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La Cata Flamenca homenajea a Manolo Sanlúcar

Manolo Sanlúcar, el príncipe de la guitarra, se convirtió anoche en el inesperado protagonista de la Cata Flamenca. El festival organizado por el Ayuntamiento de Montilla, en colaboración con la Peña El Lucero y la Diputación de Córdoba, rindió tributo a una de las figuras más relevantes de la cultura andaluza, pocas horas después de su fallecimiento, a los 78 años de edad, en un hospital de Jerez de la Frontera.


No en vano, el genio sanluqueño, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2015, Hijo Predilecto de la Provincia de Cádiz en 2016 y Premio Internacional del Flamenco en 2021, subió en varias ocasiones al tablao de la Cata Flamenca, en las décadas de los setenta y ochenta, con actuaciones memorables como la que brindó en 1975 en las antiguas Bodegas de Pitillo, en el marco de la vigésima edición de la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles.

En esta ocasión, la terna que se dio cita anoche en el Centro de Arte Contemporáneo y Vino (Envidarte) volvió a contar, como no podía ser de otra manera, con Antonio José Mejías, que el próximo 30 de septiembre recogerá en el Teatro Isabel la Católica de Granada el Premio al Mejor Artista con Discapacidad de la Bienal Flamenca de la ONCE.

El cantaor montillano estuvo acompañado por otra gran embajadora de la localidad, la bailaora Patricia Baena, que sobresalió en una edición en la que también se rindió tributo a Juan Muñoz El Peluquero, “una persona muy aficionada que ha trabajado mucho por la Peña El Lucero”, tal y como detalló el presidente de la entidad, Salvador Córdoba


El festival, presentado por Laura Caballero y Luis Pérez –que no renunció a cantar ante sus convecinos–, también permitió disfrutar del cante de Marina Heredia, la nieta de La Rochina, la gran matriarca gitana de las zambras granadinas. La joven artista retornaba a la localidad ocho años después de haber triunfado en la Cata Flamenca de 2014 junto al pianista David Peña Dorantes.

A su vez, el público que se dio cita anoche en Envidarte pudo disfrutar de la sevillana Remedios Amaya –una cantaora que atesora una espectacular trayectoria y que llegó a representar a España en el Festival de Eurovisión de 1983, celebrado en Múnich–, así como de Ezequiel Benítez, hijo del reconocido flamencólogo jerezano Alfredo Benítez Valle, fallecido en 2020.

El cartel de la Cata Flamenca, que sirve cada año para abrir el programa de actos de la Fiesta de la Vendimia, contó a la guitarra con El Bolita, Rubén Campos, Paco León y Niño Seve y, al baile, con Paula Rodríguez, una figura de gran proyección internacional que, el pasado año, logró el prestigioso Desplante del Festival Internacional del Cante de las Minas, celebrado en la localidad murciana de La Unión.


"La Cata Flamenca ha recogido a lo largo de los años la historia reciente del flamenco, pero para el Ayuntamiento tiene un valor añadido porque mantiene la tradición flamenca de la ciudad y es, además, un escaparate de la cultura y el arte de Montilla", defendió durante la presentación del certamen el teniente de alcalde de Festejos, Miguel Sánchez, quien agradeció el trabajo desarrollado por la Peña El Lucero.

Por su parte, el presidente del colectivo, Salvador Córdoba, destacó el papel que juega la Cata Flamenca para atraer hasta Montilla a personas llegadas desde distintos puntos de España. Por ello, el presidente de El Lucero aseguró que el objetivo de la Peña y del propio Ayuntamiento es el de seguir consolidando el festival "para que cada vez sea más grande y más fuerte", para lo que es necesario "abrirlo al exterior pero, también, al público más joven".

REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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