El Museo Arqueológico de Córdoba acogió este pasado domingo la conferencia La Thoracata de la calle Morería. Interés público y usurpación privada de una obra excepcional, impartida por la investigadora montillana Matilde Bugella Altamirano, licenciada en Filosofía y Letras, en la especialidad de Geografía e Historia, por la Universidad de Córdoba (UCO), además de licenciada en Derecho por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
La cita, incluida dentro del ciclo Mujer y Museo, sirvió para iluminar con nuevas perspectivas la exposición “Vitrina 0: Thoracata”, donde se muestran documentos y material gráfico sobre esta escultura romana, representada con coraza y túnica, que hoy permanece como un símbolo en mármol de la antigua Colonia Patricia Corduba.
La directora del Museo, Irene Maclino, presentó a la conferenciante montillana, subrayando la importancia de abrir espacios de reflexión sobre las piezas que custodia la institución. Y es que la Thoracata, más allá de su imponente presencia, despierta debates incómodos y necesarios: la tensión entre el interés público y la apropiación privada, la fragilidad del patrimonio frente a los caprichos de la especulación o la indiferencia del tiempo.
Durante su intervención, Bugella insistió en que “la relevancia de la pieza va más allá de su valor artístico”, y defendió que la escultura “es un símbolo que invita a reflexionar sobre la importancia de proteger adecuadamente nuestro patrimonio histórico, para garantizar que las generaciones futuras puedan conocerlo y valorarlo”.
La especialista recordó que la figura, hallada en la calle Morería de Córdoba, constituye “un testimonio excepcional de la Córdoba romana” y añadió que la Thoracata “no solo nos habla de la monumentalización de Colonia Patricia Corduba, sino también de los retos que afronta la conservación del patrimonio arqueológico y su azarosa trayectoria, hasta llegar al Museo, refleja cómo, en demasiadas ocasiones, el interés privado ha prevalecido sobre el interés general”.
Las personas asistentes a la ponencia tuvieron la oportunidad de adentrarse en ese doble recorrido: el histórico —vinculado al esplendor de la ciudad romana— y el contemporáneo —marcado por la pérdida y recuperación de piezas fundamentales para entender la memoria colectiva—.
Tras la conferencia, pudieron contemplar de cerca la escultura expuesta en la sala del Museo Arqueológico de Córdoba, un torso de casi dos metros de altura, tallado en mármol blanco, del que solo se conserva la parte comprendida entre el pecho y las rodillas. Una obra mutilada, pero aún capaz de imponer respeto y de transmitir la solemnidad de quienes la encargaron hace siglos.
Matilde Bugella Altamirano ha dedicado buena parte de su vida académica a analizar la relación entre las instituciones y el patrimonio. No en vano, su trayectoria combina estancias en universidades extranjeras, publicaciones científicas, excavaciones y un trabajo doctoral con mención internacional que le valió la calificación de cum laude.
En aquel estudio, titulado La Arqueología en Córdoba durante el siglo XX. De la Comisión Provincial de Monumentos a la Administración Autonómica (1900-1985), ya puso de relieve las tensiones, avances y contradicciones en la gestión del legado histórico.
El pasado mes de abril, la propia Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Cultura y Deporte, presentó oficialmente su investigación doctoral en forma de publicación. Un reconocimiento institucional que confirma la relevancia de sus aportaciones, al trazar un recorrido por el desarrollo de la arqueología cordobesa a lo largo del siglo pasado. Un trabajo que permite entender mejor el contexto en el que piezas como la Thoracata pasaron del anonimato o la apropiación privada a convertirse en patrimonio común.
En la actualidad, Matilde Bugella compagina su labor como asesora de formación en el Centro del Profesorado (CEP) Priego-Montilla con su labor investigadora como miembro del equipo de trabajo de Área de Arqueología de la Universidad de Córdoba, Proyecto DE IURE. De Iulios Caesar a los Reyes Católicos: análisis arqueológico de 1500 años de historia en la Mezquita Catedral de Córdoba y su entorno urbano.
La cita, incluida dentro del ciclo Mujer y Museo, sirvió para iluminar con nuevas perspectivas la exposición “Vitrina 0: Thoracata”, donde se muestran documentos y material gráfico sobre esta escultura romana, representada con coraza y túnica, que hoy permanece como un símbolo en mármol de la antigua Colonia Patricia Corduba.
La directora del Museo, Irene Maclino, presentó a la conferenciante montillana, subrayando la importancia de abrir espacios de reflexión sobre las piezas que custodia la institución. Y es que la Thoracata, más allá de su imponente presencia, despierta debates incómodos y necesarios: la tensión entre el interés público y la apropiación privada, la fragilidad del patrimonio frente a los caprichos de la especulación o la indiferencia del tiempo.
Durante su intervención, Bugella insistió en que “la relevancia de la pieza va más allá de su valor artístico”, y defendió que la escultura “es un símbolo que invita a reflexionar sobre la importancia de proteger adecuadamente nuestro patrimonio histórico, para garantizar que las generaciones futuras puedan conocerlo y valorarlo”.
La especialista recordó que la figura, hallada en la calle Morería de Córdoba, constituye “un testimonio excepcional de la Córdoba romana” y añadió que la Thoracata “no solo nos habla de la monumentalización de Colonia Patricia Corduba, sino también de los retos que afronta la conservación del patrimonio arqueológico y su azarosa trayectoria, hasta llegar al Museo, refleja cómo, en demasiadas ocasiones, el interés privado ha prevalecido sobre el interés general”.
Las personas asistentes a la ponencia tuvieron la oportunidad de adentrarse en ese doble recorrido: el histórico —vinculado al esplendor de la ciudad romana— y el contemporáneo —marcado por la pérdida y recuperación de piezas fundamentales para entender la memoria colectiva—.
Tras la conferencia, pudieron contemplar de cerca la escultura expuesta en la sala del Museo Arqueológico de Córdoba, un torso de casi dos metros de altura, tallado en mármol blanco, del que solo se conserva la parte comprendida entre el pecho y las rodillas. Una obra mutilada, pero aún capaz de imponer respeto y de transmitir la solemnidad de quienes la encargaron hace siglos.
Matilde Bugella Altamirano ha dedicado buena parte de su vida académica a analizar la relación entre las instituciones y el patrimonio. No en vano, su trayectoria combina estancias en universidades extranjeras, publicaciones científicas, excavaciones y un trabajo doctoral con mención internacional que le valió la calificación de cum laude.
En aquel estudio, titulado La Arqueología en Córdoba durante el siglo XX. De la Comisión Provincial de Monumentos a la Administración Autonómica (1900-1985), ya puso de relieve las tensiones, avances y contradicciones en la gestión del legado histórico.
El pasado mes de abril, la propia Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Cultura y Deporte, presentó oficialmente su investigación doctoral en forma de publicación. Un reconocimiento institucional que confirma la relevancia de sus aportaciones, al trazar un recorrido por el desarrollo de la arqueología cordobesa a lo largo del siglo pasado. Un trabajo que permite entender mejor el contexto en el que piezas como la Thoracata pasaron del anonimato o la apropiación privada a convertirse en patrimonio común.
En la actualidad, Matilde Bugella compagina su labor como asesora de formación en el Centro del Profesorado (CEP) Priego-Montilla con su labor investigadora como miembro del equipo de trabajo de Área de Arqueología de la Universidad de Córdoba, Proyecto DE IURE. De Iulios Caesar a los Reyes Católicos: análisis arqueológico de 1500 años de historia en la Mezquita Catedral de Córdoba y su entorno urbano.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: CARMEN BUGELLA
FOTOGRAFÍA: CARMEN BUGELLA

















































