Ya se encuentran en la editorial Eneida los textos y dibujos que les he enviado y que son la base del libro El dibujo de la familia. Radiografía de las emociones en el seno familiar, que espero que pronto vea la luz. Uno de sus capítulos es el que lleva por título Abuelos en la familia, del que ahora muestro un resumen.
Dado que esta obra es el resultado de muchos años llevando a cabo investigaciones referidas al dibujo de la familia, con relativa frecuencia me he encontrado con escenas en las que aparecen algunos de los abuelos y/o abuelas de sus autores, lo que, por un lado, es manifestación del cariño que sienten hacia ellos y, por otro, expresión de que los han integrado como personas relevantes en sus vidas.
Bien es cierto que los abuelos han estado tradicionalmente presentes en los grupos familiares; sin embargo, las transformaciones sociales, económicas y culturales, junto al hecho de que la esperanza de vida haya aumentado considerablemente en las sociedades desarrolladas, han posibilitado que en las familias ahora convivan varias generaciones, dando lugar a que los roles hayan cambiado, puesto que hay abuelos son personas activas y participativas en las vidas de sus nietos, a pesar de que muchos siguen en sus trabajos.
En la actualidad, quienes llegan a ser abuelos emplean este vínculo para generar una nueva relación con sus nietos, resultado del conocimiento que han adquirido con el paso de los años, de forma que, según Celeste Rico, Emilia Serra y Paz Viguer, autoras de Abuelos y nietos, “el ser abuelo es una parte importante del ciclo de la vida para muchas personas, tanto como experiencia personal como por su significado dentro de las familias. Debemos tener en cuenta que el 75 por ciento de las personas mayores de 65 años tiene nietos, por lo que van a ser importantes para la mayoría de ellos”.
La forma de actuación de los abuelos con los nietos puede ser de modo directo o indirecto. En el primer caso, las influencias directas están relacionadas con las funciones de cuidado, educación a través de los consejos, juegos compartidos, narradores de historias, confidentes y amortiguadores de tensiones, etc. Las indirectas vienen referidas a los apoyos emocionales, económicos o habitacionales que pueden ofrecer a los padres en situaciones de crisis que pudieran surgir dentro de sus relaciones.
Por otra parte, los escolares que dibujan a sus abuelos expresan la idea de pertenencia o conexión con una segunda generación anterior, dado que sus padres se encuentran en la posición intermedia entre ellos y quienes son o fueron sus padres. Este hecho crea un sentimiento muy positivo, ya que la vida no solamente apunta hacia el futuro, sino que también se extiende hacia el pasado, dando lugar a que la existencia del niño posea unas raíces sólidas al estar conectada con las generaciones le precedieron.
Es lo que, a fin de cuentas, expresa la autora del dibujo de la portada, que, al representar a su familia, se trazó junto a su hermana melliza en el interior de la casa y en el centro del grupo. Dado que era zurda, comenzó por su madre y su padre en el lado derecho de la lámina, continuando con el resto hacia el lado izquierdo de la lámina.
Como dato curioso tengo que apuntar que en ese lado derecho ha dibujado un portarretratos con el rostro de su abuelo materno fallecido, completando así el conjunto familiar de las tres generaciones. Con ello, la niña manifiesta el sentimiento de pertenencia a una familia que tiene sus orígenes en otras dos: las formadas por sus abuelos y abuelas paternos y maternos. De este modo, se siente emocionalmente protegida y arropada por un grupo amplio que se alarga a las dos generaciones que la han precedido.
Como experiencia de juegos compartidos sirve el dibujo que acabamos de ver, realizado por un niño de 5 años. Una vez que lo hubo terminado, le pregunté quiénes eran los personajes que había hecho. Me indicó que la figura central era él mismo y que a su lado estaba su hermana con la que jugaba mucho. Continuó diciéndome que los dos robots eran su abuelo y su abuela que se habían convertido en esas figuras, puesto que a él le gustaban mucho los videojuegos y que las tardes que tenía que estar con ellos se transformaban en robots que venían del cielo en una nave espacial. Por sus explicaciones, entendí que los abuelos participaban gustosamente en las aficiones de su nieto, y que no les importaba seguir sus directrices con tal que el pequeño se lo pasara muy bien.
Es frecuente que los escolares representen a sus familias en los momentos de disfrute, tal como lo expresa la autora del dibujo precedente, una niña de 7 años. Como puede apreciarse, trazó a su familia pasando unas vacaciones en la playa, circunstancia algo habitual cuando se desea reflejar en la escena los mementos más dichosos. En este caso, acude no solo a la representación de la familia nuclear, formada por los padres, ella misma y su hermana menor, incluyendo también a sus ‘titos’ y acabando con su abuelo y abuela paternos, dado que los maternos habían fallecido. Comprobamos que la niña tiene un concepto de familia ampliada, al incorporar a otros miembros.
Es habitual que en los dibujos de escolares que viven en hogares monoparentales aparezcan los abuelos, tal como vemos en este caso correspondiente a un niño de 8 años. En primer lugar, se dibuja a sí mismo, para continuar con su abuelo, cerrando el grupo las figuras de su madre y su abuela. Su padre no aparece en la escena ya que, tras nacer, pronto se separó de la madre y no volvió a interesarse por su hijo. Su madre volvió a vivir con sus padres, por lo que el niño se siente emocionalmente respaldado en su desarrollo, al tiempo que encuentra en el abuelo la figura paterna que no existe en su padre biológico.
Para cerrar, y tras el comentario de los dibujos, quisiera apuntar que los abuelos se encuentran en la etapa en la que suelen desplegar más ternura, paciencia y tolerancia que las que tuvieron que ejercer con quienes fueron sus hijos. Entienden que la vida y las relaciones humanas tienen matices, que no están pintadas en blanco o negro, siendo conscientes de que formación del carácter no se produce de modo inmediato ya que los aprendizajes son muy lentos, especialmente en las edades en que sus nietos son pequeños.
Dado que esta obra es el resultado de muchos años llevando a cabo investigaciones referidas al dibujo de la familia, con relativa frecuencia me he encontrado con escenas en las que aparecen algunos de los abuelos y/o abuelas de sus autores, lo que, por un lado, es manifestación del cariño que sienten hacia ellos y, por otro, expresión de que los han integrado como personas relevantes en sus vidas.
Bien es cierto que los abuelos han estado tradicionalmente presentes en los grupos familiares; sin embargo, las transformaciones sociales, económicas y culturales, junto al hecho de que la esperanza de vida haya aumentado considerablemente en las sociedades desarrolladas, han posibilitado que en las familias ahora convivan varias generaciones, dando lugar a que los roles hayan cambiado, puesto que hay abuelos son personas activas y participativas en las vidas de sus nietos, a pesar de que muchos siguen en sus trabajos.
En la actualidad, quienes llegan a ser abuelos emplean este vínculo para generar una nueva relación con sus nietos, resultado del conocimiento que han adquirido con el paso de los años, de forma que, según Celeste Rico, Emilia Serra y Paz Viguer, autoras de Abuelos y nietos, “el ser abuelo es una parte importante del ciclo de la vida para muchas personas, tanto como experiencia personal como por su significado dentro de las familias. Debemos tener en cuenta que el 75 por ciento de las personas mayores de 65 años tiene nietos, por lo que van a ser importantes para la mayoría de ellos”.
La forma de actuación de los abuelos con los nietos puede ser de modo directo o indirecto. En el primer caso, las influencias directas están relacionadas con las funciones de cuidado, educación a través de los consejos, juegos compartidos, narradores de historias, confidentes y amortiguadores de tensiones, etc. Las indirectas vienen referidas a los apoyos emocionales, económicos o habitacionales que pueden ofrecer a los padres en situaciones de crisis que pudieran surgir dentro de sus relaciones.
Por otra parte, los escolares que dibujan a sus abuelos expresan la idea de pertenencia o conexión con una segunda generación anterior, dado que sus padres se encuentran en la posición intermedia entre ellos y quienes son o fueron sus padres. Este hecho crea un sentimiento muy positivo, ya que la vida no solamente apunta hacia el futuro, sino que también se extiende hacia el pasado, dando lugar a que la existencia del niño posea unas raíces sólidas al estar conectada con las generaciones le precedieron.
Es lo que, a fin de cuentas, expresa la autora del dibujo de la portada, que, al representar a su familia, se trazó junto a su hermana melliza en el interior de la casa y en el centro del grupo. Dado que era zurda, comenzó por su madre y su padre en el lado derecho de la lámina, continuando con el resto hacia el lado izquierdo de la lámina.
Como dato curioso tengo que apuntar que en ese lado derecho ha dibujado un portarretratos con el rostro de su abuelo materno fallecido, completando así el conjunto familiar de las tres generaciones. Con ello, la niña manifiesta el sentimiento de pertenencia a una familia que tiene sus orígenes en otras dos: las formadas por sus abuelos y abuelas paternos y maternos. De este modo, se siente emocionalmente protegida y arropada por un grupo amplio que se alarga a las dos generaciones que la han precedido.
Como experiencia de juegos compartidos sirve el dibujo que acabamos de ver, realizado por un niño de 5 años. Una vez que lo hubo terminado, le pregunté quiénes eran los personajes que había hecho. Me indicó que la figura central era él mismo y que a su lado estaba su hermana con la que jugaba mucho. Continuó diciéndome que los dos robots eran su abuelo y su abuela que se habían convertido en esas figuras, puesto que a él le gustaban mucho los videojuegos y que las tardes que tenía que estar con ellos se transformaban en robots que venían del cielo en una nave espacial. Por sus explicaciones, entendí que los abuelos participaban gustosamente en las aficiones de su nieto, y que no les importaba seguir sus directrices con tal que el pequeño se lo pasara muy bien.
Es frecuente que los escolares representen a sus familias en los momentos de disfrute, tal como lo expresa la autora del dibujo precedente, una niña de 7 años. Como puede apreciarse, trazó a su familia pasando unas vacaciones en la playa, circunstancia algo habitual cuando se desea reflejar en la escena los mementos más dichosos. En este caso, acude no solo a la representación de la familia nuclear, formada por los padres, ella misma y su hermana menor, incluyendo también a sus ‘titos’ y acabando con su abuelo y abuela paternos, dado que los maternos habían fallecido. Comprobamos que la niña tiene un concepto de familia ampliada, al incorporar a otros miembros.
Es habitual que en los dibujos de escolares que viven en hogares monoparentales aparezcan los abuelos, tal como vemos en este caso correspondiente a un niño de 8 años. En primer lugar, se dibuja a sí mismo, para continuar con su abuelo, cerrando el grupo las figuras de su madre y su abuela. Su padre no aparece en la escena ya que, tras nacer, pronto se separó de la madre y no volvió a interesarse por su hijo. Su madre volvió a vivir con sus padres, por lo que el niño se siente emocionalmente respaldado en su desarrollo, al tiempo que encuentra en el abuelo la figura paterna que no existe en su padre biológico.
Para cerrar, y tras el comentario de los dibujos, quisiera apuntar que los abuelos se encuentran en la etapa en la que suelen desplegar más ternura, paciencia y tolerancia que las que tuvieron que ejercer con quienes fueron sus hijos. Entienden que la vida y las relaciones humanas tienen matices, que no están pintadas en blanco o negro, siendo conscientes de que formación del carácter no se produce de modo inmediato ya que los aprendizajes son muy lentos, especialmente en las edades en que sus nietos son pequeños.
AURELIANO SÁINZ