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El vino y el jazz se dan la mano en Montilla

El vino y el jazz se han dado la mano este fin de semana en Montilla gracias a la sexta edición del Montijazz Vendimia, un evento que, en su primer fin de semana, ha invitado al público a disfrutar de dos conciertos que tuvieron por escenario uno de esos templos de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles.


Ariel Brínguez cerró las primeras actuaciones del festival organizado por la Asociación Cultural Jazz Amontillado, rindiendo homenaje a su Cuba natal. Su capacidad para trasmitir el mensaje musical más tradicional de la isla caribeña emocionó al público que abarrotó Bodegas Alvear.

El saxofonista cubano rindió con sus arreglos el mejor de los tributos a artistas como Bola de Nieve o Cachaíto López, extendiendo sus temas a las concepciones jazzísticas más actuales. “Es un homenaje íntimo a mis raíces musicales, que no tiene nada que vez con la Cuba brillante y de júbilo más conocida, sino con los conceptos más íntimos con los que mi música ha ido creciendo”, afirmó Brínguez.

El viernes, moviéndose con libertad en la frontera entre el jazz y el flamenco, Gautama del Campo cerró la primera jornada del festival, presentando su primer disco, Salvaje moderado, en el que bordea con maestría las líneas más ortodoxas de este estilo, con la libertad que ofrece el jazz, planteando una actuación plena de energía en la que galopa entre bulerías y soleares.

“Se trata de expresar mi perspectiva camaleónica de la música, con el máximo respeto”, apuntó Gautama. “Tanto en el flamenco como en el jazz se puede encontrar llanto, duende, feeling y tantos otros sentimientos que han estado presentes en todas las sociedades durante siglos”, consideró el saxofonista sevillano.

Una de las sorpresas más agradables del Montijazz Vendimia 2022 ha sido la actuación del trío liderado por María Parra. En su primera visita a Andalucía con este formato, la pianista madrileña propuso al auditorio un emocionante viaje en el que su formación clásica deja paso a la libertad que ofrece el jazz. “Quiero transmitir que la música puede abrazar todo lo que es contemporáneo, a la vez que tradicional, y el jazz engloba muchos lenguajes que permiten más comodidad a la hora de mostrarlo”, señaló Parra.


La banda Tumbando a Monk fue la encargada de abrir el festival. El sexteto gaditano liderado por el pianista Javier Galiana aportó su particular visión latina de la música del gran pianista Thelonious Monk. Sin duda, sus arreglos aportan frescura a las composiciones de uno de los grandes arquitectos del jazz.

“Es una música que se presta mucho a la travesura pero a la que hay que mostrar mucho respeto al mismo tiempo”, consideró el pianista gaditano. Aún así, insistió en que Tumbando a Monk se siente “plenamente identificado” con la concepción musical del pianista estadounidense, “al que siempre hay que tener presente cuando se habla de jazz”.

Los integrantes de la Asociación Cultural Jazz Amontillado cerraron el primer fin de semana del festival “con grandes sensaciones tras cuatro conciertos espectaculares, en los que jazz y vino vuelven a ir de la mano”, según defendió su presidente, José Alfonso Bellido.

El próximo sábado, las instalaciones de la cooperativa agrícola La Unión abrirán sus puertas para acoger el swing de la banda sevillana The DixieLab, que clausurará el festival después de una larga jornada dedica al baile de este estilo musical con sesiones formativas de talleres y un encuentro de baile.

REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
REPORTAJE GRÁFICO: RAFA J.J.
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