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Pepe Cantillo | Cotilleo digital

Abro el ordenador para dar un repaso general a la situación sanitaria, social y política de nuestro país a través de la prensa. Y me encuentro de sopetón con una notica que pica mi curiosidad. Cito textualmente un titular cargado de alarma y que no tengo idea de qué va: Media España, reventada y asqueada con la final y con razón: ganó la injusticia.


Entro en la noticia todo mosqueado y me encuentro con una de Jaimito. “Tongo, injusticia, violencia vicaria en la final de “Supervivientes”. ¡Acabáramos…! A la cita anterior hay que añadir otro titular que da pista sobre parte del citado asunto: Críticas a Telecinco por “perpetrar la violencia vicaria” sobre Rocío Carrasco en 'Supervivientes'. Resumiendo y simplificando mucho, la violencia vicaria se puede dar cuando una persona ataca a otra con el objetivo de causar dolor a terceros. ¡Estupendo!

Confieso mi ignorancia. Nunca he visto programas de este tipo pero parece que deben estar muy enraizados en “media parte” del total de habitantes de nuestro país. La otra media a saber en qué estaremos metidos para ignorar situaciones y acontecimientos de tan hondo calado, como el citado, que parece están cometiendo una injusticia a cara descubierta.

Sigo con otros chismorreos que supongo más serios. Quiero pensar que el rebrote de la pandemia, en su quinta ola, debe tener en vilo al otro resto de la ciudadanía ante la injusticia citada. Para ambos supongo que el gran problema son las vacaciones, la playa, salir de la asfixia sanitaria... Claro que en el país de nunca jamás, llamado “Apaña”, se puede esperar de todo.

Nos prometíamos un verano relajado para poder disfrutar por unos días de la playa, o de la montaña, o de una casita en el campo; quizás, haciendo un esfuerzo económico, hasta saliendo a ver cualquier rincón de esta tierra rica en múltiples lugares tanto naturales como artísticos, dado que ante el boicot vírico desde otros países, dichos rincones se estén ofreciendo a precios más ajustados. ¡Oh dolor! También nuestro país está en vilo por dichas circunstancias.

Otro titular nos recuerda que la tormenta perfecta de la energía golpea el bolsillo de los consumidores. Y, mientras tanto, la electricidad sigue jugando al “veo veo” por la subida de precios y acompañada al final de la semana pasada del corte de fluido incluido. Toca jugar con el horario para lavar o planchar al menor gasto posible.

El atraco es serio para la sufrida economía popular y, por supuesto, nadie da explicación convincente del por qué de dicho desmadre. Y aunque se dignaran a dar explicaciones, de poco valdrían si, a la postre, paga el sufrido contribuyente. Eso es lo que nos han dicho. A estas alturas dudamos hasta de la propia sombra.

En el terreno climatológico, las altas temperaturas hacen aun más insoportable el verano. El bochornoso calor nos achicharra en buena parte del país. El domingo pasado los termómetros marcaron temperaturas altas en gran parte del territorio. Estamos hablando de una media de 40 grados en gran parte del interior del país.

Entremos en la parcela de fondo. El sector sanitario, además de estar muy cansado, se siente frustrado porque no ven la salida a la situación vírica. Ya el domingo pasado avisaban de que nos enfrentamos a una semana clave para la evolución sanitaria, en un sentido u otro, de la quinta ola, con la presión hospitalaria en aumento.

Por ejemplo, crece la presión hospitalaria porque siguen en aumento, pese a las vacunas, los nuevos casos de infección. Una referencia puede ser Andalucía, donde se avisa de un posible cerrojazo a partir de este jueves. La razón es muy simple: siguen en aumento, pese a las vacunas, los nuevos casos de contagio.

Para muestra un botón. Los últimos muertos en la Comunidad Valenciana parece ser que son de personal joven que, en su momento, se negó a vacunarse. Añadamos que, a partir de esta semana, la venta de alcohol –entiéndase bares– se cerrarán a las 22.00 horas con toque de queda desde el 26 de julio al 16 de agosto. La orden afectará a 77 municipios.

Otras comunidades van a la trágala, expresión coloquialmente entendida como “hecho por el que se obliga a alguien a aceptar o soportar algo a la fuerza”. Los ingresos en los hospitales de Cataluña siguen al alza, tanto en planta como en las UCI. En estas últimas dichos ingresos se multiplican casi por cinco a lo largo del mes. Mal asunto.

Por desgracia, como no podía ser de otra manera, dadas las altas temperaturas que soportamos y contando con algún kamikaze “distraído”, los incendios forestales parecía que tardaban en llegar, tanto que nos lo prometíamos muy felices. Por desgracia no fue así. La lluvia del lunes ha mitigado parte de la catástrofe. No está el horno para bollos, pero es lo que hay.

Otro comadreo (“contar algo con indiscreción o malicia”) visto desde distintos perfiles es el desplazamiento del presidente del Gobierno que marchó a hacer una turné por EEUU, labor más bien propia de un Ministerio de Economía, por ejemplo. La cara de placer que ofrece en una de las entrevistas (nada oficiales) es un fiel retrato de un ególatra total.

La visita a EEUU ha causado más reacciones por el físico del presidente que por las propuestas y acuerdos. Habrá que esperar para comprobar los resultados. Para que luego digan las malas lenguas que los españoles somos más feos que Picio.

Bueno, al menos alguien se lo puede estar pasando bien dentro de tanto guirigay. La referencia me atrevo a hacerla porque ha dejado muy claro que “quien se mete con él se está metiendo con España”. Hay que tener los cojones muy bien puestos para personalizar de esa manera. Y viva España… dice la canción.

Esto último sí que es un chisme coloquial, que se entiende como “una noticia verdadera o falsa, o comentario con que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna”. Los patios de vecinos, de otros momentos, eran magníficas fábricas de dimes y diretes propensos para cortar un traje a quien se pusiera a tiro.

El titular siguiente es de un blog de El Confidencial: Los delitos de odio a la naturaleza van cada vez a más. Por favor, ni tanto ni tan calvo. Es posible que estén aumentando, es posible que debamos replantearnos nuestra relación con el medio ambiente, es posible que… La lista de desacatos podría ser larga pero de eso a proclamar “odio a la naturaleza” hay un gran trecho.

Parece que mientras la conciencia ecológica aumenta en todo el mundo, en nuestro país siguen creciendo las agresiones al medio ambiente. No me lo creo. Es verdad que solemos sufrir cada verano incendios, que hay por desgracia caza ilegal, que el envenenamiento de animales parece no acabar. Ahora bien, de eso a hablar de “odio a la naturaleza” hay un gran trecho.

Dos detalles-noticias llamativas. Brigitte Vasallo, que no sé quién es, dice que: “Belén Esteban es una de las mejores comunicadoras del país”. Debe serlo cuando gana lo que gana y después de algún tiempo sigue en activo. En este caso, ni me importa ni creo que sea así, pero su terreno sí que reboza rumores. Tampoco sé mucho del tema. Ignorancia.

Entre tanto revuelo, cierro con una notica que, en principio, alegra (¿debería?) si la aislamos del terreno político. “Madrid entra en la lista de Patrimonio de la Unesco con El Paseo del Prado y El Retiro”. Bueno, pues nuestro tesoro de Patrimonio es bastante amplio y llena de satisfacción tanto el saberlo como el poder verlo.

PEPE CANTILLO
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