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Aureliano Sáinz | La respuesta de un pueblo

En algunas ocasiones he hablado del Castillo de Luna, que se encuentra en la cima de un cerro rocoso y que resulta ser el centro de la fortaleza que rodea a la antigua villa medieval extremeña de Alburquerque. La principal razón de esta insistencia, entre otras, es que Alburquerque es el pueblo en el que nací y con el que mantengo estrechos lazos que no se han debilitado con el paso del tiempo, dado que allí se encuentran algunos de mis mejores amigos.


Otra de las razones se debe a que, por mi profesión como arquitecto, soy un apasionado de la arquitectura de la Edad Media, que nace como sistema de defensa y protección de las antiguas poblaciones. No es de extrañar, pues, que cuando salgo de viaje, por nuestro país o fuera de él, uno de los temas que considero prioritario es acercarme a conocer los castillos y fortalezas que pudieran existir en los lugares visitados.


Hemos de considerar, por otro lado, tal como apuntaba mi amigo Edward Cooper, el gran hispanista británico especializado en las fortalezas del reino de Castilla, que estas construcciones son verdaderos documentos históricos que hemos recibido como un legado que nos habla de la vida de las gentes, de sus conflictos, de las luchas a las que fueron sometidas por parte de los poderosos, de sus formas de supervivencia, etcétera.

Y en el caso del Castillo de Luna, conviene apuntar que hace casi un siglo, en 1932, fue declarado Monumento Nacional, al igual que sus murallas unos años más tarde. Nos encontramos, pues, con un Bien de Interés Cultural que en la actualidad pertenece a la Junta de Extremadura, como propietaria de la fortaleza.


Sin embargo, suele suceder que la obligación de conservación y restauración de estos bienes patrimoniales, tal como se indica en la normativa que los regula, no se cumple, por lo que, como acontece con muchos castillos de las tierras hispanas, entran en un proceso de paulatino deterioro que los puede llevar al estado de semirruina o de ruina.

Así, después una lucha que algo más de una década atrás llevamos a cabo las asociaciones en defensa del patrimonio contra la conversión del castillo en una hospedería de lujo, lo que implicaba graves alteraciones de la fisionomía, ahora nos encontramos con una desatención que ha dado lugar a múltiples y graves deterioros, entre los que se encuentran desprendimientos piedras de las torres y las murallas, lo que ha creado un estado un estado miedo y de alerta en la población.


Esta es la razón por la que hace unos meses se inició la campaña S.O.S. ¡Salvemos el Castillo de Luna!, de la que hablé en un artículo anterior. De este modo, y después de varias acciones previas, dentro del Colectivo Cultural Tres Castillos nos planteamos promover una concentración en el centro del pueblo y alrededor de la escultura que tiene por título el Caballero Medieval.

Nos volcamos en la preparación, siendo conscientes de que si no teníamos una respuesta amplia por parte del pueblo difícilmente podríamos llevar adelante otras acciones de presión más contundentes ante la Junta de Extremadura para que finalmente atendiera a nuestra demanda.

En mi caso, me sentía optimista, dado que una de las actividades previas fue la de diseñar el logotipo de la campaña y encargar en una empresa de Córdoba su impresión en camisetas negras que portarían aquellas personas a las que les interesaba tenerlas y llevarlas puestas. La demanda había sido muy amplia, lo que era señal de que el viernes 18 de octubre, cuando comenzaba a anochecer, nos veríamos con un buen número de participantes en la concentración.


Al final, la asistencia superó las previsiones más optimistas, dado que fueron cientos los que arroparon las distintas intervenciones que se llevaron a cabo. Aunque esta cifra puede parecer poco significativa, hemos de tener en cuenta que había que romper el miedo a manifestarse; miedo insuflado, tiempo atrás, por parte de un alcalde que, con métodos que podrían considerarse caciquiles y coactivos, con los que tenía controlada y atemorizada a gran parte de la población, había logrado, de esta forma, mantenerse en el cargo durante más de dos décadas.

La respuesta del pueblo, tal como indico, fue enormemente favorable, lo que conllevó a que el acto de la concentración fuese recogido y difundido por distintos medios de comunicación, tanto regionales como nacionales. Esto ha supuesto un gran aliciente para quienes llevamos adelante la campaña en defensa de la mejor fortaleza medieval de Extremadura, ya que, por experiencia, sabemos que estas luchas reivindicativas son largas y agotadoras.

AURELIANO SÁINZ
FOTOGRAFÍAS: FRANCIS NEGRETE / A.E. AMIGOS CASTILLOS

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