Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una crónica remitida por Luis Navarro García, secretario de la Cofradía de la Viña y el Vino de Montilla, sobre la festividad de San Isidro Labrador que se celebró ayer en la Sierra de Montilla. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.
En la tarde-noche de ayer, día 15 de mayo, en la ermita de San Isidro de la Sierra de Montilla, se celebró la festividad de San Isidro Labrador, organizada por el vecindario del entorno y con el apoyo de la Cofradía de la Viña y el Vino de Montilla.
La ermita de San Isidro Labrador en Montilla ha sido el lugar tradicional para estas festividades. Hay que mencionar que en el pasado reciente existía una romería en la que los romeros se vestían con trajes flamencos y se organizaban chiringuitos y concursos diversos. Sin embargo, esta tradición ha ido menguando en importancia y, últimamente, en los años previos a la pandemia, era celebrada por un conjunto de familias del entorno de la ermita, en la Sierra de Montilla, llegando a suspenderse durante la pandemia y en los años posteriores.
La idea de recuperar esta tradición ha sido propuesta por la Cofradía de la Viña y el Vino de Montilla, Capataz de Honor de la pasada Fiesta de la Vendimia. Una celebración sin más pretensiones que la de propiciar un encuentro de montillanos en torno a San Isidro y fijar algunas bases para determinar la dimensión y las actividades de cara a futuras ediciones.
Abrió el acto, en representación del vecindario del entorno de la ermita, Ángela María Jiménez Luque-Romero, propietaria con sus hermanos del Lagar Los Raigones, que también es miembro de la Cofradía de la Viña y el Vino con el sobrenombre de Tinaja, quien agradeció la asistencia y ponderó la importancia de recuperar esta tradición.
Dio la palabra al presidente de la Cofradía, Manuel Jiménez (cofrade Envero), vecino durante su infancia de este paraje de la Sierra de Montilla, quien reiteró el saludo y prometió ofrecer el apoyo de esta entidad a la recuperación de la tradición serrana de venerar a San Isidro. "Se trata de un acto sencillo pero sentido que nos unirá de una forma más estrecha a este enclave montillano, donde viven y trabajan con empeño y saber hacer muchos de los mejores agricultores montillanos", apuntó.
Cerró el turno de palabra, en representación de Ayuntamiento de Montilla, el concejal de Turismo y Promoción de Ciudad, Adrian Lapsley, quien destacó la importancia de recuperar las tradiciones, subrayando el valor de la Sierra de Montilla como zona de Calidad Superior de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles.
El encuentro consistió en la presentación de San Isidro Labrador en la explanada de su ermita, en la que se ofició una misa solemne, oficiada por Antonio Ramírez Climent, capellán de la Cofradía y cofrade Sacristía, además de la bendición posterior de los campos montillanos.
Todas las intervenciones de Antonio Ramírez Climent transmitieron la importancia de la alegría y de la unión del vecindario para homenajear a San Isidro, un agricultor sencillo que llegó a ser el patrón de los agricultores y campesinos españoles. La bendición fue muy emotiva, usándose como hisopo un pámpano de una cepa, con el que se pidió a San Isidro por la salud de los campos montillanos y de sus habitantes.
La celebración final fue muy participativa entre los asistentes, que compartieron su comida y su vino, viendo caer la tarde en un ambiente de amistad animado con música romera. Una estampa que queremos ver reproducida en el futuro en este día de San Isidro Labrador.
En la tarde-noche de ayer, día 15 de mayo, en la ermita de San Isidro de la Sierra de Montilla, se celebró la festividad de San Isidro Labrador, organizada por el vecindario del entorno y con el apoyo de la Cofradía de la Viña y el Vino de Montilla.
La ermita de San Isidro Labrador en Montilla ha sido el lugar tradicional para estas festividades. Hay que mencionar que en el pasado reciente existía una romería en la que los romeros se vestían con trajes flamencos y se organizaban chiringuitos y concursos diversos. Sin embargo, esta tradición ha ido menguando en importancia y, últimamente, en los años previos a la pandemia, era celebrada por un conjunto de familias del entorno de la ermita, en la Sierra de Montilla, llegando a suspenderse durante la pandemia y en los años posteriores.
La idea de recuperar esta tradición ha sido propuesta por la Cofradía de la Viña y el Vino de Montilla, Capataz de Honor de la pasada Fiesta de la Vendimia. Una celebración sin más pretensiones que la de propiciar un encuentro de montillanos en torno a San Isidro y fijar algunas bases para determinar la dimensión y las actividades de cara a futuras ediciones.
Abrió el acto, en representación del vecindario del entorno de la ermita, Ángela María Jiménez Luque-Romero, propietaria con sus hermanos del Lagar Los Raigones, que también es miembro de la Cofradía de la Viña y el Vino con el sobrenombre de Tinaja, quien agradeció la asistencia y ponderó la importancia de recuperar esta tradición.
Dio la palabra al presidente de la Cofradía, Manuel Jiménez (cofrade Envero), vecino durante su infancia de este paraje de la Sierra de Montilla, quien reiteró el saludo y prometió ofrecer el apoyo de esta entidad a la recuperación de la tradición serrana de venerar a San Isidro. "Se trata de un acto sencillo pero sentido que nos unirá de una forma más estrecha a este enclave montillano, donde viven y trabajan con empeño y saber hacer muchos de los mejores agricultores montillanos", apuntó.
Cerró el turno de palabra, en representación de Ayuntamiento de Montilla, el concejal de Turismo y Promoción de Ciudad, Adrian Lapsley, quien destacó la importancia de recuperar las tradiciones, subrayando el valor de la Sierra de Montilla como zona de Calidad Superior de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles.
El encuentro consistió en la presentación de San Isidro Labrador en la explanada de su ermita, en la que se ofició una misa solemne, oficiada por Antonio Ramírez Climent, capellán de la Cofradía y cofrade Sacristía, además de la bendición posterior de los campos montillanos.
Todas las intervenciones de Antonio Ramírez Climent transmitieron la importancia de la alegría y de la unión del vecindario para homenajear a San Isidro, un agricultor sencillo que llegó a ser el patrón de los agricultores y campesinos españoles. La bendición fue muy emotiva, usándose como hisopo un pámpano de una cepa, con el que se pidió a San Isidro por la salud de los campos montillanos y de sus habitantes.
La celebración final fue muy participativa entre los asistentes, que compartieron su comida y su vino, viendo caer la tarde en un ambiente de amistad animado con música romera. Una estampa que queremos ver reproducida en el futuro en este día de San Isidro Labrador.
LUIS NAVARRO GARCÍA
FOTOGRAFÍAS: CHEMA G. MÁRMOL (CEDIDAS)
FOTOGRAFÍAS: CHEMA G. MÁRMOL (CEDIDAS)
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