Representantes del Derecho y de la Judicatura, junto a autoridades y representantes de colectivos montillanos se dieron cita anoche en el Salón Municipal San Juan de Dios para asistir a uno de los actos principales de la Semana Santa de Montilla: la Sentencia a Jesús que promovió, por vigésimo segundo año consecutivo, la Centuria Romana Munda.
En esta ocasión, el encargado de asumir el fallo condenatorio a Jesús, que dio comienzo a las 21.00 de la noche en el salón anexo al Ayuntamiento de Montilla, fue el jurista benamejijense Manuel Aragón Reyes, catedrático de Derecho Constitucional y exmagistrado del Tribunal Constitucional, quien inició su intervención destacando las profundas raíces que lo anudan a la provincia.
"Mi corazón es cordobés, y mi biografía, e incluso mi forma de ser, están empapadas de ese hecho", reconoció Aragón, preceptor del Príncipe Felipe cuando cursó Derecho en la Universidad Autónoma, de la que el sentenciador romano es catedrático.
Presentado por el abogado cordobés Manuel Balado Ruiz-Gallegos –que el pasado año protagonizó este mismo acto-, Manuel Aragón se mostró convencido de que la Sentencia a Jesús que promueve cada año la Centuria Romana Munda es, además de un acto con un fuerte componente "religioso, jurídico e incluso ético", testimonio "de una injusticia que nunca desaparece".
"El testimonio de la injusticia padecida por Jesús de Nazaret y de la perpetua, constante injusticia que sigue padeciendo tanta gente en el mundo es el significado más profundo y más complejo de la Sentencia Romana", afirmó Manuel Aragón.
Aludiendo a fuentes históricas del tiempo de Jesucristo y a autores como Flavio Josefo o Tácito, el sentenciador romano hizo hincapié en que la existencia de Jesús es un hecho histórico, al igual que "su carácter de predicador o sanador itinerante, su prendimiento en Jerusalén por los días de celebración de la Pascua, cuando su edad apenas había pasado de la treintena, su procesamiento, su sometimiento a crueles maltratos, su condena y su muerte en la cruz".
Después de dar lectura a su sentencia en el Salón Municipal San Juan de Dios, Manuel Aragón fue escoltado por los integrantes de la Centuria Romana Munda hasta la misma puerta de la parroquia de Santiago Apóstol, donde se reprodujo el Pretorio romano y en el que se ritualizó el final del acto.
Ante el centenario Ecce Homo de Juan de Mesa El Mozo –que, desde 1992, viene protagonizando este popular acto-, Manuel Aragón procedió a la lectura del fallo decretado por el gobernador romano Poncio Pilato, mediante el que se condena a Cristo a ser azotado y a morir en la cruz.
"Señor Jesucristo, tu pasión y tu muerte dieron para siempre un testimonio ético imprescindible y supusieron un acontecimiento teológico necesario: el uno en el ámbito de la vida terrenal; el otro, para los que tienen fe, en el ámbito de la vida sobrenatural. En cualquiera de las dos dimensiones, tu sacrificio fue, así, fuente de vida, ya sea temporal o eterna", concluyó.
En esta ocasión, el encargado de asumir el fallo condenatorio a Jesús, que dio comienzo a las 21.00 de la noche en el salón anexo al Ayuntamiento de Montilla, fue el jurista benamejijense Manuel Aragón Reyes, catedrático de Derecho Constitucional y exmagistrado del Tribunal Constitucional, quien inició su intervención destacando las profundas raíces que lo anudan a la provincia.
"Mi corazón es cordobés, y mi biografía, e incluso mi forma de ser, están empapadas de ese hecho", reconoció Aragón, preceptor del Príncipe Felipe cuando cursó Derecho en la Universidad Autónoma, de la que el sentenciador romano es catedrático.
Presentado por el abogado cordobés Manuel Balado Ruiz-Gallegos –que el pasado año protagonizó este mismo acto-, Manuel Aragón se mostró convencido de que la Sentencia a Jesús que promueve cada año la Centuria Romana Munda es, además de un acto con un fuerte componente "religioso, jurídico e incluso ético", testimonio "de una injusticia que nunca desaparece".
"El testimonio de la injusticia padecida por Jesús de Nazaret y de la perpetua, constante injusticia que sigue padeciendo tanta gente en el mundo es el significado más profundo y más complejo de la Sentencia Romana", afirmó Manuel Aragón.
Aludiendo a fuentes históricas del tiempo de Jesucristo y a autores como Flavio Josefo o Tácito, el sentenciador romano hizo hincapié en que la existencia de Jesús es un hecho histórico, al igual que "su carácter de predicador o sanador itinerante, su prendimiento en Jerusalén por los días de celebración de la Pascua, cuando su edad apenas había pasado de la treintena, su procesamiento, su sometimiento a crueles maltratos, su condena y su muerte en la cruz".
Después de dar lectura a su sentencia en el Salón Municipal San Juan de Dios, Manuel Aragón fue escoltado por los integrantes de la Centuria Romana Munda hasta la misma puerta de la parroquia de Santiago Apóstol, donde se reprodujo el Pretorio romano y en el que se ritualizó el final del acto.
Ante el centenario Ecce Homo de Juan de Mesa El Mozo –que, desde 1992, viene protagonizando este popular acto-, Manuel Aragón procedió a la lectura del fallo decretado por el gobernador romano Poncio Pilato, mediante el que se condena a Cristo a ser azotado y a morir en la cruz.
"Señor Jesucristo, tu pasión y tu muerte dieron para siempre un testimonio ético imprescindible y supusieron un acontecimiento teológico necesario: el uno en el ámbito de la vida terrenal; el otro, para los que tienen fe, en el ámbito de la vida sobrenatural. En cualquiera de las dos dimensiones, tu sacrificio fue, así, fuente de vida, ya sea temporal o eterna", concluyó.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
REPORTAJE GRÁFICO: FRANCIS SALAS
REPORTAJE GRÁFICO: FRANCIS SALAS
