El diputado nacional de VOX por Córdoba, José Ramírez del Río, visitó Montilla este viernes para vincular el aumento de los índices de criminalidad en el municipio a "la llegada masiva de personas procedentes de la inmigración ilegal". Una opinión que, a la luz de los datos que ofrecen el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio del Interior, no se sustenta sobre ninguna base objetivable.
En efecto, las últimas cifras proporcionadas por el INE, referidas al año 2023, revelan que el 73 por ciento del conjunto de delitos cometidos en España (291.480 de los 403.194 registrados) fueron cometidos por personas de nacionalidad española.
El balance constata, por ejemplo, que de los 1.046 homicidios que se cometieron en todo el territorio nacional durante el año 2023, el 70,6 por ciento (739) fueron cometidos por nacionales, mientras que en el caso de homicidios por imprudencia, el número de delitos cometidos por ciudadanos españoles se dispara hasta casi el 80 por ciento (411 de 520 casos registrados).
En lo que respecta a asesinatos, 134 de los 211 que se computaron hace dos años en España fueron cometidos por nacionales, al igual que el 100 por cien de las inducciones al suicidio que se juzgaron. En lo que se refiere a los delitos de lesiones, el 70,6 por ciento fue imputable a personas de nacionalidad española.
Las cifras ofrecidas por el INE, y que ratifican los balances por trimestres que ofrece el Ministerio del Interior, constatan que el porcentaje de delitos cometidos por personas extranjeras no es significativamente superior al de ciudadanos españoles. Antes al contrario, la mayoría de los delitos en España son perpetrados por personas de nacionalidad española.
De este modo, el último informe global sobre criminalidad publicado por el Ministerio del Interior, correspondiente al año 2023, certifica que tres de cada cuatro delitos fueron cometidos por ciudadanos españoles, mientras que el 25 por ciento restante involucró a extranjeros.
Aunque José Ramírez defendió en su visita a Montilla que el motivo del aumento de la criminalidad que ha experimentado el municipio –del que informó en primicia Montilla Digital– se debe a la "llegada masiva" de "inmigrantes ilegales", los datos oficiales desmienten rotundamente esta afirmación y evidencian, a juicio de numerosos autores, que "el vínculo entre delincuencia y origen nacional es una falacia utilizada para generar miedo y crispación social".
En ese sentido, desde el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) destacan que "si tenemos en cuenta que la población extranjera en España representa aproximadamente el 12 por ciento del total, podría parecer que hay una sobrerrepresentación de inmigrantes en ciertos delitos".
No obstante, los expertos subrayan que este dato "debe analizarse en su contexto" y, de hecho, "las condiciones socioeconómicas, la falta de oportunidades laborales y la situación de vulnerabilidad influyen más en la criminalidad que la nacionalidad de una persona".
Elisa García España, catedrática de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Málaga, reconoce que "es frecuente asociar inmigración con delincuencia". Sin embargo, "si en lugar de acudir a percepciones subjetivas acudimos a investigaciones científicas encontramos algo muy diferente", sostiene la especialista, que hace hincapié en que "más de un siglo de estudios indican que la tasa de de delincuencia es menor entre los nacidos en el extranjero que entre los nacidos en el país".
En efecto, los estudios criminológicos y sociológicos certifican que la pobreza, la exclusión social y la desigualdad son los verdaderos detonantes de la delincuencia, independientemente del origen de los individuos. “La relación entre delincuencia y nacionalidad es un mito recurrente que no se sostiene en la evidencia empírica. Lo que sí está demostrado es que la marginalidad y la falta de oportunidades pueden aumentar la tasa de criminalidad, algo que afecta tanto a nacionales como a extranjeros”, afirma José Luis Martínez Padilla, profesor del Grado en Criminología de la Universidad de Granada.
Además, un estudio del CIS muestra que los delitos cometidos por personas con nacionalidad distinta a la española suelen estar asociados a infracciones menores, como hurtos o delitos contra la propiedad, muchas veces impulsados por la precariedad económica en la que se encuentran. Los delitos violentos, sin embargo, tienen una incidencia más alta entre ciudadanos españoles.
Mientras Elisa García invita a "preguntarnos de dónde surge la percepción de que los inmigrantes aumentan la delincuencia en nuestras calles y con qué intereses", Ramiro Martínez, profesor asociado de la Universidad Internacional de Florida, sugiere en su estudio Inmigración y delincuencia, publicado en la Revista Española de Investigación Criminológica, que "la inmigración contemporánea no crea comunidades desorganizadas sino que sirve para estabilizar los barrios por medio de la creación de nuevas instituciones sociales y económicas".
Ya el pasado mes de julio, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, recriminó a VOX su discurso xenófobo que vincula inmigración y delincuencia. "Es un disparate colosal", aseguró el presidente del Ejecutivo autonómico, quien resaltó que "de toda la delincuencia que se ha cometido en Andalucía en el último año, solo un 7 por ciento ha sido causada por personas migrantes y, muchos de ellos, por cierto, ciudadanos europeos".
Para muchos especialistas en Sociología y Criminología, el discurso que vincula inmigración con delincuencia responde a una estrategia política basada en el miedo y en la desinformación. "El poder de la posverdad es el que condiciona las relaciones sociales y, lejos de integrar, promueve la diferencia y la desigualdad social, lo que no contribuye a la pacificación social", denuncia Elisa García.
En efecto, las últimas cifras proporcionadas por el INE, referidas al año 2023, revelan que el 73 por ciento del conjunto de delitos cometidos en España (291.480 de los 403.194 registrados) fueron cometidos por personas de nacionalidad española.
El balance constata, por ejemplo, que de los 1.046 homicidios que se cometieron en todo el territorio nacional durante el año 2023, el 70,6 por ciento (739) fueron cometidos por nacionales, mientras que en el caso de homicidios por imprudencia, el número de delitos cometidos por ciudadanos españoles se dispara hasta casi el 80 por ciento (411 de 520 casos registrados).
En lo que respecta a asesinatos, 134 de los 211 que se computaron hace dos años en España fueron cometidos por nacionales, al igual que el 100 por cien de las inducciones al suicidio que se juzgaron. En lo que se refiere a los delitos de lesiones, el 70,6 por ciento fue imputable a personas de nacionalidad española.
Las cifras ofrecidas por el INE, y que ratifican los balances por trimestres que ofrece el Ministerio del Interior, constatan que el porcentaje de delitos cometidos por personas extranjeras no es significativamente superior al de ciudadanos españoles. Antes al contrario, la mayoría de los delitos en España son perpetrados por personas de nacionalidad española.
De este modo, el último informe global sobre criminalidad publicado por el Ministerio del Interior, correspondiente al año 2023, certifica que tres de cada cuatro delitos fueron cometidos por ciudadanos españoles, mientras que el 25 por ciento restante involucró a extranjeros.
Aunque José Ramírez defendió en su visita a Montilla que el motivo del aumento de la criminalidad que ha experimentado el municipio –del que informó en primicia Montilla Digital– se debe a la "llegada masiva" de "inmigrantes ilegales", los datos oficiales desmienten rotundamente esta afirmación y evidencian, a juicio de numerosos autores, que "el vínculo entre delincuencia y origen nacional es una falacia utilizada para generar miedo y crispación social".
En ese sentido, desde el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) destacan que "si tenemos en cuenta que la población extranjera en España representa aproximadamente el 12 por ciento del total, podría parecer que hay una sobrerrepresentación de inmigrantes en ciertos delitos".
No obstante, los expertos subrayan que este dato "debe analizarse en su contexto" y, de hecho, "las condiciones socioeconómicas, la falta de oportunidades laborales y la situación de vulnerabilidad influyen más en la criminalidad que la nacionalidad de una persona".
Elisa García España, catedrática de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Málaga, reconoce que "es frecuente asociar inmigración con delincuencia". Sin embargo, "si en lugar de acudir a percepciones subjetivas acudimos a investigaciones científicas encontramos algo muy diferente", sostiene la especialista, que hace hincapié en que "más de un siglo de estudios indican que la tasa de de delincuencia es menor entre los nacidos en el extranjero que entre los nacidos en el país".
En efecto, los estudios criminológicos y sociológicos certifican que la pobreza, la exclusión social y la desigualdad son los verdaderos detonantes de la delincuencia, independientemente del origen de los individuos. “La relación entre delincuencia y nacionalidad es un mito recurrente que no se sostiene en la evidencia empírica. Lo que sí está demostrado es que la marginalidad y la falta de oportunidades pueden aumentar la tasa de criminalidad, algo que afecta tanto a nacionales como a extranjeros”, afirma José Luis Martínez Padilla, profesor del Grado en Criminología de la Universidad de Granada.
Además, un estudio del CIS muestra que los delitos cometidos por personas con nacionalidad distinta a la española suelen estar asociados a infracciones menores, como hurtos o delitos contra la propiedad, muchas veces impulsados por la precariedad económica en la que se encuentran. Los delitos violentos, sin embargo, tienen una incidencia más alta entre ciudadanos españoles.
Mientras Elisa García invita a "preguntarnos de dónde surge la percepción de que los inmigrantes aumentan la delincuencia en nuestras calles y con qué intereses", Ramiro Martínez, profesor asociado de la Universidad Internacional de Florida, sugiere en su estudio Inmigración y delincuencia, publicado en la Revista Española de Investigación Criminológica, que "la inmigración contemporánea no crea comunidades desorganizadas sino que sirve para estabilizar los barrios por medio de la creación de nuevas instituciones sociales y económicas".
Ya el pasado mes de julio, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, recriminó a VOX su discurso xenófobo que vincula inmigración y delincuencia. "Es un disparate colosal", aseguró el presidente del Ejecutivo autonómico, quien resaltó que "de toda la delincuencia que se ha cometido en Andalucía en el último año, solo un 7 por ciento ha sido causada por personas migrantes y, muchos de ellos, por cierto, ciudadanos europeos".
Para muchos especialistas en Sociología y Criminología, el discurso que vincula inmigración con delincuencia responde a una estrategia política basada en el miedo y en la desinformación. "El poder de la posverdad es el que condiciona las relaciones sociales y, lejos de integrar, promueve la diferencia y la desigualdad social, lo que no contribuye a la pacificación social", denuncia Elisa García.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: VOX
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