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Postraos ante S.M. Rey Original

Como una pequeña voz, algo similar a un eco que se puede distinguir a lo lejos, se ha podido leer con cierto disgusto y espasmo una de las noticias más perturbadoras y carentes de sentido de los últimos meses. Se trata, sin lugar a dudas, de la campaña particular que está llevando a cabo la compañía King, padres del título Candy Crush, contra el resto del planeta. Si es necesario, contra viento y marea. Espeluznante.

® AD ENTERTAINMENTS ||| PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

Haciendo un pequeño ejercicio de contextualización, las desventuras de nuestro querido amigo comenzaron cuando registró en el mercado estadounidense la palabra “candy”. Esto supone una invalidación del uso legítimo futuro de cualquier otro videojuego que lleve en su título el término en cuestión, bien conforme una parte o la totalidad del mismo. Los amantes del anime Candy Candy jamás podrán tener ya un juego homónimo. Una lástima.

Ante las protestas de varios estudios independientes, que acusaron esta práctica de abusiva, recularon y anunciaron que permitirían el uso ajeno de la palabra siempre y cuando fuera legítimo. Ahí es donde se encuentra la trampa: ¿qué es para ellos algo legítimo? De todos modos, acomódense en los sillones, queda drama para rato.

Descontentos con los resultados obtenidos, en King optaron por registrar también “saga”, pasando a llamarse su creación Candy Crush Saga, en vista de que lanzarán, en algún momento sin confirmar –es decir, cuando se dignen a hacer algo de provecho- alguna continuación de su franquicia estrella.

Ironías de la vida, no vayan a malpensar ustedes, hacen suyo este nuevo vocablo en una fecha aproximada a la del estreno de The Banner Saga, un juego de estrategia en tablero con estética medieval. Es decir, que a no ser que los vikingos comieran osos de gominola, poco tiene que ver con el título de los caramelos.

A pesar de ser polarmente opuestos en su temática, jugabilidad e historias, King ha instado amablemente a Stoic, responsables del título medieval, a retirar el “saga” del nombre de su trilogía. Con “amablemente” queremos decir “o lo quitas o te va a caer una denuncia que no te va a hacer falta peinarte más del susto”. A fecha de hoy, por este simpático gesto, no pueden lanzar la segunda parte de este cuento medieval.

En toda relación amorosa, suele haber una tercera persona forma el triángulo amoroso. En este caso es Epic Shadow, que con esa denominación nada bueno puede augurar. Éste ha salido a la defensa de The Banner Saga, acusando a King de plagiadores con su producto Pac-Avoid, una suerte de copia más o menos descarada del clásico Pac-Man. Para los ochenteros, Comecocos. Juego que, a todo esto y sin rencor alguno, estuvieron a punto de desarrollar ES y “el rey” en conjunto, pero que finalmente no resultó.

King cogió la idea y lo realizó por su cuenta. Actualmente, este pla... juego se ha retirado de la página web para evitar malos entendidos. Si te pillan con un televisor saliendo del Carrefour y suena el sistema anti-robos, no es que te lo estés llevando sin pagar. Es que lo iba a hacer al salir por la puerta. Mal pensados.

Resulta incuestionable que en esta compañía hay demasiadas casualidades. Sin querer se quedaron con un proyecto resultado de la negociación con otra firma, que a su vez era una revisión, por llamarlo de alguna forma, de un juego anterior.

Además, han registrado palabras que la competencia tiene pensado usar. Cualquiera diría que King tiene los humos demasiado por encima de sus posibilidades, pero no sean tan duros con ellos. ¿Una compañía que hace juegos de dulces y chucherías, puede ser acaso mala? Si piensan que no, ya han tomado suficiente azúcar por hoy.

Los responsables de Candy Crush Saga –le permitimos la pequeña licencia- tienen la fama demasiado elevada de sus cabezas. Tanto que podrían hacer una aerolínea. Mejor que Ryanair, esperemos.

Resulta insultante que una compañía que copia y plagia tan descaradamente otras IP´s, imponga su propia ley a la hora de desarrollar un videojuego. Su brillante obra no es más que una “dulce” vuelta de tuerca al concepto de Jewell –juntar tres o más joyas de la misma forma o color, presente que cualquier página web de minijuegos- y Columns, presente en la mítica Mega Drive.

No sólo hace propias ideas ajenas, sino que impiden que estudios independientes, muchos de los cuales están salvando a una industria que nada más que lanza al mercado títulos clónicos, tengan la posibilidad de aportar su grano de arena. De traer consigo aire fresco en forma de nuevas historias, mecánicas y posibilidades.

King vendría a ser la analogía del último de la clase que sin trabajar se queja de la “suerte” del estudioso. Lo sentimos, King, pero no es la fortuna lo que está sonriendo a Stoic, sino el trabajo bien labrado que hay tras The Banner Saga.

El único afortunado precisamente has sido tú, que para haber desarrollado juegos carentes de sentido que mimetizan obras con bastante antelación, demasiado bien os ha ido. Así que rompiendo con el título, King: de Rey tenéis poco –más que en lo de vivir de la recaudación ajena-, de originales menos. Pero de postrarnos ante vuestra labor, mejor ni hablemos.

Igual si inviertiesen más tiempo en crear y menos en denunciar, podrían tener logros menos amargos. Con o sin caramelos de por medio.

SALVADOR BELIZÓN / REDACCIÓN

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