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AYUNTAMIENTO DE MONTILLA - COMPRAR EN MONTILLA

COLEGIO PROFESIONAL DE PERIODISTAS DE ANDALUCÍA

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6 de junio de 2023

  • 6.6.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de la queja de una persona por el trato que asegura haber recibido en un supermercado de la localidad. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Me dirijo a través de Montilla Digital, medio que considero serio y que está por y para todos los montillanos, para hacer llegar mi queja y, a ser posible, que se publique y llegue a la dirección de Covirán, ya que me siento indignada y humillada por el trato que recibí ayer en uno de sus establecimientos.

Desde hace años soy clienta habitual del supermercado Covirán situado en la Avenida del Marqués de la Vega de Armijo. Normalmente, suelo realizar mis compras por la mañana pero ayer, debido a un asunto familiar, mi hijo, que estudia en Málaga, tuvo que venir a Montilla e irse de vuelta a las pocas horas, por lo que fui a hacer la compra a última hora de la tarde.

Llegué a las 21.13 horas y me dirigí directamente al mostrador de la sección de Charcutería para recoger mi número. Al no encontrarlo, le pregunté a la persona que estaba atendiendo y me dijo que "ya no". Inocente de mí, le pregunté: "perdona, ¿ya no qué?". Y me respondió: "que ya no atendemos más, mira la gente que hay...". Miré a mi alrededor y vi que había cuatro o cinco clientes. Y le respondí: "Pero son las 21.16 y cerráis a las 21.30 ¿no?". Y me vuelve a contestar: "sí, pero ya no nos da tiempo".

Yo, que he trabajado 35 años en el sector, dirigiendo a personas y un gran número de tiendas, considero que esto es muy poco profesional, indignante y, desde mi punto de vista, inaceptable. Me sentí humillada y, por respeto al resto de clientes, me di la vuelta y me salí sin comprar.

En ese sentido, me gustaría decir que los horarios se respetan y que mientras el cliente esté dentro del establecimiento, tiene que ser atendido. Hoy en día, afortunadamente, hay muchísimos supermercados donde comprar, en los que, además de buenos precios, ofrecen otros servicios para las personas que, como yo, buscan otras cosas. Y yo me pregunto: ¿dónde está la atención al cliente en este supermercado?

Pienso que las personas que dirigen este establecimiento deberían conocer a sus empleados porque gran parte de sus ventas dependen de ellos y, sin duda, ayer perdieron a una buena clienta. Evidentemente, la publicidad que van a recibir de mi parte no va a ser positiva. Por eso, espero que algún responsable de Covirán pueda leer esto y tome las medidas oportunas, ya que me parece vergonzoso el trato que recibí ayer.

MARÍA JOSÉ VARO FERIA
FOTOGRAFÍAS: MARÍA JOSÉ VARO FERIA


NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Montilla Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.






5 de junio de 2023

  • 5.6.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una carta abierta remitida por Antonio Prieto Navarro, autor de Don Diego de Alvear y Ponce de León, libro editado por la Diputación de Córdoba que vio la luz en 2013. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Hace ya diez años, en junio de 2013, presenté en la Casa de las Aguas un libro que escribí sobre la vida de Don Diego de Alvear y Ponce de León, que había editado la Diputación de Córdoba y en cuyo salón de plenos se había presentado unos días antes.

En el Palacio de La Merced lo había presentado don José Manuel Cuenca Toribio, catedrático de Historia Contemporánea, con la asistencia de la presidenta de la Diputación de entonces, doña María Luisa Ceballos, y del alcalde de Montilla de entonces, don Federico Cabello de Alba.

En la Casa de las Aguas el presentador fue el historiador y bibliógrafo montillano don José Antonio Cerezo, presidiendo el acto mi buen amigo don Miguel Navarro Polonio, teniente de alcalde de entonces. Como ya dije en ambas presentaciones, ni soy escritor ni soy historiador: simplemente, un humilde aprendiz que disfruta escribiendo sobre temas que le gustan.

A partir de entonces, comencé a ver y leer distintas publicaciones en los medios de comunicación sobre Don Diego. Primero, en 2014, fue el libro de la prestigiosa escritora y periodista Mari Pau Domínguez, Las dos vidas del capitán. Más tarde, en marzo de 2022, fue cuando leí en este mismo medio digital la realización y colocación de una escultura de Don Diego de Alvear en la Plaza del Ayuntamiento.

Algo posterior tuve noticia de la designación de la señora Domínguez como pregonera de la última Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles, de la celebración de la Fiesta y de su pregón que, naturalmente, versó sobre nuestro insigne paisano Don Diego.

Hoy acabo de leer el anuncio para el próximo día 23 de la IV Gala Cultural de Montilla, donde se homenajeará una vez más a nuestro preclaro e ilustre marino y bodeguero. No sé si me dejo atrás algún que otro acto sobre Don Diego de Alvear y Ponce de León, aunque leo a diario Montilla Digital.

Pues bien, a ninguno de todos estos actos se me ha invitado, ni siquiera anunciado o comunicado, sean quienes sean los organizadores. Y creo, humildemente, que en mi ciudad tengo algo que ver con el citado personaje. Sin más, reciban mis cordiales saludos y mi agradecimiento por la publicación de esta carta, a la vez que les felicito por su información diaria en Montilla Digital.

ANTONIO PRIETO NAVARRO
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR


NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Montilla Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.






4 de junio de 2023

  • 4.6.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de la denuncia de una vecina sobre el funcionamiento de los parquímetros y de la zona azul de Montilla. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


En Montilla tenemos un problema real con los parquímetros. Para quien tenga que usarlos en una ocasión determinada, no supondrán problema alguno; pero para quienes, por una u otra razón, tenemos que usarlos a diario, sí que lo es, ya que la máquina no dispone de cambio, hay que echarle el dinero justo y los negocios de la zona no tienen por qué facilitar cambio a las máquinas.

El parquímetro es un negocio, por lo que debería ofrecer cambio por sí mismo. Sin embargo, no es así. Y cuando dices de hacer uso de las tarjetas, no hay ni una sola máquina en Montilla que funcione, ni introduciendo la tarjeta, ni por el contactless.

Entonces, se lo dices a la persona encargada y te dice que es tu obligación llevar dinero suelto. Y yo me pregunto: ¿qué ley existe que obligue a una persona a llevar dinero encima? Porque existe la obligación de llevar el DNI, el carnet de conducir para las personas que conducimos, pero no hay nada que obligue a llevar dinero encima. Es lógico, por si surge cualquier imprevisto, llevar algo, pero no es una obligación como este señor me dijo.

El pasado miércoles, al verlo pasar, le solicité una hoja de reclamaciones y me dijo que no tenía, cuando eso sí que es una obligación para cualquier negocio o servicio. Porque cuando se presta un servicio público, se ha de disponer de hoja de reclamaciones a demanda de los clientes o usuarios para que, si surge algún problema y se considera que no existe otra solución, se pueda formular una queja formal –que, en mi caso, pasa simplemente por solicitar unas máquinas que funcionen correctamente–.

Por otro lado, las personas que trabajamos o vivimos en las zonas donde cada vez quitan más aparcamientos y solo nos dejan las zonas azules, deberíamos tener algún tipo de tarjeta de residente –como existe en Córdoba o Lucena, ciudades con las que siempre nos queremos comparar, aunque nunca hacemos las cosas como ellos–. Aquí la zona azul es para todo el mundo igual, con independencia de que seas vecino de Montilla como si vienes de fuera. El hecho de pagar el Impuesto de Circulación en el mismo pueblo parece que no sirve de nada.

Y otra cosa es que si el señor encargado de la zona azul así lo decide, aún sabiendo que sus máquinas no funcionan bien, puede llamar a la Policía Local para que denuncie el coche, a pesar de que se trata de un vehículo que, realmente, se encuentra bien estacionado.

Sin embargo, se puede estacionar en la puerta de una cochera, en doble fila –en la Avenida de la Constitución se paran a diario y nadie dice nada, aunque eso impida el paso de los demás vehiculos–, ocupar un reservado de minusválido o una zona de carga y descarga durante toda una semana.

Sin embargo, pagando todos los impuestos y teniendo toda la documentación al día, estacionar en una zona azul y no poder ponerle tique porque no funciona la máquina debidamente sí que tiene sanción, que asciende, nada más y nada menos, que a 90 euros. Un buen ejemplo recaudatorio, mientras que con los demás problemas de estacionamiento, no pasa nada. ¡Viva Montilla y su zona azul!

CRISTINA SABARIEGO SALAS
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR


NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Montilla Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.






27 de mayo de 2023

  • 27.5.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una carta abierta de Paco Alcaide Zafra, coincidiendo con la jornada de reflexión previa a las elecciones municipales de mañana. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Una nueva jornada electoral llama a la puerta del ciudadano. De nuevo, el estado democrático al que pertenecemos nos pone en bandeja dorada todos los ingredientes para que el menú político sea del agrado de todos. La campaña electoral reaviva las pautas interpretativas, añade empatía a los líderes y sazona en demasía los proyectos de futuro.

Todos y cada uno de nuestros futuros representantes adornan el mismo árbol de Navidad, gestionan las mismas empresas y cumplen con los mismos objetivos, tan solo que cada uno utiliza un enfoque distinto a los demás. Y me parece bien.

La apatía participativa del ciudadano es relativamente proporcional al complejo de culpabilidad que se le achaca a la clase política. Y no estoy hablando de los jóvenes en particular, sino que también se suman a ella personas de mediana edad que han experimentado el vuelco ético y moral que ha sufrido la clase política desde que se implantó la democracia.

Y es cierto que generalizar hace más débil al honrado, pero es triste y vergonzoso que, a nivel nacional, estemos acostumbrados a presenciar cómo los "representantes de los españoles" ningunean y hacen del hemiciclo un espectáculo tan bochornoso como desagradable. " Señorías", un poquito de por favor...

A mí, en particular, los comicios electorales que más me llaman la atención y en los cuales me siento un ciudadano con voto útil son los municipales, esas elecciones donde se vota a la persona, su ética, su trayectoria, su forma de comportarse con el paisano: saludarte por la calle y, si cabe, poderte tomar un café y hablar, aunque sea del tiempo.

Cercanía, empatía, problemas y soluciones que quedan dentro de nuestro municipio, al alcance de todos y bajo la tutela del pueblo. Y Montilla, en ese tema, puede presumir de elegancia política porque los candidatos a ser elegidos como nuestros representantes son personas cercanas, de trato fácil y generoso, empáticos y desbordantes de ilusiones por poder elevar el ancla de este nuestro barco y otear un horizonte esperanzador. Compromiso y honestidad: esos son los valores que yo voy a depositar en la urna el próximo domingo.

Y quiero redundar en la participación porque es importante que todos sumemos, que seamos capaces de formar un equipo de gobierno al alcance de los montillanos, que seamos partícipes de proyectos en pos de agrandar y darle vida a nuestra ciudad; que se puedan explotar al máximo nuestros vinos y nuestra Denominación de Origen; que se incentive el turismo rural y ecológico, que brindemos, cada 31 de diciembre, porque hayamos conseguido poner un granito de arena más para alzar Montilla al puesto que se merece.

La jornada de reflexión, inventada para poder dilucidar el voto del indeciso, debe servir también a los líderes de los partidos para poder tomar nota de que su declaración de buenas intenciones en la campaña electoral puede hacerse realidad el día siguiente. Tan fácil como estar atentos a las notas de prensa y escuchar o leer… El alcalde o alcaldesa de Montilla en estas elecciones es... A partir de ahí, trabajo y honradez.

PACO ALCAIDE ZAFRA
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR


NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Montilla Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.






3 de mayo de 2023

  • 3.5.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una nueva carta abierta del maestro Francisco Llopis Rubio sobre la importante labor que desarrollan los docentes. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Si tuviéramos en la retina la imagen que nos ofrecen esos niños y niñas que tantas y tantas veces vemos en los medios de comunicación… Niños harapientos, sucios, con los mocos colgando, con ropas en mal estado y zapatos roídos… Vendiendo lo poco que otros les han proporcionado para aprovecharse normalmente de ellos, caminando hacia la escuela algunos kilómetros para aprender algunas letras y, algunos, a aprender a leer… Pensaríamos que estamos “alucinando” poque eso ya no existe.

Posiblemente, cerca de nosotros tengamos superadas estas situaciones; no así en tantos otros sitios y espacios… Pero, en el fondo, visualizan una realidad que pasa por observar cómo mucho de nuestro alumnado ocupa un lugar en nuestros centros con la única intención de pasar el tiempo, obtener un beneficio sin esfuerzo y siendo conscientes de que, más tarde o más temprano, obtendrán un "papel" que se conoce con el nombre de Título de Graduado en Secundaria que te permitirá pasar el primer filtro como forma de incorporarse al mundo laboral.

Es de reconocer la gran cantidad de alumnado responsable, con motivación y con perspectivas de futuro que se educa en nuestros centros. Ellos, su propio rodaje, sus capacidades y el apoyo del profesorado y las familias le harán plantear su futuro con ciertas garantías de éxito, a pesar de las dificultades en los tiempos que les ha tocado vivir.

Educar al que sí quiere es una tarea apasionante; educar al que no quiere, un reto que necesita de muchas estrategias para saber llegar al corazón de ellos. Pero educar al que quiere y no puede es algo tan exquisito que, solo con ver la motivación, las ganas de superación y el querer, hacen que tu entrega sea aún más de exquisita, si cabe. Son posiblemente distintos, pero debemos tener los medios para que no estén distantes.

La escuela no es el lugar donde se acumula alumnado para que pueda existir conciliación familiar y no solo cumple una función asistencial, que también, sino que es el espacio que las familias deben cuidar para hacer que la educación de sus hijos (todos los referidos anteriormente) sea una educación de calidad.

Para ello es necesario reconocer al profesorado y apoyarlo, no cuestionarlo por lo que pueda decir o no mi hijo o hija, que también, siempre que se verifique con objetividad aquello que se está valorando, sino valorarlo como una pieza esencial en este puzle y que debe llegar motivado porque, entre otras cosas, los demás le reconozcamos el esfuerzo que realiza cada día.

Valoremos el trabajo, pidamos garantías y exijamos a nuestros hijos e hijas que respeten y traten como se merecen a este colectivo, que ya se ve afectado por la falta de autoridad que, entre unos y otros, vamos quitando.

Educar al que quiere, al que no quiere y al que quiere y no puede ya es cosa nuestra. Y si va acompañado del calor de las partes –entre ellas, las familias– seguro que siempre, el trabajo y el esfuerzo serán los que corresponda, entre otras cosas, porque nuestra estima estará al nivel adecuado para darlo todo y en las mejores condiciones posibles, aunque en ocasiones, la nula motivación de parte de nuestro alumnado merme la actitud del propio profesorado.

Educar, enseñar e instruir al que sí quiere pero no puede me hace pensar en un escrito de la Asociación Aprosub del Centro de Educación Especial "El Molinillo", que cayó en mis manos después de una visita al cole y que me confirmó lo que siempre he pensado: y es, sencillamente, como ellos escriben que “lo normal es ser diferente”. Y es algo que no debemos olvidar.

No olvidemos que no importa dónde hayas nacido; no importa el color de tu pelo o de tu piel; no importa si eres de gran altura o poca; si tienes los pies planos o hablas muchos idiomas. Puedes utilizar la mano izquierda o ser hábil con las cuentas; puedes venir de lejos o vivir en la casa de la esquina.

Puedes reírte alto o no escuchar sonidos. Puedes ser veloz o lento; puedes tener muchas cosas o pocas; puedes ver como un lince o tener poca vista como los topos. Puedes escuchar en la noche como los lobos o entender el lenguaje de las manos. Puedes ser hábil como las arañas o inteligente y reflexivo como los búhos. Puedes ser diferente y especial.

Lo importante es que serás lo que tú quieras ser, porque tienes derecho a tener una vida feliz. A lo largo de la vida te encontrarás con cientos de personas distintas, te cruzarás con niños y niñas, con personas, todas diferentes e importantes. Haz que siempre se sientan respetadas y queridas porque, entre otras cosas, tú también eres diferente y eso es lo normal.

En esta escuela que tenemos hay que apostar por los distintos, con los medios adecuados, con el profesorado permanente y necesario, habiendo valoraciones y diagnósticos, así como la aplicación de los programas necesarios con prontitud y eficiencia, no demorando los tiempos y prestando al maestro los apoyos específicos y necesarios para que no aumentemos la distancia y los hagamos más diferentes.

Si no apostamos por ello, no lo vendamos en el mercado como una idea bonita y espléndida porque lo que hacemos es ponernos al servicio de un engaño, sin dar los resultados adecuados y pagar directamente las consecuencias.

Estas personas tienen corazón, tienen sentimientos, tienen vida y, muchas veces, los despreciamos porque son distintos. Nos creemos superiores, importantes, con capacidades y muchas veces, si hurgamos en el interior, somos igualmente diferentes, distintos cada uno.

Por eso el respeto y la tolerancia deben ser la base de la convivencia y en la convivencia caben todos. No somos la verdad y los demás, la mentira. Somos distintos y cada uno con una experiencia que solo cada uno ha vivido y, por eso, debe ser respetada.

A ser maestro se aprende a través de la experiencia, del creer, del querer, del saber y del poder. Por ello, muchos que se aventuran a opinar deberían primero saber que ser maestro no es un juego, es un arte, como tantas veces decimos. ¡Todos distintos pero importantes!

FRANCISCO LLOPIS RUBIO


NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Montilla Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.


29 de abril de 2023

  • 29.4.23
Andalucía Digital se hace eco en su Buzón del Lector de un artículo de Juan Pedro Segura Almenara, estudiante de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Pablo de Olavide y colaborador del Instituto Internacional Bakun de Sevilla. La experiencia de la pandemia. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Encarar los problemas que nos surgen en nuestra vida cotidiana es una cosa que no se hace fácil para nadie, y el hecho de que cada una seamos de una manera hace que cuando nos enfrentamos a situaciones adversas ideamos nuestros métodos, nuestras fórmulas para salir adelante. ¿Pero qué pasa cuando nos quedamos bloqueados o no tenemos la capacidad para encontrar soluciones? ¿A qué se puede deber ese bloqueo emocional y personal en el que nos vemos sumidos en ocasiones frente a nuestros problemas?

La falta de formación y de información nos suele llevar a un estado de incertidumbre –y, en ocasiones, de incapacidad– frente a nuestros problemas. Esto es algo que se ha podido corroborar durante los últimos años frente a todo lo que ha conllevado la pandemia del covid-19, y que sigue con bastante vigencia en la actualidad (guerras, inestabilidad económica, sequía…).

Todo ello se pudo ver plasmado en Sevilla el pasado 12 de abril en la ponencia La aventura de volver a la normalidad. Y es que su desarrollo fue el perfecto ejemplo de cómo los seres humanos somos seres sociales que necesitan de un apoyo comunitario en aspectos clave como la salud mental.

¿Qué queremos decir con ese mínimo de habilidades mencionadas? Pues que la adquisición de una serie de recursos a través de la formación nos ayuda a las personas a hacer frente a nuestro día a día de una forma mucho más orgánica y completa; la importancia de tener una base cultural y social amplia implica una mayor capacitación y racionalización para con nuestra realidad y con nuestro entorno.

Tal y como expuso el doctor Pedro Cabezas, médico epidemiólogo y experto en Medicina Preventiva, la situación de pandemia no es una condición nueva para la humanidad, aunque sí lo sea para nuestras generaciones; y es que el hecho de tener y conocer de referencias anteriores sobre situaciones similares nos hace evitar caer en errores pasados y aplicar aquellas pautas de eficacia para la solución de determinados problemas.

Uno de los errores en la percepción de la situación sanitaria de la pandemia y la vacunación según el doctor Cabezas ha sido precisamente el no centrarnos en abordarla desde un contexto estrictamente sanitario e histórico, y optar por hacerlo desde un punto de vista mediático y de opinión.

Si en lugar de dejarnos llevar por ese cauce, nos centramos en informarnos y hacernos eco de cómo se han desarrollado dichos procesos, de la cantidad de recursos empleados y de los controles y garantías con los que se hacen, la percepción personal cambia.

¿Y cómo se puede paliar esta falta de formación y desarrollo personal? Pues una de las soluciones pasa por la creación de espacios de debate, que nos sirvan como motor para cultivar un saber diverso y como apoyo necesario, para que podamos darles forma a nuestras capacidades y mejorar el autoconocimiento.

Estos espacios son un aliciente tanto respecto al aumento del conocimiento individual como a la expansión de las inquietudes y del sentido crítico, cualidades fundamentales para tener las herramientas necesarias para hacer frente a situaciones complejas.

“Me pasa algo, pero no sé lo que es”. El doctor Rubio utilizaba este ejemplo de conversación con sus pacientes como reflejo perfecto de las situaciones personales que se generan cuando no se tiene determinado nivel de recursos intelectuales o socioculturales; las personas tendemos a buscar la tranquilidad y estabilidad, algo que se consigue más fácilmente si gozamos de unas pautas y de experiencia para desenvolvernos en diferentes entornos.

Un contexto como el de la covid-19 ha supuesto que de manera individual estemos aún en estado de alerta constante, lo que se traduce en situaciones de ansiedad, aislamiento e irascibilidad. Es aquí donde entra en juego ese autoconocimiento.

Para ello, salir de la zona de confort puede ser una opción inteligente; y no queremos valernos de esta expresión de una manera abstracta y productivista como suele ocurrir, sino más bien desde una perspectiva personal. Esto es algo que nos atañe a cualquier persona, pero más aún a los que nos encuadramos dentro de la Generación Z.

Se tiende a dar por hecho que nuestra generación se ahoga en un vaso de agua, que no es capaz de hacer frente a la realidad de manera seria, y que ello se debe a la comodidad con la que nos hemos criado y educado, lo cual choca con el contexto actual.

Y es que el hecho de que nos limitemos a la comodidad de lo cotidiano puede llegar a suponer una serie de limitaciones a la hora de enfrentar la realidad; puede que no sea algo de primeras fácil, pero si poco a poco conseguimos conciliar esa cotidianidad con espacios y contenidos como los mencionados, nuestro abanico de recursos será mucho más rico.

La existencia de un tejido social, cultural e intelectual fuerte nos lleva a un nivel de autoconocimiento que hace que nuestra manera de afrontar todo aquello que tiene su dificultad y complejidad de una manera mucho más segura, nos facilita la búsqueda y consecuente hallazgo de respuestas. El autoconocimiento es el medio para llegar al empoderamiento personal.

JUAN PEDRO SEGURA ALMENARA


NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Andalucía Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.


24 de abril de 2023

  • 24.4.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una reseña remitida por Francisco Montero, editor del blog Cine y Humanismo, sobre Alfarería, alma de La Rambla, el nuevo proyecto del creador audiovisual montillano Dany Ruz y de la escritora Guayarmina Pedraza. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Córdoba (Andalucia, España), “Ciudad Joya”, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, dada la ancestral riqueza de plata en su Sierra Morena, a lo largo de los siglos, se erigió como significativa Ciudad Mundial de Plateros y Joyeros…

En Córdoba, no hace mucho, se creó, por la espiritual e inquieta palestina Salma Al Taji, el Museo de la Alquimia Al-Iksir. Este Museo no trata solo de los transformación de la materia, de los metales nobles y piedras, en joyas preciosas, sino de la transformación espiritual de la materia en valores de vida,“joyas del alma”…

CartelPara la presentación de ese museo, acerca del gran filósofo Roger Garaudy –infatigable luchador, junto a Salma, por el Diálogo de Civilizaciones y Culturas y los Valores Humanos Espirituales– escribí Contra la oscuridad, la alquimia de alma…

Hoy, motivado por la serie de magistrales cortometrajes fílmicos Alfarería, alma de La Rambla, de la guionista Guayarmina Pedraza y del realizador montillano Dany Ruz, sobre la milenaria artesanía cerámica de este pueblo de Córdoba muy reconocido internacionalmente por su valores artísticos y artesanales y por su magnífico Museo de la Cerámica, necesariamente tengo que tratar también de la alquimia del alma…

En La Rambla, “Meca Andaluza de la Alfarería y la Cerámica” y “Pueblo Patrimonio de la Humildad”, como es reconocido por paisanos y visitantes –a pesar de su grandeza en citada artesanía y arte–, acaso premonitoriamente, se descubrieron ejemplares y significativos vasos campaniformes, de antes de nuestra era común, con unos cinco mil años de antigüedad, que se citan en uno de los documentales y pueden contemplarse en el Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba; estos vasos acaso fueron realizados por algún alfarero local de la prehistoria, ya que junto a ellos se encontró el punzón con el que posiblemente habrían sido tallados…

La original abundancia de barro en el subsuelo de La Rambla, único en el mundo por sus propiedades de moldeabilidad, pureza y blancura, elaborado por mágicas manos de artistas y cocido al fuego, siglo tras siglo, daría lugar también a su propia y original alfarería y cerámica, ”alquimia del alma”.

A los elementos fundamentales de la creación y la vida como son: tierra, agua, fuego, aire y éter –muy conocidos desde las tradicionales filosofías india y china del Ayurveda y del Tao, y que ilustran el sgnificativo cartel de la serie–, los jóvenes cineastas de los documentales, Guayarmina Pedraza y Dany Ruz, con sensibilidad e inteligencia, han añadido las manos –a las que insufla su fuerza transformadora la quintaesencia del éter–, como tratan en sus filmes…

Guayarmina Pedraza (guionista y directora) y Dany Ruz (realizador), autores de la serie.

Como indican los títulos de crédito de la serie, de Guayarmina Pedraza han sido la dirección, el guion y la producción del trabajo, en la que ha participado el Ayuntamiento de La Rambla. La cineasta Guayarmina –Guay, como le llaman sus amigos y colaboradores– es una exitosa y reconocida narradora, por su cinematográfica novela Cayena Pura –escrita no hace mucho sobre Colombia, durante los acuerdos de paz entre el Gobierno y las FARC–, y su anterior documental cinematográfico y televisivo: Alfahar, una vida en el barro, también sobre la creación en la alfarería y la cerámica.

Cayena Pura, además de ser un relato muy cinematográfico y de interés para ser llevado al Séptimo Arte de Artes, es una polifacética narración: humanista, multicultural y feminista, entre otros valores, que muy acentuadamente trata la autora en todos sus trabajos, y cómo no en esta serie…

Dany Ruz, es un joven, pero muy veterano ya en los medios audiovisules, que cuenta con un impresionante historial de realizaciones. Tras cursar estudios de Filosofía y Comunicación Audioviosual en Málaga, este cordobés de Montilla –tierra del Buen Vino y sus orígenes, al igual que La Rambla del Buen Barro–, se afinca en su pueblo natal, donde está revolucionando el panorama cultural con sus creaciones cinematográficas-televisivas y la música.

En sus incontables y polifacéticas creaciones destacan su productora Imprevisible Films –que cuenta con un nutrido historial de filmes de ficción y documentales–; el evento musical Soma Club Band (Festival Musical) y el de cine, Soma Club Films (Festival de Cortometrajes), junto a los que ha publicado innumerables trabajos.

Entre los títulos de extraordinario interés del realizador, destacamos Lobas, guionizado por el prestigioso dramaturgo montillano Juan Carlos Rubio; Diario de un amor, serie de una joven relación amorosa, sobre la expresión corporal y el baile; o Siempre vuelven, documental patrocinado por el Ayuntamiento de Rute y la Diputación de Córdoba…

Por sus originales realizaciones, Dany Ruz ha sido reconocido con el Premio Córdoba Joven del Instituto Andaluz de la Juventud (2017); Premio LGTB Andalucía (2019); Premio Especial del Público en el Festival Internacional del Cortometraje en San Roque (Cádiz, 2019)…

Dany Ruz, coincide con la humanista y valiosa idea de la directora de la serie sobre alfarería, Guayarmina Pedraza, en que hay que luchar contra la deshumanización y despersonalización de los grandilocuentes proyectos de la grandes plataformas internacionales, a las que sobre todo interesa el espectáculo comercial: Disney+, HBO, Netflix… Sus cortometrajes para YouTube reiteran la ejemplarizante leyenda e historia de “David contra Goliat”…

Ángel M. Ruiz, profesor de Historia y cronista de La Rambla.

En la interesante serie Alfarería, alma de La Rambla, que no solo trata de la trasformación de la materia en obras de arte y artesanía, sino en valores humanos de vida, en valores espirituales, etéreos y de trascendencia, “alquimia del alma”, se ha contado con un nutrido equipo de autorizadas colaboraciones.

Entre las colaboraciones destacadas que ilustran esta concisa Historia de la Alfarería y la Cerámica de La Rambla, no solo para Córdoba, Andalucía y España, sino también mundialmente, la serie recopila, con los testimonios propios de todo buen documental –autenticidad, verismo y realismo– los de Carlos Capilla, maestro; Ángel M. Ruiz, profesor de Historia y cronista; Javier López, profesor de Historia; y  Elena Salinas, arqueóloga y profesora.

Sin embargo, los innumerables testimonios personales, fehacientes, vivos, de las propias experiencias de los alfareros y las ceramistas del pueblo, con lo que piensan, lo que sienten, lo que aman, lo que sueñan… son los que confieren su acentuado humanismo a esta bella serie documental.

No pudiendo relacionar todos esos testimonios de mayores y jóvenes que persiten en esta milenaria tradición, quintaesencia, y etérea trascendencia espiritual del alma de la alfareria de La Rambla, sí podemos citar a algunos de sus representantes: José Luis Parra, investigador y rescatador de la Cerámica Califal en su Alfar Wallada; Lucas Urbano, quien atesora el pequeño gran museo familiar con las magistrales obras de su padre, Antonio; Álvaro Montaño, quien aúna todos los quehaceres del oficio con la presidencia de la Asociación de Artesanos; el Museo de la Alfarería de la localidad que, dirigido con muy buen acierto por Lorena Muñoz, año tras año configura la historia creadora con las “joyas del pueblo”, de sus alfareros y alfareras, de sus ceramistas…

Expresivo fotograma de 'Alfarería, alma de La Rambla'.

Hoy que las sociedades de masas viven muy alienadas por la publicidad y la comercialidad, no es extraño en el estreno de un filme de valores humanos, escasamente publicitado, encontrarse en una gran sala con un solo espectador…

Por ello, en estos momentos en que los influencers y youtubers, con modestos proyectos creativos pero geniales ideas, vienen ganando difusión y numeroso público, series de valores humanos, sociales y artísticos como la de Alfarería, alma de La Rambla, de Guayarmina Pedraza y Dany Ruz, en plataformas menos comerciales, resulten de extraordinario interés.

FRANCISCO MONTERO


NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Montilla Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.


23 de abril de 2023

  • 23.4.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una carta abierta de Paco Alcaide Zafra sobre la celebración del Día Internacional del Libro, que tiene lugar cada 23 de abril. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Sabía que algún día su vista tropezaría cien veces con el mismo punto, que sus manos abordarían el cansancio cortejadas por la osadía de una coma, que sus ideas, erráticas e impredecibles, acabarían haciendo acupuntura en el espejo de su memoria. Lo sabía, lo intuía, pero le daba igual. El libro de su vida estaba incompleto y hoy debía seguir latiendo.

Nunca quiso empadronarse en época alguna. Hacía y deshacía la maleta a medida que sus viajes atemporales le pasaban factura. Porque el tiempo, estúpida invención que los mortales utilizamos para ponernos límites y barreras, era solo una quimera, una historia que fantaseaba con las estrellas y jugaba a ser el autor de su próximo libro, el libro de su conciencia.

Trazaba la línea de sus meridianos recostado sobre los fríos amaneceres de sus polos, ungía la estrechez de los tercos con grandes dosis de transigencia, amasaba los perdones de los justicieros buscando sus pecados junto a la ribera de sus ojos. Nunca hubo maldad en el libro de ALMA, solo certeza de que sus hojas aportaban aire fresco a medida que se iban llenando de evolución.

Nuevos continentes fueron descubiertos al mundo, ideas infames, exterminios y guerras que apocaron a la destrucción de la humanidad. Avances en la ciencia auspiciada por mentes prodigiosas, célebres artistas que apostaron por una nueva perspectiva.

El rico, el avaro, el pestilente violador de ilusiones, la camarera que sirve la cena, el político que inventa utopías, el agnóstico que vive de ilusiones, el médico que receta vida tras fumarse un pitillo, el párroco que duerme soñando con Dios. Todos fueron alma, todos bebieron vida y escribieron su progreso en un libro que sigue repleto de vanidades, injusticias, mentiras y perfumado también por los pétalos de las rosas que la bondad tiene el placer de regar.

Las ideas, el amor, la amistad, los hijos, los placeres mundanos. Todo lo más importante de una vida está reflejado en un libro, el libro que escribe tu ALMA y que te invita a pasar sus páginas a medida que los árboles dejan caer sus hojas empujados por descarados otoños.

¿Y tú, has escrito hoy algo?

PACO ALCAIDE ZAFRA


NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Montilla Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.






11 de abril de 2023

  • 11.4.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una nueva carta abierta del maestro Francisco Llopis Rubio sobre la importante labor que desarrollan los docentes. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Para que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea una garantía de éxito es necesario, según mi experiencia, educar también las emociones, en una escuela donde la agitación no es el factor más adecuado para crear espacios en los que se pueda enseñar desde la estabilidad y el equilibrio, siempre unidos a la educación del nivel cognitivo, valores y habilidades sociales, pilares esenciales del proceso educativo.

Es imposible que este proceso sea garantía de éxito cuando una gran parte del tiempo se dedica a resolver conflictos permanentes. Sin duda, aprendemos de esos conflictos y de su resolución, pero nos sobrepasan, no dejando el tiempo suficiente para poder poner en práctica los objetivos que se deben conseguir, reciban el nombre que reciban.

La agitación de la calle se traslada a la escuela y es difícil hacer silencios, controlar los impulsos, controlar incluso los espacios, si no se requieren de esas estrategias e instrumentos que hagan que todos los miembros y sus personalidades, en un espacio concreto, bailen al mismo compás y con la misma sintonía, respetando las diferencias y adaptándonos a la situación personal de cada uno. Ese es el arte del ser maestro y que tantas veces refiero.

El cambio permanente de actividad, la frustración ante la inactividad, la nula capacidad de hacer silencios, de saber aburrirnos sin crear traumas, la exigencia de derechos y el incumplimiento de deberes son notas evidentes dentro y fuera de las aulas.

Existe la necesidad de educar las emociones para poder conseguir que se pueda lograr esta armonía que es necesaria en la escuela, al igual que en la calle, en las familias y en las instituciones, ya que todo ello contribuye a amortiguar lo que, de la escuela paralela de la calle, nos llega y que, indudablemente, influye en nuestras escuelas.

Cuando, poco a poco, vamos siendo capaces de educarnos a nivel cognitivo y haber aprendido a saber identificar las causas de un problema, las alternativas de solución, las consecuencias de las decisiones, la utilización de los medios más adecuados, en definitiva, educar el pensamiento, es necesario el trabajo sobre las emociones con el fin de adquirir ese equilibrio necesario para estar en las escuelas y en la vida.

Siempre la precipitación hace tomar decisiones equivocadas y, posiblemente, los estados de ánimo son los que determinan las decisiones. Los estados de ánimo son las emociones que sentimos y que nos hacen manifestarnos en cada momento, dependiendo de cómo me esté afectando cada situación. Por ello es bueno hacer silencios, practicarlos y sentir quién soy, qué quiero y a dónde voy. Es necesario unas pautas para aprender estas habilidades.

Cuando no sé muy bien qué puede estar ocurriendo, no es nada descabellado dialogarlo, contrastarlo con otro, verbalizarlo e, incluso, solicitar ayuda externa, si lo necesitara. A veces nos creemos superhéroes y actuamos desde conceptos equivocados por una percepción equivocada y por considerar que nuestra mente lo sabe todo.

Está demostrado que el 90 por ciento de los problemas que tenemos están solo en el pensamiento y eso nos afecta a nuestras emociones y estados de ánimo. Si me levanto en positivo, posiblemente mis actitudes sean positivas. Si me levanto negativo y mi grano de la cara lo percibo como un pedrusco, posiblemente el día sea más pesado y distinto. Si alguien me dice “qué mala cara tienes” , lo mismo me miro al espejo y así lo veo aunque no sea real… Por ello el trabajo cognitivo es tan importante para el control emocional.

Conocerse un poco más nos ayuda a tener un mayor control sobre uno mismo y sobre todo lo que de externo pueda afectarnos. Relativizar lo no importante, graduar las actuaciones en importantes, urgentes, necesarias, secundarias… nos ayuda también al control emocional. Evitar que lo que piensen de mí me puede afectar hasta el punto de desestabilizarme es otro aspecto que se debe tener en cuenta.

Por ello es muy importante, siempre, conocerse más, saber qué cosas positivas y menos positivas hay en mí y qué es lo que quiero, para avanzar siempre en positivo y relativizar muchas de las cosas que me pueden afectar y así debemos de hacer ver al alumnado.

Alegría, tristeza, enfado, asombro, miedo, vergüenza, interés y aburrimiento son las emociones que tenemos que saber identificar para que las decisiones no sean precipitadas y, de este modo, evitemos errores que a veces pueden suponer una situación, al menos, incómoda.

En la escuela, y para que el proceso de enseñanza y aprendizaje sea garantía de éxito es necesario, no solo trabajar la inteligencia artificial, la robótica, redes informáticas y tantos otros aspectos, de moda (que también) sino formar personas equilibradas que les hagan dar respuesta a las necesidades personales de cada día, con equilibrio y sin precipitaciones.

Si no formamos en este equilibrio, es posible que el movimiento y la agitación que existe nos haga mudos y no nos permita hablar cuando queramos. Nuestro alumnado se mueve en unas realidades donde los límites brillan, en muchos casos por su ausencia.

Es necesario que vean en nosotros modelos que les hagan, al menos, reflexionar, pararse, hacer silencios queridos. Combinar la exigencia de límites y el abrazo son elementos que, bien combinados, dan resultados realmente admirables.

Si no formamos personas equilibradas, es posible que sepan mucho de redes, de inteligencia artificial, de informática… y prescindan de los sentimientos y del elemento emocional como base de su estabilidad. ¡¡Hay elementos que nunca se pueden sustituir, entre otras cosas, porque son la base del equilibrio!! Y como dice el refrán, "el que la lleva, la entiende".

FRANCISCO LLOPIS RUBIO


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1 de abril de 2023

  • 1.4.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una carta abierta en memoria de Rafael Espuny Moyano, que falleció el pasado 9 de marzo. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Me cuesta mucho escribir esta carta, pero necesito hacer una carta al estilo de las que escribía para mi padre hasta el mes pasado. Al final, mi padre, Rafael Espuny Moyano, falleció el pasado 9 de marzo. Tras miles de horas de conversación con él, desearía que se me haya pegado algo de su forma de ser, su sentido del humor, su sabiduría y su saber afrontar la realidad, aunque sé que es imposible. Además, estoy seguro de que no llegaré a ser tan querido, respetado y apreciado como familiares y amigos nos han demostrado que él lo era.

Entiendo esta carta como una forma de dar un enorme gracias a todo el mundo, tanto a los que nos acompañaron en persona durante el duelo como a los que lo hicieron en la distancia. De verdad que nos sentimos (me arrogo la potestad de hablar en nombre de toda la familia) muy acompañados en esos momentos tan difíciles.

Pero también quiero dar las gracias en el nombre de mi padre y en el mío propio a todo el Servicio Andaluz de Salud (SAS), que nos ha tratado siempre con una cortesía, una amabilidad, una simpatía y una profesionalidad fuera de serie.

Mi padre siempre decía que Andalucía es la tierra más rica del mundo por su gente y, que si es verdad lo que todo el mundo dice –que la Sanidad Pública está muy mal– será que el Hospital de Montilla, el Área de Oncología del Hospital Provincial –con la doctora Ortiz, Mari Paz, Cristina, etcétera–, el Área de Paliativos del Hospital Infanta Margarita de Cabra –con Susana y el enlace en Montilla, María del Carmen– y el Área de Ostomía del Hospital Universitario Reina Sofía –con Araceli– serán una excepción por su trato y por su profesionalidad, que siempre fue ejemplar. Seguro que me dejo a alguien atrás, pero espero que estas letras sirvan para el agradecimiento a todo el SAS.

Tampoco puedo olvidar el servicio y el cariño que nos ofrece cada día Monsecor: desde hace tiempo que son parte de nuestra familia.

Hay un proverbio africano que dice que cuando muere un anciano, una biblioteca se quema. Aunque mi padre siempre fue joven de espíritu, creo que es la mejor definición de lo que me ha pasado. Se ha perdido una fuente de saber inagotable, con experiencia en casi todo lo imaginable, con ganas de explicar y de enseñar.

En definitiva, gracias a todo el mundo por la forma de tratarnos y de acompañarnos en este difícil trance pero, especialmente, gracias a ti, papá. Te echaré mucho de menos.

JUAN AGUSTÍN ESPUNY FERNÁNDEZ


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19 de marzo de 2023

  • 19.3.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una nueva carta abierta del maestro Francisco Llopis Rubio sobre la importante labor que desarrollan los docentes. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Para que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea una garantía de éxito es necesario, según mi experiencia, tener en cuenta esta otra reflexión dedicada, como siempre, a la ingente labor que supone ser maestro –y más, en los tiempos que corren–.

Podremos trabajar para que podamos resolver las situaciones desarrollando el nivel cognitivo, teniendo en cuenta otros elementos esenciales como son el nivel emocional, los valores y las habilidades sociales. Como forma de reflexión sería muy conveniente pensar en estas ideas que pueden servir para un desarrollo más equilibrado de nuestro alumnado y del nuestro propio como docentes y personas.

Cuando analizamos cualquier situación, es necesario saber la causa del problema. Normalmente trasladamos el origen del problema a otros (mi maestro, mi compañero, mi padre, mi mujer…) haciendo un diagnóstico, cuando menos, incompleto.

Trabajar esta habilidad para realizar un diagnóstico real y adecuado es una de las tareas. Esto significa que nos falta habilidad para diagnosticar correctamente los problemas interpersonales. Por tanto, la base para un buen pensamiento casual es tener una buena información y, para ello, es necesario trabajar esta forma de pensar.

Normalmente, la respuesta ante una situación, a veces se le da una solución rápida y probablemente, no acertada. No estamos educados para utilizar alternativas. Raramente se plantean distintas soluciones o alternativas ante un problema.

La solución se decide de forma rápida y, en bastantes ocasiones, eficaces, pero no justas. En vez de embestir para buscar una solución rápida, que suele ser agresiva, hay que pensar en las posibles alternativas. Normalmente, a quienes embisten y solucionan los problemas de esta forma les falta este pensamiento alternativo. Para ejercitar este tipo de pensamiento es necesario haber trabajado el anterior pensamiento en el que se trataba de buscar las causas de la situación.

Otro tipo de pensamiento que se puede trabajar es pensar en las consecuencias que se derivan de tomar una decisión u otra, ya que es la capacidad de prever las posibles consecuencias de una decisión, de un acto, de un dicho, propio o ajeno. Es necesario trabajar este pensamiento para prever las consecuencias y asumirlas sin que produzcan un efecto de desequilibrio, ni en exceso, ni una caída.

Tener perspectivas es un pensamiento que hay que trabajar igualmente y que nosotros llamamos "empatía", es decir, ponernos en el lugar del otro para entender los motivos de su actuación. De esa forma trabajamos el no egocentrismo y no dejarnos llevar de nuestra propia visión de las cosas. Ello conlleva a analizar siempre desde mi punto de vista y no desde el posible punto de vista del otro.

Pensar en los medios para resolver los conflictos es otro pensamiento que se debe educar para que el final sea lo más justo posible. Este pensamiento es igualmente necesario trabajarlo con el fin de precisar mejor los objetivos y saber seleccionar los mejores medios para conseguirlos. Quienes no tienen este tipo de pensamiento actúan a bandazos, se pierden y se amargan porque se frustran. Manuel Segura, doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, nos alienta en esta tarea.

Contactar con los gustos, necesidades o expectativas de nuestro alumnado supone aumentar la complicidad, más allá de los aspectos curriculares que, por cierto, se aprenden igualmente dependiendo del entusiasmo de quienes los trasmiten. Normalmente, el que trasmite lo vive y, si lo vive, emociona.

En definitiva, se trata de practicar estos tipos de pensamiento. Nos ayudarán a hacer de ellos y de nosotros personas bien ancladas en los cuatro aspectos fundamentales que dan estabilidad a la persona y que fue el objetivo del artículo anterior: trabajar el nivel cognitivo, trabajar el nivel emocional, trabajar el nivel de habilidades sociales y trabajar el nivel de valores. Promover y trabajar la atención, saber escuchar, facilita en mucho esta labor, como he referido en artículos anteriores.

Sin duda que, avanzando en esta línea de trabajo, contribuimos de forma significativa al equilibrio de nuestro alumnado, al nuestro propio y a la estabilidad del espacio en el que nos movemos. Por ello dejo esta reflexión en favor de quienes tenemos la responsabilidad de estar en las escuelas y de los que vienen a continuación y cuya tarea, aunque distinta en función de las nuevas necesidades, no deben perder de vista estos aspectos, antes reseñados. Formarse es ir modificando algunas de las perspectivas desarrolladas a lo largo del tiempo y que, en los tiempos que corren, necesitan de otros objetivos, procedimientos y estrategias.

Estos objetivos están establecidos en un marco general y que se va derivando a los distintos países. Los mismos los adecúan y los desarrollan en función de sus necesidades. De ahí se derivan las leyes educativas. Nos vamos familiarizando con las competencias clave, los descriptores operativos, las competencias específicas, las situaciones de aprendizaje y la evaluación correspondiente de los criterios de evaluación, entre otros: el qué, el cómo y el para qué de cada objetivo.

Esta es otra perspectiva y por aquí “van las directrices”. ¡Que cada cual saque sus conclusiones! Yo enseñé de otra forma y también salieron buenos médicos, abogados, mecánicos, enfermeros… Lo de antes también servía en las condiciones establecidas. Posiblemente ahora hay que adecuarse a las circunstancias y, por prudencia y justicia, no menospreciar la experiencia y el esfuerzo de tantos y tantos a lo largo del tiempo.

Por eso, por el mar no corren las liebres y por el monte las sardinas. A ser maestro se aprende a través de la experiencia, del creer, del querer, del saber y del poder. Por ello, muchos que se aventuran a opinar deberían primero saber que ser maestro no es un juego, es un arte.

Este artículo va dedicado expresamente a todos los que siguen en la brecha, ahora que voy a entrar en otra fase de mi vida, dando ese ánimo que se necesita para ir cada día con ilusión a trabajar y dar una respuesta equilibrada a cada situación que se presenta y a todos los docentes que han dado su vida a la Escuela. ¡Siempre adelante! ¡Quien la lleva, la entiende!

FRANCISCO LLOPIS RUBIO


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  • 19.3.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una carta abierta de Paco Alcaide Zafra sobre la celebración del tercer Encuentro Poético que ha tenido lugar esta tarde en la Plaza de la Rosa. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Hoy he bajado de nuevo a la tierra. El III Encuentro Poético que ha conmemorado el Día de la Poesía me ha calzado los zapatos de la humildad y me ha marcado un sendero a seguir del cual jamás imaginaba que podía llegar a emprender. Y es que la vida dicta las emociones en pequeños destellos para que cada cual descifre su propio significado. Y el mío ha sido grande...

Y no era sudor lo que precisamente erizaba mi vello bajo un sol benevolente, no. Emociones, eran corrientes de arrítmicos sentimientos los que hicieron pellizcarme la piel y comprobar si lo que estaban monitoreando mis ojos era real o un burdo espejismo. Y lo era, ya lo creo.

Siempre entendí el concepto de poeta como el de una persona con sensaciones y sensibilidades diferentes que viste de elegancia las palabras y posee el poder de transmitirlas, pero, después de lo de hoy, yo diría que solo somos artistas para alimentar nuestros egos y elegantes para rellenar carteles y presentaciones.

He sentido poesía en la voz de un hombre, sentado en una silla de ruedas, intentando pronunciar palabras que atrancaban en sus propios conflictos. He percibido poesía en la voz de un invidente que astutamente movía sus dedos leyendo en braille sus emociones.

He conocido la poesía en las palabras sinceras de una niña con cuerpo de mujer que agradecía a su madre ser la muleta donde apoyarse. He vivido la poesía en los versos de agradecimiento de una chica a un padre que lloraba entre el público y, sobre todo, estoy escribiendo estas palabras desde el respeto y la gratitud, porque todos los allí presentes nos han dado hoy una lección de vida, de superación y de fuerza de voluntad.

Agradezco también a los monitores y profesores del colectivo Futuro Singular el gran trabajo que realizan con estas personas de capacidades distintas porque son un bastión fundamental en la lucha a favor de la igualdad y la integración de todos ellos en la sociedad.

Y cómo no, agradecer a la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Montilla por organizar y darle visibilidad un año más a este colectivo que, sin duda, y aunque creamos que no, son unos maestros en enseñarnos modestia y mostrarnos amor.

PACO ALCAIDE ZAFRA
FOTOGRAFÍAS: PACO ALCAIDE ZAFRA


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13 de marzo de 2023

  • 13.3.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una queja sobre los problemas de accesibilidad que se plantean con motivo de algunos actos culturales en Montilla. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Este pasado sábado me acerqué hasta la Parroquia de Santiago Apóstol para asistir al concierto de marchas de la Agrupación Musical La Unión de Montilla. Iba caminando por la calle Iglesia y, cuando llegué a la puerta de la parroquia, había bastante gente, ya que la banda estaba en la puerta y los músicos no habían entrado todavía.

Una vez que la banda pasó al interior del templo, la gente, como es normal, también accedió a la iglesia para ocupar los bancos. Sin embargo, hubo una persona con discapacidad, que iba en silla de ruedas, que cuando quiso entrar comprobó, para su asombro, que no había medios para poder salvar el dintel de la puerta y los escalones, de modo que el hombre se quedó allí en la puerta, sin poder entrar.

Yo le ofrecí mi ayuda pero, claro, yo solo no podía, debido al peso de la persona y de la silla de ruedas, que está motorizada. Y debo decir que, aunque yo no tenga culpa de lo que ocurrió, sí que me sentí muy violento por la situación.

A los pocos minutos de comenzar el concierto, observé que entre cinco o seis personas habían podido ayudar a esta persona para que, al igual que todas las demás que nos encontrábamos allí, pudiera entrar a la parroquia y disfrutar así del concierto de La Unión.

Todo lo ocurrido me llevó a preguntarme cómo es posible que, en los tiempos que corren, se puedan organizar actos abiertos al público en los que la accesibilidad no está garantizada para todo el mundo. Mañana podemos ser cualquiera de nosotros los que nos veamos en esta situación.

De hecho, el próximo domingo hay un concierto de Semana Santa de la Banda de Música Pascual Marquina en la Parroquia de San Sebastián y, poniéndome en la piel de esta persona con discapacidad, me pregunto si podrá asistir al acto. Desconozco si la autorización para llevar a cabo este tipo de eventos es competencia o no del Ayuntamiento pero, al menos, sería deseable que las personas que los organicen tengan en cuenta estas circunstancias para próximas ocasiones.

MIGUEL ÁNGEL CRUZ SÁNCHEZ
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR (ARCHIVO)


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8 de marzo de 2023

  • 8.3.23
Coincidiendo con la celebración del Día Internacional de las Mujeres, Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de un extraordinario artículo remitido por Carmen Giménez Alvear, responsable de Fundación Alvear, sobre la historia de tres mujeres pioneras en el mundo del vino de Montilla. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.


Hoy quiero dar voz a tres mujeres de mi familia, posiblemente pioneras en el mundo del vino de Montilla: Luisa, Sabina y Candelaria Alvear. Y espero, sinceramente, que puedan servir de referente a aquellas niñas o mujeres que ya son –o quieran ser– enólogas, viticultoras, sumiller, bodegueras... y que anhelen desempeñar cualquier oficio relacionado con el vino o, simplemente, disfrutarlo.

Jugar entre botas en la Bodega del Escudo, sentir las viejísimas soleras de la Sacristía de Alvear o meter la nariz en la copa de coñac de mis tíos, acurrucados de frío en la mesa camilla de la casa familiar en la calle Diego de Alvear, es una parte maravillosa de mi infancia. Y es que el vino es infancia, familia, historia, territorio… Es tradición. Pero el vino también es –o debería ser– evolución e, incluso, “revolución”.

Ángela Jiménez Luque-Romero y yo hemos tenido el privilegio de ser las primeras mujeres miembros de la Cofradía de la Viña y el Vino de Montilla. Desde el instante en que me lo ofrecieron, pensé que era una oportunidad de romper “techos de cristal”, como siempre han hecho las mujeres de la familia Alvear.

Es cierto que la más conocida fue Sabina Alvear y Ward. Pero no fue la única mujer “rompedora” de la familia Alvear. Por limitarnos al siglo XIX, me gustaría referirme a Luisa Ward –su madre– o a Candelaria –su hermana–, que también fueron grandes viajeras, diligentes gestoras de su patrimonio e impulsoras de Bodegas Alvear.

Luisa Ward de Alvear

¿Qué nos diría Luisa Ward un día como hoy? Probablemente se dirigiría a nosotros en inglés, aunque hablaba un perfecto español, y nos hablaría desde su casa en Cádiz, Montilla o Madrid o desde algún lugar de Inglaterra, Francia, Portugal, Bélgica o Suiza, países de los que tenemos constancia que visitó en alguno de sus numerosos viajes, que realizaba acompañada de sus hijos, combinando ocio y relaciones sociales con actividad empresarial.

Nacida en 1786 en Ostende (Países Bajos), Luisa Ward realizó su primer gran viaje de Londres a Montilla en 1806 tras haber contraído matrimonio con Diego de Alvear, bajo rito anglicano, en la Parroquia de Santa Margarita Westminster de Londres, el 28 de septiembre de 1805. Sí, sí… realmente fue una mujer muy “moderna” pero a España se vino ya casada y acompañada de su madre.

El 20 de enero de 1807 ratificaría su matrimonio por el rito católico en la Parroquia de Santiago de Montilla y, cinco meses después de la boda, el matrimonio se trasladó a vivir a Cádiz, donde Diego Alvear había sido destinado. Allí vivieron veinte años y allí nacieron la mayoría de sus hijos.

Como es conocido, en 1810 Diego sería sido nombrado Gobernador Político Militar de la Isla de León, jugando un papel esencial en la defensa de Cádiz frente al francés. Una vez terminada la invasión francesa y obtenida por Diego la preceptiva licencia, el matrimonio se traslada a Inglaterra en 1814 para acompañar Luisa a su padre, que había enviudado.

Luisa y Diego permanecerían fuera de España hasta mayo de 1817, residiendo principalmente en Londres pero también con una larga estancia en París. En Londres intensificaron las relaciones fraguadas en Cádiz. Especialmente durante el sitio de Cádiz, la casa de los Alvear había sido el principal punto de encuentro entre los mandos ingleses y la alta sociedad española allí confinada. A su vez, gracias a las recomendaciones que consiguieron en Londres, pudieron introducirse en la alta sociedad parisina.

Pero quizás el viaje de Luisa que más impacto tendría en Bodegas Alvear es el que, ya viuda, emprende en julio de 1834 con sus hijas Catalina (24 años), Sabina (19 años), Candelaria (11 años) y su hijo Enrique (20 años). Los pasaportes expedidos en los años treinta del siglo XIX para Luisa y sus hijos nos permiten acompañarlos en el viaje que realizaron a París y Londres en los convulsos años de 1834 a 1837.

Un viaje que refleja la determinación de una mujer extranjera para atravesar una España asolada –y confinada– por una pandemia de cólera-morbo e inmersa en la primera Guerra Carlista, con zonas de conflicto repartidas por el país, lo que añadía riesgos y dificultades al viaje.


Pero el periplo no solo se completó con éxito sino que fue determinante para que sus hijos Enrique, Sabina y Candelaria estableciesen importantes y sólidas relaciones en París y Londres, que contribuirían a que quince años más tarde Bodegas Alvear fuese la primera bodega de Montilla con una decidida actividad exportadora en el siglo XIX.

Al menos dos viajes más realizaría Luisa al extranjero: en 1851 viaja a Londres y París con sus hijas Sabina y Candelaria; y en 1855 vuelve a Francia, acompañada de sus hijos Enrique, Sabina y Candelaria, visitando la Exposición Universal de París donde sus vinos empiezan a ser premiados. A su vez, también visita Bélgica y Suiza.

Transcribo algunos párrafos de la carta que el 23 de abril de 1856 dirige desde Madrid a su hijo Francisco, que si bien no era todavía responsable de la bodega –sustituiría a su hermano Enrique en 1861–, evidencia el interés y conocimiento de toda la familia, mujeres incluidas, en el devenir de Bodegas Alvear.

Queridísimo Paco mío: Recibimos la carta con el conocimiento del Capitán que llevan las 20 cuarterolas (botas pequeñas utilizadas para la exportación), que esperamos no tengan más detenciones, espero que saldrán al momento, que ya era tiempo, puesto que se encargaron en Enero. Espero también que darán satisfacción y que desde luego pidan más.

González y Dubosc de Xeréz han estado en Montilla y nos han tomado 350 arrobas a 50, 70 y 90. Habiendo tomado sobre dos mil en la Sierra y en diferentes puntos para formar la bodega, pero lo nuestro van a llevar a Xérez para mandar a Londres, y querían más cantidad de esos precios, que no quiso Antonio
(Antonio de la Cruz, capataz de la bodega) dárselo para no perjudicar las Pipas (de la Bodega de la Casa) y poder reponerlos con los del Lagar. La cosecha toda se teme se pierda por el oídium que se ha presentado en todas partes (…).  El vino este año ha dado muy bien. Según ha calculado Candelaria se ha vendido por cerca de 45 mil reales, que no será mal (…)".

Esta es una carta extensa y que refleja la personalidad de esta mujer, su involucración en la gestión del patrimonio familiar y su bodega pero, también, su excepcional vida social cuando narra: "Aún no sabemos cuál será nuestros planes este verano (…). Ha habido mucha tifus en Córdoba y temo lo mismo sucederá con Montilla con tanta agua (…). La Montijo (en referencia a la condesa de Montijo, madre de la emperatriz Eugenia) debe volver a principios de Mayo y así si nos quedamos aquí lo pasaremos bien".

Sabina Alvear y Ward

Sabina Alvear y Ward fue realmente una mujer adelantada a su tiempo. Con una gran formación humanística y financiera, además de políglota, tal y como se aprecia en sus cartas y cuadernos de cuentas que conserva la familia Alvear, redactados en español, inglés y francés y que recogen tanto sus gastos domésticos como sus inversiones financieras o la evolución de los negocios familiares, entre los que destaca Bodegas Alvear.


Tras fallecer Luisa en 1859, continúan los viajes familiares por Europa; viajes que también compaginan relaciones sociales con relaciones empresariales, contribuyendo al reconocimiento del vino de Montilla en el mundo, especialmente en Inglaterra.

En 1860 Sabina viaja a Francia y Suiza con sus hermanos Tomás, Enrique y Candelaria, visitando París, Marsella, Berna y Lucerna. En julio y agosto de 1867 hace un viaje a la Exposición Universal de París con Candelaria y Tomás.

Pero quiero recordar el viaje que Sabina con 64 años y Candelaria con 56 realizan en agosto de 1879 a Inglaterra y Francia, con el objetivo principal de vender vino. Aunque aprovechan para visitar a Eugenia de Montijo, a petición de su madre, la condesa de Montijo, para que consuelen a la emperatriz por el fallecimiento de su joven hijo en tierras africanas.

En la carta de 4 de junio de 1879 dirigida desde Madrid a su hermano Francisco, anunciándole el viaje que iban realizar, dice Sabina: “Me parece que vamos a hacer una hombrada y a irnos este verano a Londres a ver si logramos alguna transacción directa que es lo que interesa, pues realmente es gran lástima tener tan gran negocio completamente parado (…).

Esta idea nos ha ocurrido, no hemos dicho nada a nadie, pero lo iremos madurando. Tú nos enviarás allí algunas botas o cuarterolas y poco hemos de hacer si no sacamos algún partido. Con la ayuda de Dios. Todavía tenemos buenos amigos y hay que ayudarse en buscar otros. ¿Qué te parece nuestro plan?". Por cierto, la carta empezaba con la siguiente anotación:

2 botas a 10 o 12 duros.
2 botas a 6 o 7 duros
2 cuarterolas 16 o 20
2 a 4 3 y medio a 4
Una caja de cada clase con 50 botellas
.

Pero, sobre todo, de Sabina Alvear hay que destacar su determinación por distinguir y poner en valor el vino de Montilla. Y así lo refleja en la carta que dirige a su hermano Francisco, de 9 de agosto de 1879, desde Carabanchel (Madrid), donde se alzaba el palacio de la Condesa de Montijo y Sabina pasaba allí unos días: “Las cajas de vino creo deben llevar como marcas ALVEAR y Montilla”, resalta.

Hasta el fallecimiento de su hermana Candelaria, Sabina continuó viajando con sus sobrinas Luisa y María Alvear Gómez de la Cortina y con su sobrino “Paquito”, sexto conde de la Cortina

Candelaria Alvear y Ward

Candelaria era la menor de los hermanos Alvear y Ward. Nació en Cádiz en 1823 y la mayor parte de su vida y viajes los compartió con su hermana Sabina, que le sobrevivió a pesar de ser ocho años mayor. Sus cartas también reflejan un minucioso seguimiento de sus inversiones, de su patrimonio familiar y de la bodega.


Por ejemplo, en su carta de 11 de noviembre de 1876, dirigida a su hermano Francisco desde Madrid, señala: “Se ha cobrado en la Caja de Depósitos los ferrocarriles tuyos, son 8130 R líquido y hoy se debe haber cobrado el 3% (…).  Vázquez habló en Córdoba con nosotras mucho sobre la mina, quedó en escribirte detalladamente y enviarte copia del informe del esperable”. Pero, sin duda, son los minuciosos cuadernos de cuentas y los preciosos dibujos de Candelaria un buen ejemplo de su inteligencia y de su personalidad.

Ya solo me resta despedirme con una mención especial a mi madre, Carmen Alvear, y a mi abuela Chiqui Zubiria, que siguieron transmitiendo su amor por Montilla, su historia y su vino.

CARMEN GIMÉNEZ ALVEAR
FOTOGRAFÍAS: FUNDACIÓN ALVEAR


NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Montilla Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.


26 de febrero de 2023

  • 26.2.23
Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector del segundo artículo del escritor y académico José Antonio Ponferrada sobre La confusión, la última obra del escritor y poeta montalbeño Prudencio Salces Jiménez, que el pasado mes de enero protagonizó un encuentro con el público de la Campiña Sur en la Librería Nobel. El primer artículo puede leerse en este enlace. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a la Redacción del periódico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.

José Antonio Ponferrada y Prudencio Salces.

Amables lectores: si no han leído la primera parte de este artículo, la solución es bien sencilla: bastaría con visitar este enlace y podrán disfrutar del magnífico Epitaph, cosecha del 69, de los King Crimson. O lo dejan para otro rato. Total, ahora vamos a centrarnos en la letra (en el mensaje, o "recao" como algunos prefieren decir).

Como ya dijimos, la traducción española de Epitafio que va en los subtítulos de aquel vídeo no es literal; es mejor, muy buena (disculpando algunas erratas). Aunque, como casi todo, admite perfeccionamiento. Por eso me gustaría que leyeran mi versión de esa virguería de letra en la que, siguiendo la anterior, incorporo alguna mejoría (por ejemplo, la puntuación original de su autor, Pete Sinfield). Allá va:

Epitafio

El muro sobre el que los profetas escribieron
se está desmoronando por las grietas.
Sobre los instrumentos de la muerte
la luz del sol brillantemente centellea.
Cuando cada ser humano haya sido desgarrado
con pesadillas y sueños,
nadie se colocará los laureles
cuando el silencio ahogue los gritos.

Entre las férreas puertas del destino,
las semillas del tiempo fueron sembradas,
y regadas con las obras de aquellos
que saben y son célebres.
El conocimiento es un amigo mortal
cuando nadie pone las reglas.
Veo cómo la suerte de toda la humanidad
está en manos de locos.

Confusión será mi epitafio.
Mientras yo me arrastro por un roto y destrozado sendero
si lo logramos todos podremos sentarnos y reír.
Pero me temo que mañana estaré llorando,
sí, me temo que mañana estaré llorando.


Peter Sinfield nació en Fulham (Londres), en 1943; pero lleva sangre irlandesa. Irlanda es la tierra de la música y de la palabra, donde cantar es una pasión nacional que tiene en las tabernas populares su mejor teatro. Su Epitaph tiene la musicalidad propia de la verdadera poesía (lo que no parece estar al alcance de tanto sedicente poeta como nos zurra). Y habla en lenguaje poético; o sea, que admite más de una interpretación. Haré un intento por pasar al lenguaje corriente lo que el poeta nos quiere decir. Como cuando, ante algo difícil de explicar, alguien nos pide "dímelo con tus palabras". Y ahí va mi Epitafio:

"Lo que nos dijeron que iba a pasar, no es lo que está sucediendo. El nuestro es un presente de muerte y destrucción. Cuando todos hayamos caido, víctimas de nuestras propias ideas, no quedará nadie a quien llamar vencedor.

Nuestro destino no está determinado, el futuro se construye con las obras de los sabios. Pero el mismo conocimiento se convierte en un mal amigo, si nadie lo regula [si no se dirige hacia el bien común]. Y lo que yo veo, es que unos pocos de locos están decidiendo lo que vaya a pasar con toda la humanidad.

Sobre mi tumba escribirán una palabra: CONFUSIÓN. Y lo mismo que yo, solo, me arrastro por un sendero destrozado, si entre todos logramos arreglarlo podremos descansar y echarnos a reír. Pero me temo que el futuro me hará llorar, sí, me temo que mañana estaré llorando".

Sabias palabras. ¿A que nos suena la letra? Pues la música, como quien dice, mucho menos hermosa que la de los King Crimson, nos la dan todos los días en los telediarios, tertulias y parlamentos de este mundo (que en latín significaba "limpio").

¡Qué lío, señoras y señores! Los aparatos se quedan inservibles en un pis pas; todo el mundo buscando como loco un cargador que le pueda servir (y eso que dicen que ya son universales, sí, sí...); todos tenemos que saber de todo; los trenes no caben por sus túneles; y, menos un ser humano con cordura, aquí le hablan a uno a deshoras hasta los frigoríficos (¿o se dice "federicos"?): "pulse el uno, manténgase a la espera...".

Es lo del tango de Discépolo, que ya pega un poco de música:


A ver si entre todos hacemos un esfuerzo por arreglarlo, como quieren los King Crimson. Más meditar y menos actuar, sentido común, no vendrían mal. Por cierto que nuestro recordado Luis Eduardo Aute hizo una de las suyas sobre la de Enrique Santos Discépolo (Buenos Aires, 1901-1951): Siglo XXI, se llama.

Y hasta aquí llegó la "riá". No hay que Trabajar para el enemigo, como dicen los Siniestro Total.

JOSÉ ANTONIO PONFERRADA
FOTOGRAFÍA: LIBRERÍA NOBEL / J.A. PONFERRADA


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