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Los cinéfilos montillanos homenajean a Isidoro Jiménez

El antiguo Cinema Palacio, hoy reconvertido en Teatro Madre Encarnación del Colegio San Luis y San Ildefonso, revivió ayer aquellos años dorados en los que el monumental lienzo blanco que presidía el escenario parecía cobrar vida gracias a aquellos rollos de acetato de celulosa que giraban armónicamente para regocijo de los amantes del séptimo arte.









Y es que el empresario montillano Isidoro Jiménez Hidalgo, que haría de su pasión por el cine un modo de vida a lo largo de más de tres décadas, recibió ayer emocionado un emotivo homenaje pergeñado por sus familiares y amigos de la época, a los que se sumaron la Asociación Forajidos y el Ayuntamiento de Montilla.

Como en cualquier producción de Hollywood, la historia de Isidoro Jiménez comenzó casi por el principio. A la corta edad de 15 años, y con el apoyo de su padre, este emprendedor local que hoy cuenta 85 primaveras no dudó en poner en marcha un cine de verano, el Cinema Palacio, que poco a poco fue creciendo, a la vez que decidía abrir nuevas salas, tanto en Montilla como en otras localidades cercanas.



"En la década de los treinta, el cine era la mayor y más eficaz distracción en una época de carencias y escasez e Isidoro consiguió que todas las proyecciones alcanzaran cotas de acontecimiento", recordó el periodista montillano Manuel Bellido Mora, presentador del programa Una de cine de Andalucía Televisión, durante un acto en el que también tomaron la palabra el bibliófilo Manuel Ruiz Luque o el cinéfilo José Pérez Merino, que tampoco dejaron pasar por alto aquellos míticos dibujos alegóricos o los textos que Jiménez Hidalgo ideaba "como mejor herramienta de propaganda".

Ante un gran número de montillanos que, de la mano de Isidoro Jiménez, pudieron sumergirse cada semana en aventuras imposibles o en dramas épicos, el Cinema Palacio volvió a revivir aquellos años de gloria en los que la cuadra del Palacio de Medinaceli se transformó, casi por arte de magia, en un espacio para soñar, con la primera proyección de una película alemana. Después, vendrían muchas más.







"Estoy muy agradecido porque se reconozca el trabajo que hice", confesó un emocionado Isidoro Jiménez, que ya en el documental realizado por su nieto y estrenado ayer, Una vida de cine, se mostraba sorprendido por el estado "tan maravilloso e intacto" que conserva el que fuera su Cinema Palacio.

Así, sobre el mismo escenario en el que miles de montillanos vieron proyectadas cientos de películas en las sesiones de las siete de la tarde, las nueve y las once de la noche, ayer recibió un caluroso homenaje de decenas de personas queridas, que se vio completado con el nombramiento como Forajido de Honor, una distinción otorgada por la Asociación Forajidos en reconocimiento a su labor de promoción de las artes audiovisuales en Andalucía.

Precisamente, para dar a conocer dicho trabajo, la familia Jiménez Luna ha organizado una exposición en el Salón Municipal San Juan de Dios en la que se recoge una vasta selección de algunos de los recuerdos de los cines de Isidoro y que permanecerá abierta hasta el próximo domingo. Asimismo, de forma paralela, el Ayuntamiento se ha sumado a dicho homenaje con una muestra bibliográfica en torno al cine en la sede de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque.

I. TÉLLEZ / J.P. BELLIDO
REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ ANTONIO AGUILAR / I. TÉLLEZ
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