su gestión, Pastelería Manuel Aguilar logró intensificar la producción artesanal y recuperó técnicas ancestrales, como el horneado en leña de olivo, garantizando así la autenticidad y el sabor de los productos que venden en el obrador y que, además distribuyen por toda España.
Desde su fundación en 1886, Pastelería Manuel Aguilar ha sido merecedora de múltiples galardones. En 1904, sus alfajores finos fueron premiados con la medalla de plata en la II Exposición Regional Andaluza y, en 1922, obtuvieron uno de los reconocimientos más prestigiosos de Europa en la Exposizione del Progresso Industriale de Roma.
Estos dulces, junto a las tejas con praliné de alfajor y el icónico pastelón, conquistaron los paladares más exigentes, desde ilustres políticos y monarcas hasta celebridades del mundo del toreo como Manuel Rodríguez Sánchez, 'Manolete' quien, tras actuar en la escuela taurina de Montilla, gastó toda la gratificación que había recibido en alfajores de Manolito Aguilar.
Pero la Pastelería Manuel Aguilar no solo ha brillado por su excelencia en la repostería, sino también por sus eventos memorables. En 1990, Rafael Aguilar Portero rindió un multitudinario homenaje a su padre con la elaboración de un pastelón gigante de 15 metros y 450 kilos, que deleitó a toda Montilla. A su vez, en el año 2009, y de la mano de los jóvenes cofrades de El Dulce Nombre, la pastelería hizo historia al crear el roscón de Reyes más grande del mundo, con 238 metros de longitud y 4.000 sorpresas en su interior.
Rafael Aguilar Portero solía confesar que "la clave del éxito de la pastelería radica en el respeto por la tradición y la dedicación artesanal, así como en la selección rigurosa de materias primas, la elaboración manual sin conservantes ni aditivos y la transmisión del conocimiento de generación en generación".
Hace unos años, Rafael Aguilar Portero quiso ceder el testigo a sus hijos, Rafael y Manuel Jesús, quienes representan ya la cuarta generación de esta dinastía pastelera. Con una plantilla de 30 trabajadores, la pastelería ha logrado modernizar sus instalaciones sin perder su esencia artesanal, asegurando así su continuidad en el tiempo.
En 2023, Rafael Aguilar Portero y el enólogo Miguel Cruz Marqués protagonizaron la vigésimo quinta edición de la Cata Dirigida de Vinos de la Unión de Empresarios de Montilla (Ademo), un evento que se celebró en el Hotel Don Gonzalo y que, en esa ocasión, estuvo dedicado al sector de la hostelería local.
Más que una simple pastelería, Manuel Aguilar es un emblema de Montilla, tan representativo como sus monumentos históricos. Su local, situado en la emblemática calle Corredera, conserva el encanto de antaño, con detalles arquitectónicos de gran valor, como mármoles de Carrara y columnas del siglo XV pertenecientes al antiguo convento de los jesuitas. Y gracias a la labor de Rafael Aguilar Portero y de su familia, Montilla puede seguir presumiendo de un legado dulce que ha conquistado generaciones y ha traspasado fronteras.
La misa corpore insepulto en memoria de Rafael Aguilar Portero tendrá lugar mañana martes, 1 de abril, a las 10.30 de la mañana, en la Parroquia de San Francisco Solano. El equipo humano que conforma Montilla Digital se une al dolor que ha provocado su pérdida entre familiares, amigos y personas vinculadas a la gastronomía y a la hostelería montillana. Si desea consultar la esquela, puede pulsar sobre este enlace.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: PASTELERÍA MANUEL AGUILAR
FOTOGRAFÍA: PASTELERÍA MANUEL AGUILAR
