Montilla vivió ayer una tarde mágica y profundamente navideña en la que la música, la tradición y la solidaridad caminaron de la mano gracias a la sexta edición de la Panderetuna, una cita ya emblemática organizada por la Tuna de Montilla que volvió a llenar de alegría y cercanía las calles más céntricas de la localidad.
Villancicos de siempre y canciones populares, reconocibles para varias generaciones, sirvieron de hilo conductor de un pasacalles que, más allá del ambiente festivo y de la inestabilidad meteorológica, volvió a mostrar el lado más generoso y humano de estas fechas.
El arranque de la Panderetuna tuvo lugar a las 18.00 de la tarde en la Plaza de La Rosa, punto de encuentro donde comenzaron a congregarse vecinos y visitantes, muchos de ellos acompañados de niños. Allí, los más pequeños recibieron panderetas para sumarse activamente a la fiesta, un gesto sencillo que ayudó a romper cualquier distancia y a convertir el recorrido en una celebración compartida desde el primer acorde.
Desde ese enclave, la comitiva avanzó por la calle Corredera y la Plazuela de la Inmaculada hasta alcanzar la puerta del Ayuntamiento de Montilla. El sonido de guitarras, bandurrias, laúdes y panderetas marcó el ritmo de un desfile en el que no faltaron las voces de los integrantes de la tuna ni las de numerosos vecinos que, casi sin darse cuenta, terminaron cantando temas tan populares como Clavelitos, Ya vienen los Reyes o Cielito Lindo. En ese trayecto, la música fue creando una atmósfera cálida y cercana, de esas que invitan a detenerse, a sonreír y a sentirse parte de algo colectivo.
Fundada en 1980, la Tuna de Montilla cuenta con una trayectoria estrechamente ligada a la historia reciente de la ciudad. Sus orígenes se remontan a las tradicionales serenatas a Nuestra Señora de la Aurora, patrona de Montilla, un legado que ha ido creciendo con el paso del tiempo hasta consolidar a la formación como una referencia en certámenes regionales y nacionales.
No en vano, a lo largo de los años ha cosechado distintos reconocimientos en categorías como Mejor Tuna, Mejor Solista o Mejor Bandera, logros que reflejan tanto el nivel musical como el compromiso de sus integrantes. En ese camino, resultó determinante el padrinazgo de la Tuna de Económicas de Málaga, cuya influencia fue clave para asentar las bases del grupo y transmitir el amor por la música a sucesivas generaciones de montillanos.
La Panderetuna, convertida ya en una tradición navideña muy esperada, no sería posible sin el respaldo institucional del Ayuntamiento de Montilla y sin la colaboración de numerosas firmas y entidades locales que, edición tras edición, se implican en la iniciativa.
En esta ocasión, el evento contó con el apoyo de Taberna Temporá, Taberna de Los Barriles, NUDE Accessories & Complements, Plus Cocinas, Free Mobile Shopping, Montilla Digital, Heladería Cafetería Galaxia, Librería y Papelería Santana, Óptica Irisol, Diki's Zapatería Infantil, Óptica Agraz, Supermercados Contreras Covirán, Sony World Sonido e Iluminación, La Tahona de San Antonio, Asociación Patitas que Sanan, El Barato, Pastelería Manuel Aguilar, La Boutique del Fuego, Maysonic y Elzo Instalaciones.
De igual modo, el pasacalles contó con la participación de varios miembros de la Tuna de Antiguos Alumnos Salesianos de Montilla, cuya presencia reforzó el carácter fraternal y colaborativo de este encuentro. Su aportación sumó matices y complicidades a una tarde en la que la música sirvió como lenguaje común y como vehículo para transmitir valores que cobran especial sentido en estas fechas.
Con esta sexta edición, la Panderetuna volvió a demostrar que la Navidad en Montilla se vive en la calle, a pie de barrio y al compás de canciones que forman parte de la memoria colectiva. Una celebración sencilla en las formas, pero cargada de alegría, que dejó claro que tradición y solidaridad pueden ir perfectamente afinadas.
Villancicos de siempre y canciones populares, reconocibles para varias generaciones, sirvieron de hilo conductor de un pasacalles que, más allá del ambiente festivo y de la inestabilidad meteorológica, volvió a mostrar el lado más generoso y humano de estas fechas.
El arranque de la Panderetuna tuvo lugar a las 18.00 de la tarde en la Plaza de La Rosa, punto de encuentro donde comenzaron a congregarse vecinos y visitantes, muchos de ellos acompañados de niños. Allí, los más pequeños recibieron panderetas para sumarse activamente a la fiesta, un gesto sencillo que ayudó a romper cualquier distancia y a convertir el recorrido en una celebración compartida desde el primer acorde.
Desde ese enclave, la comitiva avanzó por la calle Corredera y la Plazuela de la Inmaculada hasta alcanzar la puerta del Ayuntamiento de Montilla. El sonido de guitarras, bandurrias, laúdes y panderetas marcó el ritmo de un desfile en el que no faltaron las voces de los integrantes de la tuna ni las de numerosos vecinos que, casi sin darse cuenta, terminaron cantando temas tan populares como Clavelitos, Ya vienen los Reyes o Cielito Lindo. En ese trayecto, la música fue creando una atmósfera cálida y cercana, de esas que invitan a detenerse, a sonreír y a sentirse parte de algo colectivo.
Fundada en 1980, la Tuna de Montilla cuenta con una trayectoria estrechamente ligada a la historia reciente de la ciudad. Sus orígenes se remontan a las tradicionales serenatas a Nuestra Señora de la Aurora, patrona de Montilla, un legado que ha ido creciendo con el paso del tiempo hasta consolidar a la formación como una referencia en certámenes regionales y nacionales.
No en vano, a lo largo de los años ha cosechado distintos reconocimientos en categorías como Mejor Tuna, Mejor Solista o Mejor Bandera, logros que reflejan tanto el nivel musical como el compromiso de sus integrantes. En ese camino, resultó determinante el padrinazgo de la Tuna de Económicas de Málaga, cuya influencia fue clave para asentar las bases del grupo y transmitir el amor por la música a sucesivas generaciones de montillanos.
La Panderetuna, convertida ya en una tradición navideña muy esperada, no sería posible sin el respaldo institucional del Ayuntamiento de Montilla y sin la colaboración de numerosas firmas y entidades locales que, edición tras edición, se implican en la iniciativa.
En esta ocasión, el evento contó con el apoyo de Taberna Temporá, Taberna de Los Barriles, NUDE Accessories & Complements, Plus Cocinas, Free Mobile Shopping, Montilla Digital, Heladería Cafetería Galaxia, Librería y Papelería Santana, Óptica Irisol, Diki's Zapatería Infantil, Óptica Agraz, Supermercados Contreras Covirán, Sony World Sonido e Iluminación, La Tahona de San Antonio, Asociación Patitas que Sanan, El Barato, Pastelería Manuel Aguilar, La Boutique del Fuego, Maysonic y Elzo Instalaciones.
De igual modo, el pasacalles contó con la participación de varios miembros de la Tuna de Antiguos Alumnos Salesianos de Montilla, cuya presencia reforzó el carácter fraternal y colaborativo de este encuentro. Su aportación sumó matices y complicidades a una tarde en la que la música sirvió como lenguaje común y como vehículo para transmitir valores que cobran especial sentido en estas fechas.
Con esta sexta edición, la Panderetuna volvió a demostrar que la Navidad en Montilla se vive en la calle, a pie de barrio y al compás de canciones que forman parte de la memoria colectiva. Una celebración sencilla en las formas, pero cargada de alegría, que dejó claro que tradición y solidaridad pueden ir perfectamente afinadas.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR



































































