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Juan Pablo Bellido | Periodismo vs. Comunicación Institucional

El Periodismo y la Comunicación Institucional son dos campos relacionados pero que difieren en su enfoque, en sus objetivos y en sus prácticas. Mientras que el Periodismo se basa en la búsqueda de la verdad, en la independencia y en la pluralidad de fuentes, la Comunicación Institucional se centra en la promoción de la imagen y de los intereses de una organización o de una institución específica. Y en un mundo cada vez más complejo y saturado de información, completamente abducido por el denominado "Periodismo de Declaraciones", es crucial comprender las diferencias entre ambos y cómo pueden afectar nuestra percepción de la realidad.


El periodismo, en su forma más pura, es un pilar fundamental de cualquier democracia. Su objetivo primordial es informar, investigar y cuestionar a los poderes públicos para ofrecer a los ciudadanos los hechos necesarios para que se puedan formar opiniones informadas. Los periodistas son, por tanto, los vigilantes de la sociedad, responsables de arrojar luz sobre los abusos de poder, la corrupción y las injusticias. Su labor consiste en mantener a los poderes establecidos bajo escrutinio constante y garantizar la transparencia en la esfera pública.

La comunicación institucional o corporativa, por su parte, se desarrolla dentro de las organizaciones –públicas o privadas– y tiene como objetivo principal gestionar y promover la imagen de la institución o empresa a la que defienden. A diferencia del periodismo, la comunicación institucional está intrínsecamente vinculada a los intereses y objetivos de la organización que representa. Los profesionales de la comunicación institucional trabajan, por tanto, para proteger y mejorar la reputación de la institución, utilizando estrategias de relaciones públicas y de marketing para influir en la percepción pública.

El periodismo se sustenta en principios éticos y deontológicos que garantizan la objetividad, la imparcialidad y la veracidad de la información. Los periodistas están comprometidos con la búsqueda de la verdad, incluso cuando esta pueda ser incómoda o poner en peligro los intereses del poder. Su responsabilidad es informar con precisión, contextualizar los hechos y ofrecer una diversidad de perspectivas para que los ciudadanos puedan formar sus propias opiniones.

La comunicación institucional, en cambio, tiene una perspectiva más estratégica y selectiva. Su objetivo no es la búsqueda de la verdad sino la promoción de una imagen favorable de la organización para la que trabajan. Esto implica la selección y difusión de información que beneficie los intereses de la institución, omitiendo o minimizando los aspectos negativos. Y aunque la mayoría de los profesionales de la comunicación institucional actúan de manera ética, existe el riesgo inherente de que la búsqueda de la verdad se vea comprometida en aras de la imagen o de la propaganda.

En la era de las redes sociales y de la sustitución de fuentes de información, la línea entre el periodismo y la comunicación institucional se ha vuelto cada vez más difusa. Las instituciones y los gobiernos han aprovechado las plataformas digitales para difundir su propia versión de los hechos, desafiando la credibilidad de los medios de comunicación tradicionales. La desinformación y las noticias falsas se han convertido en armas poderosas para manipular la opinión pública y erosionar la confianza en el periodismo.

Sin embargo, es vital que, como sociedad, preservemos y protejamos el periodismo independiente y de calidad. A pesar de sus imperfecciones, el periodismo sigue siendo una de las mejores herramientas para garantizar la rendición de cuentas y mantener el equilibrio de poder en nuestras sociedades democráticas. Los periodistas no solo deben enfrentar los desafíos de la desinformación y las restricciones gubernamentales, sino también la creciente presión económica y la precarización laboral.

En contraste, la comunicación institucional ha ganado terreno en la esfera pública, utilizando técnicas de persuasión y de manipulación para influir en la opinión pública. Los ciudadanos deben ser conscientes de las estrategias de relaciones públicas y de los mensajes sesgados que pueden recibir de las organizaciones y gobiernos. Es importante, en ese sentido, ejercer un pensamiento crítico y buscar fuentes de información independientes y verificables para obtener una imagen más completa y precisa de la realidad.

En conclusión, el periodismo y la comunicación institucional son dos campos con objetivos y enfoques diferentes. Mientras que el periodismo busca la verdad y la transparencia, la comunicación institucional tiene como objetivo principal la promoción de la imagen de una organización o institución. En un mundo donde la información es manipulada y distorsionada con frecuencia, es crucial que los ciudadanos sean conscientes de estas diferencias y busquen fuentes de información confiables y diversas. El periodismo independiente y de calidad sigue siendo esencial para la salud de nuestras sociedades democráticas y para la defensa de nuestros derechos y libertades fundamentales.

JUAN PABLO BELLIDO
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