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María Jesús Sánchez | Enhorabuena

Que tu niño es el mejor; que tiene derecho a levantarse de la mesa tal cual come sin tener que recoger nada; que él no tiene la obligación de hacer la cama ni de limpiar su cuarto, que para eso está su hermana… Que tiene derecho a tener mal carácter, como hombre que es, y a que se le aguante el mal genio. Que él pueda decir lo que se le pase por la cabeza sin ningún tipo de filtro, aunque sea hiriente el comentario que va a vomitar…



Que tiene derecho a encontrar una mujer que lo cuide, que no lo abandone, que le cocine, le planche y lo satisfaga para que él tenga cubiertas todas sus necesidades y no tenga que buscar nada fuera –aunque, por otro lado, sería entendible que lo hiciera "porque un hombre tiene su necesidades"; las mujeres no, que para eso somos de palo–.

Pues ¡enhorabuena! Ahí lo tienes, en tu casa o en la cárcel, al monstruo que has creado. ¿A ti te parece perfecto? Pues todo para ti. Ya hace tiempo que los curas no dicen que la esposa deba ser la esclava. Que a lo mejor durante un tiempo se topó con una chica buena que creía que el amor todo lo aguantaba, vale. Y que llegó un día en que ella ya no puedo más con su egoísmo, porque ningún gesto de él la tenía en cuenta, también. Y que ahora te da mucha penita porque tu niño está solo...

Pero, ¿quién lo va aguantar? Hechos son amores y no buenas razones. El amor es dar, es cuidar, es empatizar con el sufrimiento y la alegría del otro. Es generosidad y tu niño solo es capaz de quererse a sí mismo como un príncipe que tiene derecho a todo. Y es más: estoy segura de que tampoco él es capaz de aguantarse. Sus palabras solo destilan amargura en forma de órdenes.

Pues ahí lo tienes, quédatelo.

Que tu exnuera es muy mala porque lo ha dejado después de sufrirlo diez años... No te quejes. Durante ese tiempo te lo quitó de encima y le gritó a otra. Vale que a ti te han educado así y que crees que es lo correcto. Escupes sobre ti cuando dices que los hombres son más nobles que las mujeres. ¿Tú no eres noble? ¿O no te consideras mujer? Tu hijo sí es muy noble... por los cojones.

Pena que sigas ciega y sigas defendiéndole y dándole carta blanca para que no cambie y siga siendo un desgraciado. Desgraciado, sí, porque creías que eso era cuidar o proteger, pero lo has hecho dependiente de todo el mundo. No le has dado armas para llevar su propia vida sin necesidad de nadie y le has permitido ser insociable. Y las mujeres van aprendiendo que el que bien te quiere, no te hace llorar.

Si yo fuera valiente enviaría esta carta a su destinataria. Pero, ¿para qué? Nunca la entendería...

MARÍA JESÚS SÁNCHEZ
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