Los Servicios Sociales Municipales de Montilla están participando en un estudio universitario dirigido a evaluar cómo está afectando la pandemia a este servicio público. Dicho proyecto, realizado por
parte de cinco investigadoras de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de las Islas
Baleares, la Universidad del País Vasco, la Universidad de Salamanca y la Universidad de Zaragoza, cuenta con la participación de hasta 60 municipios.
El estudio, en el que participan localidades de Andalucía, Aragón, Baleares, Castilla y León, Euskadi y Madrid, estará en funcionamiento hasta septiembre de 2021 y en él se realizará un seguimiento detallado
de cómo se están enfrentando a los retos derivados de la pandemia.
En este sentido, las profesionales están estudiando el alcance de la crisis desde que se decretó el estado de alarma hasta septiembre de 2020. Así, en el primer informe publicado, las investigadoras ponen de manifiesto cómo los
centros de servicios sociales municipales tuvieron que reorganizar radicalmente su forma de
trabajar, atendiendo a quienes demandaban ayuda de forma telemática. Así, la atención
presencial, fundamental para desarrollar estrategias integrales de ayuda, solo se ha podido
mantener en casos de extrema emergencia.
Entre otras cuestiones, el informe subraya que “la pandemia ha evidenciado la irrupción de nuevos perfiles de personas usuarias en servicios sociales con
demandas de carácter económico” y “las trabajadoras sociales identifican un perfil dedicado
principalmente al sector servicios o con empleos en la economía sumergida”, por lo que “el reto
que tienen por delante los servicios sociales y la sociedad en general es evitar que una situación de
vulnerabilidad coyuntural pase a cronificarse”.
Asimismo, en lo que respecta a las dificultades acaecidas a raíz del confinamiento, las
investigadoras aseguran que “las prestaciones económicas se han seguido tramitando y pagando,
pero todo lo presencial se ha ralentizado, y las visitas domiciliarias se han hecho solo
en casos excepcionales”. Por tanto, añaden, “están por ver las consecuencias de esta dificultad
para hacer seguimientos presenciales en los casos de menores o violencia de género".
Además, la
pandemia se ha llevado por delante todos los programas que implican reuniones en grupo y
trabajo social comunitario: talleres de formación; grupos de apoyo; actividades de ocio para
mayores y jóvenes; centros de día, etc”.
Por otro lado, trabajadoras del propio centro montillano entrevistadas para el informe han
precisado, como otro de los puntos fundamentales, “la necesidad de hablar, ya en la segunda parte
del confinamiento, contar con alguien ajeno a quien contarle lo que estaba viviendo, el día a día". "Hemos detectado mucho la soledad, sobre todo la soledad no deseada, por lo que hemos puesto en marcha un programa, llamado Soledad, para personas mayores que tienen soledad no
deseada”, indican desde los Servicios Sociales de Montilla.
En cuanto a previsiones de futuro, se teme lo peor en algunos territorios, especialmente ligados a
la estacionalidad (economías altamente dependientes del turismo o el trabajo agrícola), así como
cuando medidas como los ERTE toquen a su fin.
"El deseo común es que la presión hacia un
trabajo asistencialista no acabe con los programas de intervención social que trabajan desde la
prevención, la participación y la construcción de sociedades inclusivas", señala el estudio. Por ello, estos servicios se preparan para la
siguiente fase y apuntan a la importancia de coordinarse con otros servicios públicos.
Finalmente, dicho estudio continuará en los
próximos meses analizando el impacto de la pandemia en este sistema. Se
estudiarán nuevas prácticas profesionales, así como los diferentes retos a los que se enfrenta el
sistema público de servicios sociales.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍA: J.P. BELLIDO
FOTOGRAFÍA: J.P. BELLIDO