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Carmen Giménez Alvear | 'El año de la Republica', el Carlismo y el CB de Alvear (I)

Es un honor y muy de agradecer que, en la última gran novela de José Calvo Poyato, El año de la República, ambientada en el convulso periodo de la Primera República española (1873-1874), se mencione el vino de Montilla y a la familia Alvear:


“Sus bodegas tenían mucho renombre y algunas estaban ligadas a ilustres apellidos de nuestra historia, como eran los Alvear. A propósito de ello me habían contado una curiosa historia, relacionada con uno de sus vinos, que era conocido como Fino C.B.

Aquellas iniciales, según se decía, correspondía a un tal Villanueva, que había sido capataz de la bodega. Pero Villanueva no se escribía con B, aunque yo sabía que muchos apellidos, siendo el mismo, utilizaban letras diferentes: había Jiménez y Giménez, y el apellido Córdoba había quien lo escribía con V, así que era posible que aquel capataz utilizase la B para Villanueva de su apellido.

Pero quien me contó la historia me dijo que fue la forma de maquillar, un tanto burdamente, que aquellas siglas eran en honor de Carlos de Borbón, lo cual encajaba con la defensa del carlismo de que hacían gala los dueños de la bodega”.


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Sin embargo, a riesgo de decepcionar a unos y sorprender a otros, hoy os vamos a contar que no es posible que un Alvear del siglo XIX usase la marca CB o Cb de Bodegas Alvear para honrar a Carlos de Borbón. No en vano, ser reconocidos liberales y luchar contra el Carlismo fue empeño de los Alvear del siglo XIX y, en particular, de Francisco Alvear y Ward, quien dirigía Bodegas Alvear en tiempos de la Primera República.

Diego de Alvear y Ponce de León tuvo cuatro hijos varones: Diego (1808-1851), Tomás (1811-1867), Enrique (1813-1861) y Francisco (1817-1894). Tres de ellos (Diego, Tomás y Francisco) iniciaron la carrera militar, aunque Diego no la pudo completar por ser liberal… Además, todos ellos, en alguna etapa de sus vidas, también dirigieron Bodegas Alvear.

En 1826, y coincidiendo con el proceso contra su padre, fue condenado a cuatro años de prisión y expulsado del Ejército. Ante esta situación, Diego se marchó a París en 1830 para estudiar Ingeniería y acabó diseñando la prensa vertical que hoy seguimos usando para elaborar el vino dulce Pedro Ximénez. Pero esto es otra historia que habrá que contar...

A la izquierda, Tomás Alvear y Ward; a la derecha, su hermano Francisco Solano.

En cuanto a sus otros dos hermanos militares, ambos tuvieron brillantes carreras al servicio de la Corona isabelina. Tomás ingresó inicialmente en el Ejército pero, al fallecer su padre en 1830, los entonces ministros de Marina y de Guerra, Salazar y el marqués de Zambrano, propusieron a su madre Luisa Ward que pasase a la Armada para que en ésta no se perdiera el apellido Alvear. De este modo, Tomás tuvo una fulgurante y brillante carrera en la Armada durante el reinado de Isabel II.

Cabe destacar lo que recoge la biografía de la Real Academia de la Historia de España sobre Tomás: “Al igual que el resto de su familia, dadas sus profundas ideas liberales participó en la Primera Guerra Carlista (1833-1840) en los frentes de Cataluña y Valencia (1839). Asimismo, ocupó relevantes puestos en la Marina: oficial de la Secretaría del Almirantazgo (1841 y 1855-1856), preceptor del joven guardiamarina infante Enrique María Fernando de Borbón Dos Sicilias (1842-1844) […]".

Enrique de Borbón era hermano de Francisco de Asís, futuro esposo de Isabel II. La reina le otorgaría a Tomás la Gran Cruz de San Hermenegildo en 1860. Por otro lado, Francisco Alvear también luchó en el bando isabelino en la Primera Guerra Carlista, desde 1836 hasta 1840, tanto en el Ejército del Centro, al mando del general San Miguel, como en el del Norte, al mando del general Espartero. En 1838 le condecoraROn con la Cruz de San Fernando de Primera Clase.

En 1841, Francisco se incorporó a la Real Fábrica de Artillería de Sevilla y, desde 1864, fue su Director. Bajo su dirección se fundieron los icónicos leones del Congreso de los Diputados. En 1868, tras la muerte de Tomás, Francisco pidió la excedencia del Ejército y se instaló en Montilla, donde dirigió Bodegas Alvear hasta su muerte, en 1894. Entonces, ¿desde cuándo se usa la marca CB o Cb? ¿Existió realmente un Capataz Billanueva? ¿Hay alguna mención en las cartas que conserva la familia Alvear? En el próximo artículo intentaremos aclarar estas cuestiones.

CARMEN GIMÉNEZ ALVEAR
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR / FUNDACIÓN ALVEAR

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