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José Antonio Obama

Copas, las justas, y menos, a estas horas. No, ni José Antonio se apellida Obama, ni Obama tiene de nombre de pila José Antonio. Es más, ambos están a miles de kilómetros de distancia aunque en estos días, por causa de una encuesta del Instituto de Estudios Sociales de Andalucía (IESA), al presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, se le haya ocurrido compararse con el Presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, a fin de justificar los malos resultados electorales que le pronostica el instituto demoscópico andaluz.

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Ha manifestado Griñán que también su homónimo norteamericano atraviesa por dificultades, como queriendo restar importancia a la situación en la que se ve inmerso el PSOE-A y él mismo como secretario regional, de cara a los comicios que, de no modificarse el calendario, habrían de celebrarse en la primavera de 2012.

Que el IESA reconozca en su encuesta que el Partido Popular de Andalucía se encuentra al borde de la mayoría absoluta indica, al menos, que se ha producido un profundo cambio en la sociedad andaluza, incapaz antes y capaz ahora de manifestar su rechazo a todo un régimen que durante treinta años ha ejercido con carácter de exclusividad el poder a todos los niveles de nuestra Comunidad.

Es cierto que toda encuesta dibuja una foto fija del momento en el que se realiza y se ve influenciada por las circunstancias que en dicho momento hagan acto de presencia. Sin embargo, a lo largo de los últimos meses se viene produciendo una clara tendencia de vuelco electoral que no hace sino dar consistencia a un nuevo criterio de voto que busca en el Partido Popular aquello que ya no encuentra en el PSOE.

De ahí que comprenda la preocupación de Griñán y hasta el intento desesperado por buscar similitudes en otras latitudes, sabedor, como lo es, de que aunque Javier Arenas no lo supere en valoración personal, sí que la alternativa que este representa cuenta cada día con más adeptos ante, todo hay que decirlo, el fracaso de las políticas socialistas que han terminado, incluso, por poner en grave riesgo muchos de los logros sociales alcanzados.

Le corresponde ahora al PP-A saber administrar esas tendencias de forma que las mismas se hagan estables e incluso se incrementen con el tiempo, ahora en base, fundamentalmente, al poder de atracción que provoquen las propuestas populares y a la confianza que generen sus líderes.

La denominada, no sé por quien, "anestesia socialista" -esto es, el control que sobre la sociedad andaluza ha venido ejerciendo el PSOE- parece que deja de tener efecto y el votante andaluz comienza a descubrir nuevos horizontes a los que ya no teme.

Hacerle más cercanos tales horizontes, descubrirle qué existe detrás de ellos y conseguir que crea en quienes van a conducirle hacia esos objetivos, será una tarea fundamental del Partido Popular de Andalucía a lo largo del próximo año si no se quiere que al final Griñán y Obama puedan ser almas gemelas.
ENRIQUE BELLIDO
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