La iglesia de San Agustín volvió a abrir sus puertas durante toda la jornada de ayer a instancias de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores. Tras el singular Viernes de Dolores que concentró en el templo de la calle Ancha a decenas de fieles y devotos, la iglesia recobró ayer el protagonismo para venerar al Santísimo Cristo del Perdón, un hermoso crucificado atribuido al retablista Cristóbal de Guadix que, durante años, presidió su estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo bajo la advocación de la Misericordia.
Con el objetivo de respetar escrupulosamente las normas de seguridad impuestas por las autoridades sanitarias, la cofradía del Nazareno instaló un espectacular altar de cultos que pudo ser visitado entre las 11.00 de la mañana y las 14.00 de la tarde y, posteriormente, entre las 16.00 y las 20.00 de la tarde, momento en que comenzó la eucaristía para los hermanos de la corporación, fundada en 1590 y radicada en la iglesia conventual de San Agustín.
Con el objetivo de respetar escrupulosamente las normas de seguridad impuestas por las autoridades sanitarias, la cofradía del Nazareno instaló un espectacular altar de cultos que pudo ser visitado entre las 11.00 de la mañana y las 14.00 de la tarde y, posteriormente, entre las 16.00 y las 20.00 de la tarde, momento en que comenzó la eucaristía para los hermanos de la corporación, fundada en 1590 y radicada en la iglesia conventual de San Agustín.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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