Ya hay fecha. El próximo lunes, a partir de las 20.00 de la tarde, el cardenal Antonio María Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, acompañado por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, celebrará una solemne eucaristía de Acción de Gracias para conmemorar la erección pontificia del Santuario de San Juan de Ávila como Basílica Menor.
En un decreto fechado en el día de hoy, el cardenal Antonio María Cañizares confirma que el templo de la calle Corredera, donde se custodia el sepulcro del patrono del clero secular español, será elevado al rango de Basílica Pontificia Menor, lo que vinculará en adelante al Santuario montillano con la Iglesia romana y con el Sumo Pontífice.
Tal y como informó Montilla Digital, el Santuario San Juan de Ávila está siendo sometido en los últimos días a una serie de actuaciones que pretenden reforzar el forjado del techo de las torres –afectado por la humedad acumulada durante años- y la propia fachada, en la que se ubicarán, además de la bandera vaticana, varias insignias destacables como el escudo de Demetrio Fernández y el escudo papal de Benedicto XVI.
De igual manera, en las proximidades del altar mayor se colocará, durante la solemne eucaristía del próximo lunes, el Umbraculum u Ombrellino, una especie de paraguas de color rojo y dorado que representa la señal propia de los templos que ostentan el rango de Basílica.
De esta forma, Montilla acogerá a partir de la semana próxima la primera Basílica de la provincia, después de que en noviembre de 2005 se consagrara con este rango la iglesia de San Pedro de Córdoba capital, muy vinculada a la devoción de los Santos Mártires y sede canónica de la Hermandad de la Misericordia.
Hasta el año 2010, la iglesia de La Encarnación estuvo íntimamente ligada a la Compañía de Jesús. Levantada en el siglo XVIII en la calle Corredera, quedó inconclusa debido a la expulsión de los Jesuitas en 1767 por orden de Carlos III.
No sería hasta la pasada década de los años cuarenta, tras la vuelta de esta congregación a Montilla, cuando el Conde de la Cortina comprara el antiguo inmueble y terminara las obras de la iglesia –a falta, eso sí, de las torres que, en estos días, están siendo objeto de los trabajos de impermeabilización-.
La presencia en el templo montillano del sepulcro del patrón del clero secular español ha llevado hasta el mismo a diferentes personalidades, como los Reyes de España, los Nuncios Apostólicos de Su Santidad, así como numerosos cardenales, arzobispos y obispos de España y de otras partes del mundo.
En un decreto fechado en el día de hoy, el cardenal Antonio María Cañizares confirma que el templo de la calle Corredera, donde se custodia el sepulcro del patrono del clero secular español, será elevado al rango de Basílica Pontificia Menor, lo que vinculará en adelante al Santuario montillano con la Iglesia romana y con el Sumo Pontífice.
Tal y como informó Montilla Digital, el Santuario San Juan de Ávila está siendo sometido en los últimos días a una serie de actuaciones que pretenden reforzar el forjado del techo de las torres –afectado por la humedad acumulada durante años- y la propia fachada, en la que se ubicarán, además de la bandera vaticana, varias insignias destacables como el escudo de Demetrio Fernández y el escudo papal de Benedicto XVI.
De igual manera, en las proximidades del altar mayor se colocará, durante la solemne eucaristía del próximo lunes, el Umbraculum u Ombrellino, una especie de paraguas de color rojo y dorado que representa la señal propia de los templos que ostentan el rango de Basílica.
De esta forma, Montilla acogerá a partir de la semana próxima la primera Basílica de la provincia, después de que en noviembre de 2005 se consagrara con este rango la iglesia de San Pedro de Córdoba capital, muy vinculada a la devoción de los Santos Mártires y sede canónica de la Hermandad de la Misericordia.
Hasta el año 2010, la iglesia de La Encarnación estuvo íntimamente ligada a la Compañía de Jesús. Levantada en el siglo XVIII en la calle Corredera, quedó inconclusa debido a la expulsión de los Jesuitas en 1767 por orden de Carlos III.
No sería hasta la pasada década de los años cuarenta, tras la vuelta de esta congregación a Montilla, cuando el Conde de la Cortina comprara el antiguo inmueble y terminara las obras de la iglesia –a falta, eso sí, de las torres que, en estos días, están siendo objeto de los trabajos de impermeabilización-.
La presencia en el templo montillano del sepulcro del patrón del clero secular español ha llevado hasta el mismo a diferentes personalidades, como los Reyes de España, los Nuncios Apostólicos de Su Santidad, así como numerosos cardenales, arzobispos y obispos de España y de otras partes del mundo.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
