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Raúl Solís | Progres de Desigual

Abro el periódico y leo que un niño en Valencia está ingresado con una enfermedad que en Europa estaba extinguida. Se llama “escorbuto”. Está provocada por la ausencia de leche animal y como síntoma, falta de desarrollo del sistema óseo del niño por ausencia de la vitamina C. Problemas en el crecimiento, ausencia de estabilidad y agotamiento vital son las causas de alimentar a los lactantes con leche vegetal, que es ahora lo más de lo más en el submundo de los progres de Desigual, en la élite del mundo alternativo.



Estos progres de Desigual abogan por no vacunar a sus hijos, porque es introducir en el cuerpo de los niños un material farmacológico que no está en conexión directa con la naturaleza; también está de moda parir en casa. Ahora que casi ninguna mujer muere en el parto debido a que casi nadie pare en casa, estas mamás progres de Desigual tienen que parir en casa porque así están más cerca de su hijo, de su hábitat natural y en armonía con la naturaleza.

Tampoco está bonito llevar a los niños a la guardería, ahora que cada vez es más grande la red de guarderías para los niños de 0 a 3 años. Lo progre de Desigual es llevarse a los niños al trabajo con mamá o papá hasta que tengan edad para tomar clases en casa; en casa sí, porque los hijos de los progres de Desigual no van tampoco a la educación formal.

Ahora que todos los niños están escolarizados y que es obligatorio permanecer en la educación formal hasta los 16 años, los hijos e hijas de los progres de Desigual estudian solos en casa con mamá o papá de profesores, que eso de relacionarse con otros niños y niñas es un peligro para crecer en armonía con la naturaleza.

Son mil y uno los hábitos que los progres de Desigual ensayan con sus hijos, como si el derecho fuera de los padres y no de los niños a crecer sin enfermedades y a no ser conejillos de indias del clasismo de sus padres.

Ahora que todos los niños pueden estar escolarizados y no tienen que ser explotados en trabajos infantiles, que todos los niños pueden comer una dieta más o menos nutritiva, que si los padres trabajan hay una red de guarderías para facilitar la conciliación y que ya no paren solamente las ricas en los hospitales, lo progre de Desigual, lo que da diferenciación social sobre el resto de los mortales, es alimentar a los niños sólo con leche vegetal.

Parir en casa, llevarse a los hijos a la oficina –a coger aceitunas sería más complicado– y no escolarizarlos en la educación formal es lo más de lo más si quieres ser alguien en el mundo alternativo pijopgre que buscan por todos los medios vivir en armonía con la naturaleza.

Y ya si te compras una furgo para viajar con ella en verano –a gasolina, no a agua: el ecologismo para después– serás la envidia de la fauna alternativa al completo. ¿Leche animal a mi niño? Ni loco, ni loca, no sea que mi niño sea igual que los otros niños y no haya manera de distinguirlo socialmente.

RAÚL SOLÍS

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