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La vendimia se generaliza en Montilla-Moriles con la recolección de la variedad de uva Pedro Ximénez

Tras la recolección de las variedades sauvignon blanc, moscatel y chardonnay –ideales para la elaboración de vinos blancos jóvenes sin crianza– y la cosecha de tintas –amparadas por el indicativo Vinos de la Tierra de Córdoba–, la zona Montilla-Moriles se afana desde ayer, y de manera prácticamente generalizada, en la vendimia de la uva Pedro Ximénez, la variedad autóctona del marco vitivinícola cordobés.



Las tolvas de la cooperativa La Unión, la entidad que desarrolla la mayor vendimia de toda Andalucía, comenzaron ayer a procesar los racimos recolectados durante una jornada marcada por el descenso de las temperaturas, que alivió el calor que soportan los viticultores en los viñedos de la Campiña cordobesa.

Con todo, el porcentaje de uva recolectada en horas muy tempranas es mayor cada año, lo que permite que la entrada del fruto en el lagar se registre a horas en las que el calor se acusa menos, asegurando así la máxima calidad de la cosecha. Y es que los aromas primarios de la uva –aquellos que permiten identificar la variedad mediante el olfato y el gusto– se mantienen exclusivamente a temperaturas bajas, de manera que resulta fundamental para conservarlos en óptimas condiciones que el mosto fermente por debajo de los 21 grados centígrados.

De este modo, al objeto de mejorar la calidad de los vinos que se elaboren a partir de la presente campaña, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles recomienda a los viticultores "cortar la uva que se pueda molturar en el día, preferentemente por la mañana, cuidándola durante el transporte al lagar". Con esta medida se pretenden evitar las fermentaciones anticipadas en las lonas utilizadas para el transporte del fruto, así como la aparición de levaduras no aptas, que actuarían en detrimento de la calidad de los vinos.

Como en años anteriores, el Consejo Regulador también ha instado a los viticultores a realizar dos cortas, dejando el tiempo necesario entre la primera recolecta de uva mayor y la segunda, con objeto de que el cencerrón madure de manera óptima. Del mismo modo, los productores deberán desinfectar diariamente los vehículos, cajas y lonas que entren en contacto con el fruto, para lo que las bodegas deberán poner a disposición de viticultores y transportistas agua abundante para estos fines.

Además de exigir una graduación mínima en la uva mayor y en el cencerrón de la variedad Pedro Ximénez con destino a la elaboración de vinos generosos y dulces, el máximo órgano de control de los caldos cordobeses insta todos los años a lagares, bodegas y cooperativas a separar el mosto yema del mosto color, al objeto de mejorar la calidad y corregir los excedentes de producción. En ese sentido, el servicio de Inspección del Consejo suele comprobar mediante aforos esta separación por calidades.

"Este año no ha habido modificaciones sustanciales de las normas de vendimia con respecto a campañas anteriores, porque ya están muy rodadas y, año a año, únicamente incorporamos pequeños matices", declaró a Montilla Digital el gerente del Consejo Regulador, Enrique Garrido, quien confirmó que una de las novedades que se incluyen en el pliego de condiciones atañe al proceso de elaboración del vino dulce Pedro Ximénez, siguiendo las recomendaciones que trasladó hace seis meses el Servicio de Inspección de la Junta de Andalucía.

El Consejo Regulador destaca la calidad del fruto

"Las elevadas temperaturas han mitigado los efectos que hubieran provocado las plagas y enfermedades sobre el viñedo, de modo que la calidad de la uva es muy buena". Así de rotundo se manifestó el gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, Enrique Garrido, quien no obstante reconoció que se han registrado algunos problemas puntuales de deshidratación prematura de la uva –lo que en la zona se conoce como "alechigado"–, como consecuencia de las condiciones de "extrema temperatura" que se han dejado notar en la zona. "Pero en absoluto este problema ha estado generalizado en el marco sino que se ha concentrado en algunos pagos", puntualizó Garrido.

De hecho, tanto las cooperativas como las bodegas de la zona Montilla-Moriles previeron al inicio de la vendimia un periodo concreto para recibir y procesar la uva que no estaba en las mejores condiciones y que, habitualmente, se destina a otros subproductos. "Esta medida permite desarrollar el resto de la campaña con normalidad y con un fruto de la máxima calidad", aclaró el gerente del Consejo Regulador.

J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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