El Santo Cristo de Zacatecas, la singular imagen que llegó a Montilla en 1576 de la mano de Andrés de Mesa y que está considerada como uno de los mejores exponentes de la imaginería "novohispana", sigue deparando sorpresas pese a atesorar más de cuatro siglos de historia.
El historiador montillano Antonio Luis Jiménez Barranco, uno de los mayores especialistas en esta escultura construida en madera de colorín, cañeja del maíz y papel amate, ha localizado en la Biblioteca Nacional un manuscrito del siglo XVII que reafirma la vinculación del crucificado con Hernán Cortés, principal artífice de la denominada "conquista de México", entre 1519 y 1526.
El documento, fechado en Montilla el 29 de octubre de 1695, ofrece información sobre la "hidalguía y limpieza de sangre" de Inés María Cortés de Mesa, a instancia de su marido, Luis de Cárdenas y Eslava, vecino de la localidad sevillana de Écija.
"Para realizar la genealogía de Inés María Cortés de Mesa, su esposo solicita al corregidor de Montilla, máxima autoridad civil y judicial en la época, la realización de un proceso informativo en el que varios testigos declaran sobre los orígenes familiares de la mujer, que era hija natural de Andrés Cortés de Mesa", detalla Antonio Luis Jiménez.
El expediente genealógico está siendo objeto de un trabajo de investigación más profundo por parte del historiador montillano, ya que se trata de un corpus de 82 páginas que contiene otra documentación relativa al linaje Cortés de Mesa. Con todo, Jiménez Barranco ha hecho hincapié en la importancia del manuscrito, por cuanto representa, hasta ahora, "el único testimonio documental que afirma fehacientemente el parentesco directo de Francisca Cortés con el conquistador de México".
Tal afirmación es certificada, además, por las más altas autoridades locales, civiles, judiciales, religiosas e inquisitoriales que forman parte del proceso, junto a otros vecinos de edades comprendidas entre los 58 y los 84 años, lo que, a juicio de Antonio Luis Jiménez, "supone un refrendo institucional y moral a todo el procedimiento que detalla el documento".
En efecto, el manuscrito que localizó en plena pandemia y ahora estudia Antonio Luis Jiménez confirma que Francisca Cortés, esposa de Andrés de Mesa, "fue, por línea recta, nieta del señor Hernán Cortés", tal y como declaran varios testigos del proceso, entre los que destacan Baltasar Enríquez y Arana, abogado de la Real Chancillería de Granada, además de alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición de Córdoba y regidor de Montilla.
Junto al anterior, también intervienen en el procedimiento Antonio de Aguayo y Aguilar, comisario del Santo Oficio y vicario de las iglesias de Montilla, y el presbítero Antonio de Toro, quien aseguró "haber oído decir a muchas personas ancianas y noticiosas" la relación directa de parentesco entre Francisca Cortés y Hernán Cortés.
Así lo constata también Jerónimo de la Fuente, contador mayor de la Casa y Estado del marqués de Priego y duque de Feria, además de alférez mayor del Cabildo de Montilla, que rememora en el procedimiento que Andrés de Mesa y Francisca Cortés “vinieron de las Indias y trajeron una imagen de un Santo Christo Cruzificado, que está en la Iglesia de la Vera Cruz de esta Ciudad y llaman la imagen de los Corteses y la dicha familia la ha sacado siempre en las procesiones de Jueves Santo".
En efecto, el Santo Cristo de Zacatecas, que en la actualidad recibe culto en la Parroquia de Santiago Apóstol, fue donado a la Cofradía de la Santa Vera Cruz por el montillano Andrés de Mesa y por su esposa en 1576 y, en ese momento, pasó a presidir el altar mayor de la desaparecida ermita de la Vera Cruz, uno de los templos más antiguos de Montilla, ubicado en la cumbre de la conocida hoy como Cuesta del Silencio, junto al Colegio Salesiano y la muralla de poniente del castillo donde nació El Gran Capitán en 1453.
La imagen, de tamaño superior al natural, preside la estación de penitencia de la Vera Cruz cada Martes Santo junto a la Virgen del Socorro aunque, en su origen, tal y como detalla el manuscrito localizado por Jiménez Barranco, salía en procesión el Jueves Santo.
"Todos los testimonios fueron validados por parte del corregidor de Montilla, que actuó como juez del proceso informativo, mientras que Juan Manuel Talero, escribano público, levantó el acta notarial", detalla el investigador, quien aclara que el proceso informativo o "de limpieza de sangre" que se abrió para probar la "hidalguía" de los orígenes de Inés María Cortés de Mesa era "imprescindible ante cualquier tipo de trámite para aspirar a alguna prebenda real durante el Antiguo Régimen en la Monarquía Hispánica".
El documento que ha recuperado ahora Antonio Luis Jiménez representa, por tanto, una nueva e interesante aportación a la historia de la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz y un testimonio fundamental sobre el patronazgo que la familia Cortés de Mesa ejerció sobre la imagen del Santo Cristo de Zacatecas que, en octubre de 2021, protagonizó la exposición Tornaviaje. Arte iberoamericano en España, inaugurada por el Rey Felipe VI en el Museo de El Prado.
El historiador montillano Antonio Luis Jiménez Barranco, uno de los mayores especialistas en esta escultura construida en madera de colorín, cañeja del maíz y papel amate, ha localizado en la Biblioteca Nacional un manuscrito del siglo XVII que reafirma la vinculación del crucificado con Hernán Cortés, principal artífice de la denominada "conquista de México", entre 1519 y 1526.
El documento, fechado en Montilla el 29 de octubre de 1695, ofrece información sobre la "hidalguía y limpieza de sangre" de Inés María Cortés de Mesa, a instancia de su marido, Luis de Cárdenas y Eslava, vecino de la localidad sevillana de Écija.
"Para realizar la genealogía de Inés María Cortés de Mesa, su esposo solicita al corregidor de Montilla, máxima autoridad civil y judicial en la época, la realización de un proceso informativo en el que varios testigos declaran sobre los orígenes familiares de la mujer, que era hija natural de Andrés Cortés de Mesa", detalla Antonio Luis Jiménez.
El expediente genealógico está siendo objeto de un trabajo de investigación más profundo por parte del historiador montillano, ya que se trata de un corpus de 82 páginas que contiene otra documentación relativa al linaje Cortés de Mesa. Con todo, Jiménez Barranco ha hecho hincapié en la importancia del manuscrito, por cuanto representa, hasta ahora, "el único testimonio documental que afirma fehacientemente el parentesco directo de Francisca Cortés con el conquistador de México".
Tal afirmación es certificada, además, por las más altas autoridades locales, civiles, judiciales, religiosas e inquisitoriales que forman parte del proceso, junto a otros vecinos de edades comprendidas entre los 58 y los 84 años, lo que, a juicio de Antonio Luis Jiménez, "supone un refrendo institucional y moral a todo el procedimiento que detalla el documento".
En efecto, el manuscrito que localizó en plena pandemia y ahora estudia Antonio Luis Jiménez confirma que Francisca Cortés, esposa de Andrés de Mesa, "fue, por línea recta, nieta del señor Hernán Cortés", tal y como declaran varios testigos del proceso, entre los que destacan Baltasar Enríquez y Arana, abogado de la Real Chancillería de Granada, además de alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición de Córdoba y regidor de Montilla.
Junto al anterior, también intervienen en el procedimiento Antonio de Aguayo y Aguilar, comisario del Santo Oficio y vicario de las iglesias de Montilla, y el presbítero Antonio de Toro, quien aseguró "haber oído decir a muchas personas ancianas y noticiosas" la relación directa de parentesco entre Francisca Cortés y Hernán Cortés.
Así lo constata también Jerónimo de la Fuente, contador mayor de la Casa y Estado del marqués de Priego y duque de Feria, además de alférez mayor del Cabildo de Montilla, que rememora en el procedimiento que Andrés de Mesa y Francisca Cortés “vinieron de las Indias y trajeron una imagen de un Santo Christo Cruzificado, que está en la Iglesia de la Vera Cruz de esta Ciudad y llaman la imagen de los Corteses y la dicha familia la ha sacado siempre en las procesiones de Jueves Santo".
En efecto, el Santo Cristo de Zacatecas, que en la actualidad recibe culto en la Parroquia de Santiago Apóstol, fue donado a la Cofradía de la Santa Vera Cruz por el montillano Andrés de Mesa y por su esposa en 1576 y, en ese momento, pasó a presidir el altar mayor de la desaparecida ermita de la Vera Cruz, uno de los templos más antiguos de Montilla, ubicado en la cumbre de la conocida hoy como Cuesta del Silencio, junto al Colegio Salesiano y la muralla de poniente del castillo donde nació El Gran Capitán en 1453.
La imagen, de tamaño superior al natural, preside la estación de penitencia de la Vera Cruz cada Martes Santo junto a la Virgen del Socorro aunque, en su origen, tal y como detalla el manuscrito localizado por Jiménez Barranco, salía en procesión el Jueves Santo.
"Todos los testimonios fueron validados por parte del corregidor de Montilla, que actuó como juez del proceso informativo, mientras que Juan Manuel Talero, escribano público, levantó el acta notarial", detalla el investigador, quien aclara que el proceso informativo o "de limpieza de sangre" que se abrió para probar la "hidalguía" de los orígenes de Inés María Cortés de Mesa era "imprescindible ante cualquier tipo de trámite para aspirar a alguna prebenda real durante el Antiguo Régimen en la Monarquía Hispánica".
El documento que ha recuperado ahora Antonio Luis Jiménez representa, por tanto, una nueva e interesante aportación a la historia de la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz y un testimonio fundamental sobre el patronazgo que la familia Cortés de Mesa ejerció sobre la imagen del Santo Cristo de Zacatecas que, en octubre de 2021, protagonizó la exposición Tornaviaje. Arte iberoamericano en España, inaugurada por el Rey Felipe VI en el Museo de El Prado.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
