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Aguas cenagosas sobre Valencia

Valencia, la tierra de la luz y de las flores… Esta bendita tierra sigue siendo de la luz porque no se la han podido birlar. De las flores mejor no hablar. A día de hoy parece un cementerio socio-económico. Un dato positivo en todo ello: la afluencia de turismo, sobre todo italiano, que ahora no se atreve a ir al norte de África, anima el panorama.

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Mucho se ha hablado del aeropuerto fantasma de Castellón. Lo que posiblemente no ha trascendido tanto es el hecho de que su construcción justificaba y escondía una macrourbanización de 40.000 viviendas adosadas, hoteles, más una docena de campos de golfos, perdón, quise decir "de golf", y hasta un gran parque temático. Algo así como la llamada Marina d'Or ya existente. La intención era buena: atraer a cientos de miles de turistas. Los delirios de grandeza con el dinero ajeno son fáciles de realizar.

Indudablemente, la reclamación de “agua para todos” exigida y pretendida desde hace tiempo, extraída del Ebro, cae por su peso. Ciertamente falta agua en la Comunidad pero no para regar campos de golfos, perdón, "de golf". Toda esta tierra vive, en gran parte, de una agricultura hortofrutícola con abundante necesidad de agua.

Por supuesto, creo que tampoco sabrán que el dichoso aeropuerto, antes que contar con un avión, ha contado con una magnífica estatua, “El Mazinger” le llaman, en recuerdo de la “fabril” megalomanía de su impulsor. La susodicha escultura, de 20 toneladas y 30 metros de altura, inspirada en su persona, sale por 300.000 euros de vellón. Y el “fabril” señor le dice a los nietos el día de la inauguración, hace ya un año: "¿Os gusta el aeropuerto del abuelo?". Emulando a un correligionario suyo, hay que exclamar: "¡manda güevos!".

Ocho años hace que se puso la primera piedra y sin perspectivas de que termine este culebrón, máxime cuando hay una larga lista de cierre de aeropuertos y la Generalitat ha cortado tajantemente el grifo pecuniario. El “fabril” señor está empeñado en que esté operativo en abril. Mientras tanto, por sus pistas patinan conejos, hurones y aterrizan cazadores aguiluchos cenizos.

En unas declaraciones recientes, el presidente de Aerocas, promotora del “monstruito”, Carlos Fabra asegura que ha recibido una serie de ofertas para operar desde el mismo: "una infraestructura como ésta vale mucho [¡y tanto…que vale!], es muy importante, y un aeropuerto terminado como el nuestro vale una fortuna, por lo que seguiremos trabajando para conseguir la autorización de Fomento y que todo esté en regla para poder operar". Pues ¡que haya suerte, señor!

Y la suerte se le aparece al susodicho en forma de juez que le abre juicio oral por delito fiscal, entre otros pecados y le impone una fianza de cuatro millones y pico de euros. Hay más implicados que le acompañarán. Bueno, por fin le ha tocado la lotería desde el lado contrario. Digamos que, tímidamente, “apuntan los brotes verdes”.

Valencia era la “tierra mítica” en la que se vivía aceptablemente bien. Por supuesto, se trabaja duro como en otros tantos sitios del país. Todo era fiesta, color, ruido y eclosión de fuegos artificiales. Era tiempo de vino y rosas, de entusiasmo delirante.

Pero, poco a poco, ha ido cayendo por el precipicio. En palabras del president, "tiene un déficit real del 4,2 cuando el límite debería ser del 1,3 por ciento”, y está a la espera de que papá Gobierno central le anticipe 420 millones para pagar a proveedores.

Desde el fiasco de Terra Mítica, donde fracasó el pretendido pelotazo urbanístico, a los descalabros actuales, solo media un lustro corto. A la par que Valencia se situaba en el mapa de los grandes acontecimientos deportivos, también aumentaban los sobresalientes dislates políticos, la corrupción y el colosal despilfarro. Y el erario mermaba y mermaba sus fondos.

A día de hoy, la Comunidad se ha convertido en una zona apestada para el Gobierno central. Por estos lares se dice que “la Comunidad Valenciana, antes envidia de muchos, ahora da la sensación de ser la Grecia española”. Al ritmo que van los acontecimientos, esto se cierra por derribo.

La prensa habla de "virtual situación de quiebra" provocada por un déficit desbocado. Las medidas de contención no se han hecho esperar. Y cuando algo sube luego no hay forma de que lo bajen. Subida del impuestos, del “céntimo” que grava la gasolina, supresión de deducciones fiscales por vivienda y recortes a un lado y otro. La lista de escándalos es gruesa y recorre el territorio de norte a sur. Las tres provincias están salpicadas de porquería. Vamos con el recuento de lo más importante:

1) El caso Fabra en Castellón (coincide el apellido con el del actual president) con magno aeropuerto, adosados virtuales, estatua y algunas bagatelas sin importancia, como los 30 millones de euros gastados en publicitar esta fantasmada. A todo esto ya hemos hecho referencia. Se habla de tráfico de influencias, cohecho, enchufes, favores, dinero público desparramado en un proyecto fantasma.

2) La empresa depuradora de aguas Emarsa en Valencia y alrededores. Y como depuran aguas hediondas, todos están manchados. En Emarsa hay veintiocho imputados y más de diecisiete millones depurados. Malas lenguas dicen que el agujero asciende a cuarenta millones de euros. Hablamos de servicios no prestados, regalos de lujo, viajes, joyas, comidas y, redondeando el pastel, “servicios” de traductoras rumanas. Sabíamos del mal olor de las aguas sucias, pero desconocíamos que hablaran idiomas.

3) El caso Brugal en Alicante, toda una trama política y empresarial alrededor del negocio de recogida de basuras. La bazofia salpica a personajes de primera fila, tanto políticos como empresariales y a las dos cajas importantes, hasta ahora, en la Comunidad. Digo "hasta ahora" porque se han quedado sin bancos propios. ¡Buena administración!

4) Por si éramos pocos, también coadyuva a la situación el Instituto Nóos. ¡Listo que es el nene! Entre los amiguetes de Baleares y los de Valencia, lo han hecho rico. Indudablemente hay que esperar el veredicto de los tribunales. Ha estado unos días por España y se ha vuelto de nuevo a Estados Unidos.

5) ¡Y el mejor guión es para Gürtel! El entramado Gürtel consigue contratos y comisiones millonarias mediante procesos irregulares. Es una tela de araña que sutilmente enreda a diestro y siniestro, dentro de las filas del PP.

Lujosos regalos por aquí, exclusividad en la organización de eventos, comisiones múltiples, tráfico de influencias, sustanciosos contratos por allá, etcétera, etcétera, etcétera. Con una frase estaría dicho todo: “prácticas destinadas a convertir los beneficios en privados y las deudas en públicas”.

Mientras tanto, en este invierno que está resultando algo frío, la deuda de la Generalitat con los colegios públicos asciende a 60 millones de euros en gastos de funcionamiento, según cálculos de los sindicatos. La situación en Educación es de “alarmante malestar general”, por las deudas a los centros y las consecuencias que generan para el normal funcionamiento de los mismos.

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PEPE CANTILLO
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