El artista y profesor Juan Charro, colaborador del programa Gente de Andalucía de Canal Sur Radio –que se emite sábados y domingos de 11.00 a 14.00 de la tarde–, dedicará hoy su sección a analizar la obra La Muerte de Lucano de José Garnelo y Alda, una de las obras más importantes del pintor montillano y con la que obtuvo una medalla de segunda clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1887, cuando contaba con 20 años.
A punto de cumplirse tres años de que finalizara su restauración por parte del Museo del Prado, el trabajo realizado por los técnicos del museo nacional permitieron redescubrir algunos detalles que permanecían escondidos en este enorme lienzo concebido por el que fuera subdirector de la principal pinacoteca de España entre 1915 y 1918.
Detalles que, según adelantó el artista Juan Charro en su blog, serán analizados hoy en su sección del programa de Canal Sur Radio. Una temática que, como señaló el profesor de Arte, surge a propuesta de un oyente del programa, el comisario y promotor artístico montillano Manuel Portero.
La Muerte de Lucano, que se expone en una de las salas altas del Museo Garnelo de Montilla, ubicado en la Casa de las Aguas, es la segunda obra de Garnelo y Alda restaurada en el Museo Nacional del Prado. Una actuación que contó con un presupuesto de 42.000 euros, financiado conjuntamente por el propio Consistorio –con una aportación de 18.000 euros– y por la pinacoteca madrileña que, para ello, recibió la ayuda de la Fundación Iberdrola España.
Gracias a la limpieza realizada entonces, la obra recuperó todos los valores originales. Así, se recuperó la representación del espacio y cada figura adquirió su significado, sobre todo aquellas que están en el segundo término y apenas se podían reconocer.
Con la limpieza también se hicieron visibles detalles que sirven para comprender la escena, como las gotas de sangre que hay en el borde de la bañera, que hablan del suicidio del poeta cordobés Marco Anneo Lucano después de haber sido acusado de participar en la conjura de Pisón. También, el pergamino del ángulo inferior derecho, cuyo texto estaba oculto por repintes. Ahora se pueden leer las primeras letras de Pharsalia, la epopeya escrita por Lucano en el año 61 de nuestra era.
A punto de cumplirse tres años de que finalizara su restauración por parte del Museo del Prado, el trabajo realizado por los técnicos del museo nacional permitieron redescubrir algunos detalles que permanecían escondidos en este enorme lienzo concebido por el que fuera subdirector de la principal pinacoteca de España entre 1915 y 1918.
Detalles que, según adelantó el artista Juan Charro en su blog, serán analizados hoy en su sección del programa de Canal Sur Radio. Una temática que, como señaló el profesor de Arte, surge a propuesta de un oyente del programa, el comisario y promotor artístico montillano Manuel Portero.
La Muerte de Lucano, que se expone en una de las salas altas del Museo Garnelo de Montilla, ubicado en la Casa de las Aguas, es la segunda obra de Garnelo y Alda restaurada en el Museo Nacional del Prado. Una actuación que contó con un presupuesto de 42.000 euros, financiado conjuntamente por el propio Consistorio –con una aportación de 18.000 euros– y por la pinacoteca madrileña que, para ello, recibió la ayuda de la Fundación Iberdrola España.
Gracias a la limpieza realizada entonces, la obra recuperó todos los valores originales. Así, se recuperó la representación del espacio y cada figura adquirió su significado, sobre todo aquellas que están en el segundo término y apenas se podían reconocer.
Con la limpieza también se hicieron visibles detalles que sirven para comprender la escena, como las gotas de sangre que hay en el borde de la bañera, que hablan del suicidio del poeta cordobés Marco Anneo Lucano después de haber sido acusado de participar en la conjura de Pisón. También, el pergamino del ángulo inferior derecho, cuyo texto estaba oculto por repintes. Ahora se pueden leer las primeras letras de Pharsalia, la epopeya escrita por Lucano en el año 61 de nuestra era.
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: J.P. BELLIDO
FOTOGRAFÍA: J.P. BELLIDO
