Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una queja sobre el contenido de un taller promovido recientemente por la Concejalía de Juventud e Infancia del Ayuntamiento de Montilla. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a nuestra dirección montilladigital@gmail.com exponiendo su queja, comentario o sugerencia. Si lo desea, puede acompañarla también de alguna fotografía.
Puede parecer una broma, pero no lo es. Numerosas instituciones públicas de nuestro país ofrecen cada vez más cursos pagados con nuestros impuestos sobre saberes falaces y delirantes. Abundan los seminarios sobre terapias alternativas, homeopatía, telepatía con animales y hasta de espiritismo.
Leo en la página web del Ayuntamiento de Montilla que la Concejalía de Juventud ha llevado a cabo el viernes 16 de noviembre en el centro de Servicios Sociales el taller titulado Armonizar las emociones con flores de Bach. Se dice textualmente: "en este taller se pretende introducir la filosofía del Doctor Bach, describirla desde un punto de vista general, analizando los remedios que se pueden conseguir tomando cada una de las 38 flores y los alivios que se obtienen".
Desconozco la cantidad de público que pudo asistir a semejante actividad, que puede estar muy bien para que la organice un Club de Amigos de la Güija, una Asociación de Espiritistas Reunidos o una Peña Esotérica, pero no una institución pública que se sostiene con los impuestos de todos los ciudadanos. También estaría bien saber cuánto ha costado este taller.
Deben ustedes saber que la denominada "terapia floral de Bach” es un sistema de pseudodiagnóstico y pseudoterapia cuasi-homeopática desarrollado en los años treinta del siglo pasado por el médico británico Edward Bach (1886-1936), que creyó haber descubierto por medios psíquicos o intuitivos las propiedades terapéuticas de 38 flores.
Llegó a sus "descubrimientos” por "inspiración" casi divina. Por ejemplo, mientras paseaba tuvo la idea de que las gotas de rocío sobre una planta, calentadas por el sol, captarían el supuesto poder curativo de la planta. De esta forma, Bach preparó las "esencias” a base de agua y plantas.
Para Bach, estas flores salvajes tienen un alma o energía, con afinidad por el alma humana. La energía espiritual de la flor se puede transferir al agua. Los adeptos consumen una mezcla homeopática de esencia de flor, agua mineral y alcohol, con el objetivo de que el alma floral se armonice con la energía de su alma.
No es raro escuchar a gente que dice lograr efectos milagrosos con esta pseudoterapia, incluso a veces aparecen médicos, diciendo que oliendo un aceite se curan "las varices, la celulitis, la tensión arterial, los estados emocionales". Lo triste es que desde un Ayuntamiento como el de Montilla se le dé pábulo a estas patrañas y se organice un taller para difundirlas.
¿De verdad alguien, sin necesidad de ser químico, médico o farmacéutico, puede aceptar las afirmaciones delirantes de Bach, a finales del siglo XIX, sobre los efectos maravillosos de 38 flores? Parece ser que sí, pues estas falsas medicinas gozan de amplia difusión y hasta del apoyo de instituciones como el Ayuntamiento de Montilla.
Dado que las reivindicaciones de esta terapia son metafísicas y no empíricas, no hay forma de verificarlas y aplicarles el método científico, como se hace con cualquier tratamiento médico. Lo aconsejable sería la opinión sistemática de los colegios de Médicos, de las facultades de Medicina y, sobre todo, del Ministerio de Sanidad para contrarrestar estos camelos que, para más confusión, usan un lenguaje aparentemente científico que despista a la gente.
Los fans de este absurdo aluden a que la terapia floral de Bach ha sido incluída por la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre las prácticas alternativas o no convencionales. Pero que no los engañen, en realidad, esto no significa más que el reconocimiento de que una comunidad cree en el poder curativo del método. Si no, miren algunas de las otras terapias incluídas en el listado de la OMS: espiritismo y magia africana, entre otras.
Actualmente bastantes personas buscan salud y remedios en otras medicinas y terapias, distintas de la Medicina basada en la evidencia. Muchas de ellas llegadas casi sin evolucionar desde el Neolítico hasta nuestros días o inventadas hace poco. Esto ha dado lugar a un próspero negocio de todo tipo, no sólo de pseudotratamientos, sino de toda una suerte de cursos o libros que, en ocasiones, logran el respaldo de instituciones poco precavidas.
Para que ustedes lo sepan: en la actualidad sólo existen tres estudios clínicos documentados y serios sobre la eficacia de los remedios de Flores de Bach en seres humanos. A continuación les resumo los resultados:
1. Estudio de eficacia terapéutica de Flores de Bach en el déficit de atención, realizado por Pinvot S, et. Al. Israel, año 2005 y publicado en el European Journal of Paediatric Neurology: no se demostró eficacia terapéutica superior al placebo (o sea, a la mera sugestión).
2. Estudio de asignación aleatoria a doble ciego de la eficacia terapéutica de las Flores de Bach, realizado por Armstrong NC, et. Al. Reino Unido, año 2001 y publicado en el Complementary Therapy Nursery Midfiery: sólo se demostró eficacia en la percepción del estado de ánimo auto-reportado por los pacientes, pero no se modificó ningún síntoma objetivo.
3. Estudio de la eficacia de las Flores de Bach en la ansiedad, realizado por Walach H et. Al. Alemania 2001, y publicado en el Journal of Anxiety Disorder: no se encontró diferencia estadísticamente significativa entre las flores de Bach y el placebo para combatir la ansiedad.
En conclusión, los remedios con Flores de Bach son catalogados actualmente como "placebos", es decir, "sustancias inertes sin ninguna eficacia terapéutica", y sólo se utilizan para sugestionar cambios sutiles en los estados de ánimo de las personas con la misma eficacia que un vaso de agua. Estaría bien que la concejala de Juventud le diera un repaso a estos asuntos antes de patrocinar pseudociencias con el dinero de todos los montillanos.
Puede parecer una broma, pero no lo es. Numerosas instituciones públicas de nuestro país ofrecen cada vez más cursos pagados con nuestros impuestos sobre saberes falaces y delirantes. Abundan los seminarios sobre terapias alternativas, homeopatía, telepatía con animales y hasta de espiritismo.
Leo en la página web del Ayuntamiento de Montilla que la Concejalía de Juventud ha llevado a cabo el viernes 16 de noviembre en el centro de Servicios Sociales el taller titulado Armonizar las emociones con flores de Bach. Se dice textualmente: "en este taller se pretende introducir la filosofía del Doctor Bach, describirla desde un punto de vista general, analizando los remedios que se pueden conseguir tomando cada una de las 38 flores y los alivios que se obtienen".
Desconozco la cantidad de público que pudo asistir a semejante actividad, que puede estar muy bien para que la organice un Club de Amigos de la Güija, una Asociación de Espiritistas Reunidos o una Peña Esotérica, pero no una institución pública que se sostiene con los impuestos de todos los ciudadanos. También estaría bien saber cuánto ha costado este taller.
Deben ustedes saber que la denominada "terapia floral de Bach” es un sistema de pseudodiagnóstico y pseudoterapia cuasi-homeopática desarrollado en los años treinta del siglo pasado por el médico británico Edward Bach (1886-1936), que creyó haber descubierto por medios psíquicos o intuitivos las propiedades terapéuticas de 38 flores.
Llegó a sus "descubrimientos” por "inspiración" casi divina. Por ejemplo, mientras paseaba tuvo la idea de que las gotas de rocío sobre una planta, calentadas por el sol, captarían el supuesto poder curativo de la planta. De esta forma, Bach preparó las "esencias” a base de agua y plantas.
Para Bach, estas flores salvajes tienen un alma o energía, con afinidad por el alma humana. La energía espiritual de la flor se puede transferir al agua. Los adeptos consumen una mezcla homeopática de esencia de flor, agua mineral y alcohol, con el objetivo de que el alma floral se armonice con la energía de su alma.
No es raro escuchar a gente que dice lograr efectos milagrosos con esta pseudoterapia, incluso a veces aparecen médicos, diciendo que oliendo un aceite se curan "las varices, la celulitis, la tensión arterial, los estados emocionales". Lo triste es que desde un Ayuntamiento como el de Montilla se le dé pábulo a estas patrañas y se organice un taller para difundirlas.
¿De verdad alguien, sin necesidad de ser químico, médico o farmacéutico, puede aceptar las afirmaciones delirantes de Bach, a finales del siglo XIX, sobre los efectos maravillosos de 38 flores? Parece ser que sí, pues estas falsas medicinas gozan de amplia difusión y hasta del apoyo de instituciones como el Ayuntamiento de Montilla.
Dado que las reivindicaciones de esta terapia son metafísicas y no empíricas, no hay forma de verificarlas y aplicarles el método científico, como se hace con cualquier tratamiento médico. Lo aconsejable sería la opinión sistemática de los colegios de Médicos, de las facultades de Medicina y, sobre todo, del Ministerio de Sanidad para contrarrestar estos camelos que, para más confusión, usan un lenguaje aparentemente científico que despista a la gente.
Los fans de este absurdo aluden a que la terapia floral de Bach ha sido incluída por la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre las prácticas alternativas o no convencionales. Pero que no los engañen, en realidad, esto no significa más que el reconocimiento de que una comunidad cree en el poder curativo del método. Si no, miren algunas de las otras terapias incluídas en el listado de la OMS: espiritismo y magia africana, entre otras.
Actualmente bastantes personas buscan salud y remedios en otras medicinas y terapias, distintas de la Medicina basada en la evidencia. Muchas de ellas llegadas casi sin evolucionar desde el Neolítico hasta nuestros días o inventadas hace poco. Esto ha dado lugar a un próspero negocio de todo tipo, no sólo de pseudotratamientos, sino de toda una suerte de cursos o libros que, en ocasiones, logran el respaldo de instituciones poco precavidas.
Para que ustedes lo sepan: en la actualidad sólo existen tres estudios clínicos documentados y serios sobre la eficacia de los remedios de Flores de Bach en seres humanos. A continuación les resumo los resultados:
1. Estudio de eficacia terapéutica de Flores de Bach en el déficit de atención, realizado por Pinvot S, et. Al. Israel, año 2005 y publicado en el European Journal of Paediatric Neurology: no se demostró eficacia terapéutica superior al placebo (o sea, a la mera sugestión).
2. Estudio de asignación aleatoria a doble ciego de la eficacia terapéutica de las Flores de Bach, realizado por Armstrong NC, et. Al. Reino Unido, año 2001 y publicado en el Complementary Therapy Nursery Midfiery: sólo se demostró eficacia en la percepción del estado de ánimo auto-reportado por los pacientes, pero no se modificó ningún síntoma objetivo.
3. Estudio de la eficacia de las Flores de Bach en la ansiedad, realizado por Walach H et. Al. Alemania 2001, y publicado en el Journal of Anxiety Disorder: no se encontró diferencia estadísticamente significativa entre las flores de Bach y el placebo para combatir la ansiedad.
En conclusión, los remedios con Flores de Bach son catalogados actualmente como "placebos", es decir, "sustancias inertes sin ninguna eficacia terapéutica", y sólo se utilizan para sugestionar cambios sutiles en los estados de ánimo de las personas con la misma eficacia que un vaso de agua. Estaría bien que la concejala de Juventud le diera un repaso a estos asuntos antes de patrocinar pseudociencias con el dinero de todos los montillanos.
JOSÉ ANTONIO MORENO CASTRO
