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Montilla disfruta de una jornada luminosa de Domingo de Ramos con La Borriquita y el Cristo de la Juventud

La espera mereció la pena. Montilla disfrutó ayer de una jornada luminosa de Domingo de Ramos de la mano de dos hermandades de inequívoco espíritu salesiano. Por la mañana, el paso de la popular Borriquita, un conjunto escultórico que representa a Jesús entrando triunfalmente en Jerusalén, estrenaba por fin su primera fase tras salvar el arco de la iglesia santuario de María Auxiliadora, anexa al Colegio Salesiano, pasadas las 12.00 del mediodía.


Escoltada por un sinfín de palmas y ramas de olivo, la imagen del Señor sobre la borriquita, adquirida en unos talleres de la localidad catalana de Olot, paseó por las calles de Montilla sobre los hombros de alumnos y alumnas del Colegio Salesiano “San Francisco Solano” que, cada año, son los encargados de inaugurar la Semana Santa de Montilla, junto a su claustro de profesores.

La hermandad, considerada "escuela de cofrades", abrió una jornada intensa de Domingo de Ramos que, por la tarde, disfrutó de la salida procesional de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Juventud en su Presentación al Pueblo, Nuestra Madre María de Nazaret y San Juan Bosco, una cofradía que celebró en el Paseo de Cervantes el acto de la Presentación de Jesús al Pueblo, durante el cual, los penitentes que formaban parte del cortejo proclamaron su fe cristiana exclamando: "Cristo vive entre los jóvenes".


Con el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores "Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora de la Fuensanta", una formación que es resultado de la fusión entre dos de las agrupaciones con más renombre de Córdoba, el espectacular misterio del Señor de la Juventud lució ayer todas las cartelas talladas y doradas, realizadas por Pedro Manuel Benítez Carrión, completadas con relieves en policromía de Encarnación Hurtado.

El cortejo, en el que se integraron numerosos niños ataviados con la peculiar esclavina, permitió disfrutar en la calle, tres años después, del espectacular misterio que representa el momento en que Poncio Pilatos pronunció su célebre “Ecce Homo” ante la imagen del Cristo de la Juventud, una exquisita talla del artista cordobés Miguel Ángel González Jurado, que se acompaña de las figuras de Poncio Pilatos, Barrabás, un sanedrita, dos romanos y un sayón, obras todas ellas de Manuel Luque Bonillo.

REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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