Ir al contenido principal

Una treintena de montillanos se inician en el arte de la venencia de la mano de José Carlos Márquez

El nombre de Montilla está indisolublemente unido al de sus vinos. Estos pueden considerarse un rasgo definitorio de la personalidad de sus gentes que, a lo largo de la historia, concedieron a sus caldos una importancia vital. No en vano, durante años, los jornales que la vendimia generaba –bien en la recolección, bien en la molturación–, aportaban unos ingresos que ayudaban a las familias más humildes a afrontar el inicio del curso escolar o a renovar el vestuario o algunos muebles.



Hoy día, la recolección apenas dura veinte días; las lagaretas más tradicionales han desaparecido y en los complejos bodegueros encargados de la molturación trabaja una decena de personas a lo largo de todo el proceso. Sin embargo, siguen manteniéndose algunos oficios tradicionales vinculados al vino que, en los últimos años, han despertado el interés de los consumidores más exigentes de Centroeuropa.

Es el caso de la venencia, un viejo oficio que surgió con la idea de comprobar el estado de los caldos que se criaban en las bodegas de botas y que, de un tiempo a esta parte, "se está imponiendo casi como una moda en eventos gastronómicos y sociales", tal y como destaca a Montilla Digital el venenciador profesional José Carlos Márquez Galindo, que ha dedicado casi la mitad de su vida a este curioso menester.

"Llevo más de 25 años en el mundo de la venencia y me inicié casi por obligación en Bodegas Gracia Hermanos, cuando tuve que sustituir a la persona que cumplía este cometido", explica José Carlos Márquez, quien aclara que en su origen, el venenciador tenía por misión la de extraer una pequeña cantidad de vino sin dañar la capa superficial de las botas al objeto de catalogar su calidad y su estado de conservación.

No obstante, con el paso del tiempo, esta forma de extracción del vino ha sido sustituida por otras técnicas más modernas, quedando en la actualidad relegada a eventos especiales o ferias profesionales.

Por este motivo, el Ayuntamiento de Montila ha promovido para este mes de agosto un Taller de Venencia que concluyó ayer y con el que se ha pretendido "no solo que los jóvenes conozcan y valoren una tradición montillana como es el arte de venenciar, sino que además lo contemplen como una salida más al mercado laboral".

"Aprendí el oficio en la azotea de casa, ensayando con agua a diferente temperatura, para así adecuar el vino en la copa", recuerda este montillano que, a sus 55 años, ha viajado por medio mundo sirviendo los mejores caldos de la Denominación de Origen Montilla-Moriles.



Tras participar como venenciador en ferias y demostraciones comerciales de toda Andalucía, aceptó la invitación del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles para asistir a su primer evento de carácter internacional: el Forum Vini de Munich, en Alemania, adonde acudió acompañado del experto catador Manuel María López Alejandre, a quien José Carlos Márquez no se cansa de reiterar su gratitud "por su amistad y por la ayuda que me ha prestado desde siempre".

José Carlos Márquez ha representado a la Denominación de Origen Montilla-Moriles en los eventos vinícolas más importantes del mundo y ha venenciado caldos en salones internacionales o embajadas. "Recuerdo con especial cariño una visita relámpago que hice a La Haya, la tercera ciudad más grande de los Países Bajos, para representar a Andalucía en la Embajada de España", rememora.

Su carácter afable y su buen hacer con la venencia le ha permitido conocer a personalidades del mundo de la política, del cine o de la cultura, como el director de cine Vicente Aranda, la actriz y modelo Paz Vega o los toreros Manuel Benítez El Cordobés o Juan Serrano, Finito de Córdoba.

J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
© 2020 Montilla Digital · Quiénes somos · C/ Fuente Álamo, 34 | 14550 Montilla (Córdoba) | montilladigital@gmail.com

Designed by Open Themes & Nahuatl.mx.